Seis veces (Seis novias para seis hermanos - Osomatsu-san)

ESPECIAL Ichiko

Ichiko miraba un papel, llorando. La habían despedido del trabajo y no sabía cómo iba a pagar las facturas ahora.

Estaba caminando por la calle lentamente, hipando un poco, no tenían motivos para despedirla pero al fin y al cabo, lo habían hecho.

"¿Qué haré ahora?" Suspiró, secándose las lágrimas con la manga.

Pasó por delante de una cafetería y vio un cartel de "Se necesitan empleados". Se quedó un buen rato mirándolo y se encogió de hombros, frustrada.

- Ya qué más dá...

Entró y cogió el cartel para dar a entender que quería el puesto.

- ¡Bienvenida!- Le recibió una chica vestida de gato... espera, ¿Vestida de gato?

Abrió los ojos y vio a todas las camareras con orejas de gato. Comenzó a sudar frío.

- ¿Vienes a por el puesto?- Le preguntó la maid que la había recibido.

- Yo... esto...

El trabajo de neko maid le parecía demasiado vergonzoso para ella, pero ya era demasiado tarde. Se sonrojó hasta la médula y se tapó la cara con el cartel.

- S-Sí...

- ¡Genial! Además creo que no te hará falta ni entrevista de trabajo.- Le sonrió mirándola de arriba abajo.- Eres muy mona.

Ichiko se sonrojó, mirándola.

- Ven, te voy a presentar al dueño del local.

Fueron hasta un pequeño despacho de detrás de la cocina. Ichiko estaba un poco avergonzada por si alguien de allí la pudiera conocer.

Esa chica llamó a la puerta y la abrió. Había otra chica allí, pero estaba vestida con normalidad. Sujetaba unos papeles en sus manos.

- ¡Emi-chan!- Dijo la neko maid. Emi se giró y sonrió a ambas.- ¿Y el jefe?

- Ha tenido que salir, me ha puesto al cargo.- Se acercó a ellas e hizo una reverencia, saludando a Ichiko. Ella hizo lo mismo, cerrando los ojos.- ¿Quién es esta chica?

- Viene reclamando un puesto de maid.

- ¿Sí? ¡Menos mal!- Rió Emi suavemente.- Creo que eres perfecta para el puesto.- También la miró de arriba abajo.

- ¿U... Usted cree?

- ¡Por supuesto! Yo te enseñaré lo que hay que hacer.- Emi dejó los papeles que tenía en el escritorio y todas salieron del despacho, cerrándolo.

- ¿Cómo te llamas?- Preguntó la neko maid.

- Soy Ichiko.- Se apartó el pelo a un lado, dejando relucir sus pendientes. Ambas sonrieron y unos destellos dejaron relucir sus ojos.

- ¡Qué nombre tan bonito!- Exclamaron a la vez. Ichiko sintió un poco de vergüenza ajena, pero aun así se sintió halagada.

La neko maid fue a su puesto de nuevo e Ichiko se quedó con Emi.

- Vamos a los vestuarios, tenemos que cambiarnos.- Le dijo, indicándole el camino.

Fueron a otra sala, pero esta estaba cerrada con llave. Emi la abrió y ambas entraron.

- ¿Cómo te gustaría vestirte?- Le preguntó Emi a Ichiko. Ella se rascó la nuca dudando.

- No lo sé... nunca pensé que trabajaría de esto.- Confesó con una gota sudando por su sien.