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"Cuando te interesa alguien, te interesa también su alrededor. Quieres saber como es su entorno y que siente en todo momento. Te preguntas cuáles son sus gustos y disgustos. Investigas sobre sus hobbies e incluso intentas afisionarte en sus pasatiempos. Cuando te interesa alguien, tu vida se resume en preocupaciones y afligio, volviendo tu cabeza un completo lío."
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Hansol admiraba el sonriente chico frente a él. Tenía un peinado perfecto y lucía mejor de lo que esperaba.

Bufó con una sonrisa al espejo. Dio una última mirada a su reflejo, asegurándose de que todo estuviese en su lugar y su aspecto permaneciera perfecto mientras repasaba mentalmente todo el plan para aquel maravilloso día. Después de algún tiempo, por fin pudo acercarse al -muy- cotizado chico y había conseguido el coraje suficiente para invitarle a una cita, sólo ellos dos. Ese era su momento para confesarse. Le diría por fin al castaño todo lo que sentía. Claro, antes tendría que hacer que la cita fuera perfecta para asegurar el del contrario.

Las probabilidades de que SeungKwan le rechazará, le abofeteara, le insultara, le mirara con asco y le dejara en ridículo eran bajas. -O al menos eso intentaba convencerse.- Se había esforzado demasiado para llegar hasta donde estaba, nada malo podía concurrir ahora, ¿Cierto?
Pero vamos, que aquel día era, probablemente, uno de los más importantes en la vida del chico proveniente de los Estados Unidos, no podía iniciarlo con pensamientos negativos y dudas absurdas, debía mantenerse sonriente y simplemente hacer que todo saliera de maravilla. Debía dar lo mejor de si y dejar que las cosas fluyeran, después de todo ¿Que era lo peor que podría pasar?

Tomando su billetera antes de cerrar tras de si la puerta de su habitación, Hansol salió encaminado al lugar acordado el día anterior con el castaño que le quitaba el aliento, asegurándose de mantener sobre sus labios una sonrisa agradable.

Una fuente desbordante de decoraciones y rodeada de lindos árboles y cómodos bancos era el destino propuesto anteriormente por el chico americano, aunque en realidad, él simplemente señaló la estructura antes mencionada dando instrucciones al castaño sobre la hora en la que se encontrarían, aclarando que esperaría el tiempo que fuera necesario por su llegada, confiando en sonar lo suficientemente convincente para que el chico contrario no se atreviera a faltar. Para entonces SeungKwan no había podido replicar pues Hansol lo miraba con tanta seguridad y una expresión de ilusión que el chico proveniente de Jeju simplemente no pudo decir nada, las palabras eran innecesarias y aunque sonara presuntuoso, estaba claro que SeungKwan no quería negarse a la propuesta.

Hansol se detuvo frente a su maravilloso punto de encuentro y balanceándose sobre sus talones se dispuso a esperar.

15 minutos.
En la pantalla de su celular, que antes permanecía pacíficamente dentro del bolsillo trasero de su pantalón, marcaba 15 minutos desde su llegada. La impaciencia se hacía presente junto con el nerviosismo. Era algo normal llegar unos minutos retrasado. No había razón para preocuparse.

28 minutos.
Era verdad que en aquellos momentos el chico parecía un demente y desesperado pero el pensamiento que el castaño no se apareciese le erizaba la piel. Sólo esta retrasado. Se repetía a si mismo tratando de calmarse, intento que no estaba dando frutos.

45 minutos.
Había pasado ya cuarenta y cinco minutos esperando, minutos que provocaron que toda la cordura y entusiasmo que se había esforzado por mantener el chico americano desde muy temprano por la mañana, se esfumaran por completo.

Slide Away ; VerKwan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora