Perdida

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Me giré para verla, ella se acercó para tomar mi brazo, tiró de él para acercarme y abrazarme ¿Qué sucedía? No le dije nada, solo esperé a que ella me dijera algo.

-¿Qué sucede?- me anime a preguntar, ella negó sin separarse de mí.

-¿Por qué no te quedas a dormir aquí?- me preguntó, miré hacia atrás, luego a la cama de Lucero buscando una buena excusa, algo debía haber.

-Las incomodaría…además, ya me acomodé allá- me separé y le di una sonrisa, ella se acercó y me dio un beso, y un abrazó evitando que me vuelva a soltar.

-Enserio…dormiré….allá- dije en las pocas veces que tuve para hablar, ella por fin se rindió soltando una pequeña risa traviesa.

-Vale, ve con tus amigas, y yo arropare a Lucero, las alcanzare abajo- cedió dándome un último beso.

Salí del cuarto, las chicas ya no estaban en sus cuartos, así que, debían estar abajo, saqué un juego de mesa de mi mochila.

-¡Chicas, traje Uno!- grité, Gabriela salió con una bolsa de papas en las manos, miró detrás de mí y luego la cajita de Uno.

-Genial- la tomó y corrió a sentarse en uno de los sillones, Dani y Maritza salieron detrás de ella y se sentaron en el sillón continuo.

-Yo voy primero- me senté en un sofá y agarré las cartas que Gabriela ya había repartido.

A veces era raro que me sintiera más cómoda con mis amigas que con mi enamorada, tal vez sería que me sentía más cómoda con Dani que con Amanda.

Mi mejor amiga, mi mejor amiga…Dios, seguiría con eso por siempre.

Sería que no tenía esa tensión de ver que haría ahora Amanda, ella iba como siete pasos delante de mí… iba rápido cuando yo quería ir lento y volaba cuando yo quería parar.

No me malinterpreten adoro a Amanda pero llega a marearme, asustarme, desorientarme, y a ponerme nerviosa.

-¿Puedo jugar?- preguntó Amanda pasando un dedo por mi columna y haciendo dibujos en mi cuello, hizo que un tipo de electricidad me sacudiera y me ponga los nervios de punta.

Las tres se miraron sin decir una palabra, a ninguna, creo, le caía bien mi enamorada, como dije antes, pero no la trataban mal o al menos trataban de no hacerlo.

-Estamos en media partida... ¿Cuándo acabemos?-le propuse de forma amable, ella ya asintió algo triste.

Ellas la trataron así durante los últimos meses, el mismo tiempo que llevó con ella o la conocen en persona y Amanda no es tonta para no darse cuenta de la forma en que ellas se alejan o se molestan cuando ella está presente.

Este viaje lo hicimos para afianzar las relaciones que tenemos, la mía con Lucero y la de Amanda con mis amigas, aunque sospechaba que algo más sucedía.

Pero cuando Amanda prefería callarse algo, créanme es porque en realidad uno quiere saber qué es lo que no está diciendo.

Aunque lo que yo quería es cambiar algunas relaciones, quería que la situación fuese al revés, que Dani fuera mi enamorada y Amanda mi mejor amiga.

Pero como me estuve repitiendo desde que empecé a darme cuenta de que me había enamorado de ella, Dani es mi mejor amiga.

-Bueno…vamos a dar un paseo, será divertido- sugirió Amanda, se estiró al levantarse, Gabriela y Maritza seguían discutiendo por el resultado de la última partida en la cual según Maritza, Gabriela había hecho trampa.

ConfundidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora