¿Qué me está pasando?

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Unas semanas después...

Astrid despertó con mucha hambre, se incorporó sobre la cama y miró a su lado.

—Hipo... —susurró al ver la espalda de su prometido totalmente arañada.

Ella se avergonzó notoriamente y le acarició la espalda, los arañazos ya se habían curado, pero tenía unas cuantas cicatrices.

—¿Cómo no me di cuenta antes? Ay Thor... Hipo ¿Por qué no me dijiste? —susurró para luego levantarse de la cama sin hacer ruido.

Bajó y vió a Chimuelo durmiendo tranquilamente en el piso.
Decidió no molestarle y empezar a prepararse el desayuno.

Poco después Hipo comenzó a despertarse y se incorporó en la cama con lentitud, miró a su derecha y vió que Astrid no estaba.

—¿Astrid? —dijo somnoliento.

Con una notoria pereza, se puso en pie — no sin antes colocarse su prótesis — y bajó.

Astrid lo vió y sonrió.

—Hipo, despertaste —se acerca e él —.  Perdón por levantarme tan pronto, pero tenía algo de hambre.

—No pasa nada —sonrió para luego darle un delicado beso.

En eso, Chimuelo se despertó y lo primero que vió fue a Hipo y Astrid besándose. En verdad que el pobre dragón ya empezaba a cansarse de ver esa escena repetidamente

Estos se separaron y lo miraron.

—¡Chimuelo, ya despertaste! ¿Cómo estás campeón?

—Si queréis podéis ir un rato a volar,  pero no tardéis mucho, que ya estoy preparando el desayuno.

—De acuerdo, no tardaremos, te quiero —le da un beso en la mejilla y se va junto con Chimuelo.

—Adiós...

Astrid no se entretuvo y comenzó a cocinar.

Un rato después...

Astrid ya había acabado, probó un poco y... Lo extraño, es que estaba bueno.

Sirvió la mesa.

No pasaron más de 2 minutos para que Hipo entrara por la puerta.

Este vió todo el desayuno sobre la mesa y se preocupó.

—¿A-Acaso tardamos mucho? —preguntó el castaño.

—No, de hecho acabo de servirlo.

El castaño suspiró aliviado y, seguidamente, se sentó.

—¿Y Chimuelo?

—Con mi madre, así podremos tener más intimidad —dijo con una mirada pícara.

Este desvió la mirada algo sonrojada, se mordió el labio levemente intentando hacer desaparecer aquel gran calor que se estaba formando en su cuerpo.

—S-Si quieres después, pero ahora hay que desayunar.

—Está bien, está bien —dijo soltando una pequeña risilla.

Media hora después...

La rubia suspiró fuertemente mientras se sentaba en el sillón.

—Nunca me acostumbraré a estar así de sola durante el día —habló sola mirando por la ventana.

No pasó mucho rato para que Astrid comenzara a sentirse algo mareada, se agarró de la cabeza con ambas manos y soltó un pequeño gemido de dolor.

Y seguidamente, le dió unas inmensas ganas de vomitar. Se tapó la boca con la mano derecha y corrió hasta el baño.

Lo soltó todo.

—Ah... ¿P-Por qué... —y volvió a vomitar.

En ese momento tocaron la puerta, era la madre de Hipo.

—Astrid ¿Estás en casa?

—¡Valka, estoy en el baño, ayúdame! —gritó desesperada.

La nombrada se asustó al oírla y corrió hasta ella. Al entrar, se espantó aún más al ver que la prometida de su hijo estaba pasando un mal rato.

—¡Astrid! ¿Qué te ocurre? —exclamó preocupada.

—N-No lo sé, sólo estaba sentada un rato en el sillón y me empecé a marear, sentí unas inmensas ganas de vomitar y vine corriendo hasta aqu... —y volvió a vomitar.

—Estás muy mal, voy a buscar a Gothi para que vea lo que te pasa! Ahora vuelvo, no te muevas!

Astrid se sintió aliviada al saber que ya no le quedaba nada que devolver, y se sintió aún más aliviada al saber que vendrían a ayudarla.

Fueron 10 minutos aproximadamente lo que Valka tardó en volver acompañada de Gothi.

La rubia se dedicó a subir a su habitación acompañada de Valka y Gothi para después esgirarse sobre su cama. Aún estaba algo mareada.

La anciana empezó a revisarla. Fiebre entre otras cosas. Luego de un rato, empezó a hacer sus típicos dibujos en el suelo con su bastón.

—Gothi dice... —ladea su cabeza —. Que es algo que crearás... ¿En tu interior? N-No lo entiendo.

Astrid estaba tan confundida como Valka.

—¿Cómo que algo que crearé? Gothi... —se incorpora en la cama y ríe nerviosamente —. N-No entendemos...

En eso, Gothi hizo otro dibujo que Valka logró entender.

—¿Ahora qué dice?

Valka lo observó y se sorprendió.

—¿Qué? ¿Qué pasa? —la reacción de Valka hizo que Astrid se preocupara aún más.

—Por todos los dioses... —susurró —. Astrid... ¡Estás embarazada! —gritó emocionada.

Gothi asintió con una sincera sonrisa.

Pero en cambio, Astrid se asustó a más no poder. No se esperaba para nada esa noticia.

—¡¿Q-Qué?! ¡N-no, no puede ser! —se levanta de la cama de un salto.

—¿Qué pasa? ¿No estás contenta? —le preguntó la castaña sin entender la reacción de Astrid —. E-Es tuyo y de Hipo... —se acerca a ella con una sonrisa —. Estoy segura de que cuando se lo dig-

—¡No! —exclamó inconscientemente —. S-Sé que es mío y de Hipo, p-pero... ¿Cómo reaccionará cuando se lo diga?Tengo miedo... De que ya no me vuelva a querer de la misma forma.

—Cariño ¿De qué estás hablando? A Hipo le encantaría formar una familia contigo —la animó sosteniéndola de los hombros —. Él mismo me lo dijo —le susurró.

—De... ¿De verdad? —preguntó esperanzada.

—¡Claro que sí! Él te ama muchísimo, Astrid. Me dijo que lo hacía incluso antes de conocer a Chimuelo.

En eso, llegó Hipo.

Historia de amor: Hiccstrid♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora