Salvadas parte dos.

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Aquí les pongo la segunda parte, es poco lo sé,  el siguiente capítulo ya es el final y me gustaria escuchar lo que quisieran que pase, lo que no, estoy abierta a sugerencias.

Disfruten de esta parte.

Y así pasamos de estar rodeadas por edificios a estar rodeadas por árboles, y volver a los edificios, que ahora parecían ser más grandes que antes, todo se veía diferente, todo parecía haber cambiado en algo.

Pero yo sabía que en realidad lo que había cambiado, eran los ojos los que habían cambiado, la forma en que miraba las cosas, mi casa era la misma, pero la veía diferente, el colegio, también lo veía veía diferente.

No habían cambiado una sola piedra en toda la ciudad, pero la veía más grande, más tensa, más concurrida, todo era tan ruidoso, tan rápido, se sentía tan seguro y a la vez tan inseguro.

Pero las cosas en si, habían cambiado.

Mis padres , prácticamente vigilaban cada paso que daba, me recogían del colegio, del inglés, de las casa de alguna amiga. Amanda también andaba más pendiente de mi, encontraba la forma de llegar unos minutos antes de que mis padres me recogieran, me acompañaba a hacer trabajos, a reuniones, a las pocas fiestas a las que iba.

En la escuela y en el inglés Dani y yo nos habíamos convertido en un tipo de famosos, todo el mundo hablaba de nosotras, nos buscaban para que les contáramos lo que sucedió.

En cuanto a Dani y yo...dimos un gran cambio, Dani literalmente me había evitado por el mismo tiempo en que me inmovilizaron el brazo, aproximadamente un mes, llegaba tarde a las clases, no sé si esperaba a que yo ya no pudiera esperar, para llegar, no respondía mis mensajes, ni por las redes sociales o los del celular, mis llamadas menos.

Maritza dice que no logra sacarle una palabra de porque se comportaba así, siempre ponía una excusa de porque llegaba tarde, porque salía sin decir adios, porque no iba a las reuniones en mi casa o a las que yo fuera.

Las demás no lo entendían, le creían, pero yo sabía que la razón era que no quería verme, pronto me resigne a la idea de que había perdido una de las cosas más importantes en mi vida.

Y pronto las personas que se iban de mi vida aumentaban en número, Amanda había aceptado el trabajo en Chile, pronto llego el día en que Amanda y Lucero tenían que partir.

Yo había ingresado a una universidad en mi ciudad natal, dónde puede que Dani estuviera, solo era una pequeña esperanza de verla otra vez, ir a Chile  quedo descartado, no iría, no me presentaría.

Tal vez, había perdido a Dani, pero yo ya había decidido algo, no amaba a Amanda como creía, yo amaba a Dani, no podía seguirle mintiendo a Amanda, era hora de terminar con esto.

Llego el día en que Amanda partía, salía en el vuelo de las ocho, estabamos en el aeropuerto a las siete y veinte, Lucero después de un rato de llorar y romperle el corazón a su madre, se quedo dormida, Amanda la acomodó en uno de los asientos para revisar que nada les faltara.

Yo le servía de almohada a la pequeña cabecita de la que algún día considere, podría ser algo como una hija, sonreí y le acomodé el mechón de cabello que caía sobre sus ojos, levante la mirada, Amanda me miraba con una sonrisa melancólica.

-No te muevas- me dijo cuando quise hablarle, rápidamente sacó el celular de su bolsillo y tomó una foto, se quedo mirándola unos segundo y se acerco a nosotras, me dio un beso en la frente.

-Si quieres, te la puedo enviar luego- asentí dejando que Amanda cargara a Lucero, me levante, levante sus maletas del suelo, dieron la primera llamada para su vuelo, ella me miró triste.

-¿Segura que no quieres ir allá? Prometo que vas a pasarlo muy bien-negué con la cabeza, ella suspiro, acomodó a Lucero un poco para  poder estirar uno de sus brazos en mi dirección, me acerque a darle un abrazo, las despedidas siempre han sido, son y serán un asco.

-Ya lo hemos hablado...- ella asintió, miró a otro lado, apoyo su mano libre en mi mejilla, me miró unos segundos.

-Tiene mucha suerte- habíamos hablado casi toda la noche del asunto, no tuve que decirle lo que planeaba, ella misma lo adivino, el qué, el por qué y el por quién.

Ahora mismo, ambas nos preguntábamos si habíamos tomado las decisiones correctas, si lo que decidimos hacer, o decir nos llevó a esto, o era el destino que esto pasara.

-Voy a extrañarte- me dijo, solo escuché las palabras "Última llamada" para saber que había llegado el momento de decir adiós, de terminar con nuestra relación, de perder a otras dos personas.

-Si yo también- caminamos hasta la fila de personas que esperaban para poder ingresar al avión.

Volví a cargar a Lucero, ella empezaba a despertar, la moví tratando de arrullarla, Amanda sacó los pasajes de su cartera, se los entregó al guardia.

-Cuídate mucho, la universidad va a ser todo un lió...y vas a encontrarte con mucha gente mala, no dejes que te hagan daño- asentí con la cabeza mientras trataba de retener las lágrimas en mis ojos, Amanda volvió a tomar a Lucero, la teníamos como una maleta, cambiándola de brazo en brazo, la pobre había pasado de estar completamente dormida a estar despierta.

Ambas entraron y yo solo pude quedarme ahí, viéndolas alejarse sin  poder hacer algo para detenerlas. 

ConfundidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora