"Llevo años escribiendo un libro, todavía no sé cuando lo terminaré, siquiera si tiene algún final. Es algo muy extraño, la gente suele pensar que al hecho de escribir le rodea un halo de magia o de misterio. No es para nada así. No hay nada de mágico en encontrar un momento de soledad, prepararse un café, sentarme en un abandonado silencio, poner música, siempre Lana del Rey y siempre Ride para saber por donde empezar, quitarme el reloj de pulsera, dejarlo a un lado del ordenador. Y el vértigo, cada vez más acuciado y ensordecedor, de abrir el Word y no saber lo que voy a encontrar de mí mismo allí dentro. Y la tarde detrás de la ventana, y la noche deshaciendo el azul, y tantas veces el amanecer, los coches que se marchan calle abajo, las conversaciones, el traqueteo de una maleta con ruedas sobre la acera, la algarabía de unos niños camino del colegio.