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Cuando eres una chica depresiva: mal;  cuando te acabas de mudar: fatal; cuando ya no quieres vivir: horrible

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Cuando eres una chica depresiva: mal; cuando te acabas de mudar: fatal; cuando ya no quieres vivir: horrible.

En eso se resume mi pequeña vida, a llorar en silencio, callar mi dolor fomentando a mi cuerpo la creación natural de endorfinas. 

Me acabe de mudar en un pequeño pueblo, en las montañas, puedes mirar hacia cualquier lado, y todo es montañas, estás rodeadas de esas fachadas enormes, verdes, pero aún así me da la impresión de estar entre cuatro paredes, obligada a quedarme aquí, como si no hubiera escapatoria alguna.

La pequeña ''Dady'' se largó de aquella cuidad, por el momento nadie podrá reírse por el echo de haber perdido a mi padre.

Mi madre como siempre tenía cosas que hacer, es más, simplemente compró esta casa antigua para que yo pudiera vivir ahí, pero ella no vendría con migo, sigue molesta por mi intento de suicidio.

''Ady no entiendo por qué has querido hacerme esto, yo que se sacrifica por ti, y no me digas porque dos idiotas se burlen de ti es suficiente para hacerme pasar esta vergüenza''

Miro mis muñecas, aún vendadas, y miro mis maletas, desde que mi madre se fue no me he movido de aquí. 

Miro aquella imponente escalera y decido subir, voy encendiendo las luces a medida que llego a una nueva planta. Al final, en la cuarta planta me encuentro con una puerta negra, la muevo y me llevó una desilusión , todo está lleno de polvo.

Camino sin descuidos y mirando mejor esta habitación me doy cuenta que quiero que sea mi habitación. Solo hay una silla y algunas cosas de más, está muy llena de polvo, pero a pesar de ello noto que me encantará, es grande y muy espaciosa.

 Solo hay una silla y algunas cosas de más, está muy llena de polvo, pero a pesar de ello noto que me encantará, es grande y muy espaciosa

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Esperaré al día de mañana para empezar la limpieza, mientras me quedaré en el sofá.

Aprender a morir.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora