Gay Adolescente: El chico extranjero

Capitulo 5

Kevin POV

—Yo..., yo...—empecé a decir tratando de articular alguna palabra, pero nada salía.

Seguía mirándome a los ojos, y yo ahí sin saber que decir o que hacer.

—¡Kevin! —escuche gritar a mi hermana a lo lejos. Y entonces decidí que usaría a mi hermana como excusa ya que sabía que en algún momento tenía que afrontar a Joey, además no es como si el me tuviera loco, pero tenía algo de esperanza acerca de él, no estoy diciendo que me gusta, pero tampoco estoy diciendo que no me gusta.

—Perdona Jou, pero me tengo que ir—dije zafándome de el—, hablamos después.

Joey solo se quedó ahí perplejo como intentado asimilar que había sido todo eso, lo que a mi parecer fue algo tierno y extraño al mismo tiempo.

Al llegar a donde mi hermana-seguí su voz por supuesto-esta me estaba esperando en el estacionamiento otra vez.

—¡por poco me quedo ronca de tanto llamarte! —dijo alterada.

—hey, hey, tranquila...—hice una pausa—, ¿Sabías que existe algo que se llama teléfono?

—y algo que se llama mensajes de textos también...

Su cara no tenía precio, ella estaba súper furiosa

—¿Sabías que hay un sitio nuevo muy cerca que castran perros?

—y... con un soborno muy razonable creo que tu podrías ser uno de sus próximos pacientes—dijo ella con cinismo.

Trague pesado.

En eso mi papa toca la bocina del automóvil

—¿listos chicos? —pregunta el.

—si—dice Katherine subiéndose al auto.

En eso me llega un mensaje de Garrett haciéndome acordar de que tenía que verme con él para su entrenamiento "nos vemos a las 4 en punto en el gym"

Reviso la hora y faltaban 15 minutos para las 4 de la tarde

¡mierda! Por poco me olvido de él.

—Pa, hoy no me voy a ir contigo, recordé que tenía que verme con un amigo después de clases—dije apoyándome en la puerta del copiloto

—oh... ok está bien, nos vemos—dijo poniendo el auto en marcha

Me di la vuelta y me dirigí al gym donde se suponía estaría Garrett esperándome.

Al llegar ahí estaba el, sentado revisando algo en su teléfono

—hey Garrett—grite desde la entrada, el levanto la mirada y sonrió al verme

—hey Kev ¿estás listo? —pregunta el agarrando sus cosas.

—Por su puesto

—ok vamos

Empecé a seguirlo hasta que llegué a la par de él y caminamos silenciosamente por un rato, pero no era un silencio incomodo, al contrario; se sentía bastante confortable.

—y... ¿Cuánto tiempo llevas entrenando?

—alrededor de 6 años—dijo orgulloso

—oh... ya veo, así que piensas ir a Nueva York ¿correcto?

—si... ese es mi sueño —dijo mirándome

En eso llegamos al campo de atletismo.

—bueno aquí es—dijo sonriéndome—, te puedes sentar en las gradas, yo entrare a cambiarme