697 55 14
                                    

Idaho Falls.

Wanda y Pietro llevaban, por lo menos, un año en Idaho Falls. Los gemelos estaban tranquilos, sin ningún tipo de misión de 'rescate' o sin ningún Vengador en sus espaldas.

Nunca pensaron que esa tranquilidad fuera destrozada por un ser sobrenatural, pero pasó.

El chillido de la señora Hudders se escuchó por todo el bloque.

Pietro se levantó rápidamente y salió hacia la puerta del apartamento de la señora Hudders, minutos después llegaron su hermana y los demás vecinos.

—¡Señora Hudders! ¿Se encuentra bien? —preguntó Pietro por décima vez.

—Aparta, Peter —avisó uno de sus vecinos llamado Tom.

Peter y Ana Frank. Esos eran sus nombres falsos, tenían que pasar desapercibidos, ¿no?

Tom abrió la puerta de una patada, y, aunque Pietro no era tan fan de él, le agradeció con la mirada.

Pietro le envió una mirada a Wanda, pensando si sentía a la señora Hudders. Wanda negó la cabeza. Pietro corrió, a velocidad humana, hacia la señora Hudders y al ver la escena se sorprendió.

La señora Hudders estaba pálida, lo que daba a entender que estaba muerta, y tenía una pequeña marca en su cuello. Y lo más impactante, estaba sola.

Nadie podía salir de una casa en cinco minutos, a no ser que fuera como Pietro.

Los gritos de algunas vecinas sonaron por todo el apartamento, Wanda llamó a la policía y, minutos después, ya estaba allí.

Desalojaron el apartamento, cada uno se fue a su apartamento. Wanda y Pietro se quedaron con la policía, ya que el primero en encontrar a la señora Hudders fue Pietro.

—Y, dime, Peter, ¿cómo es que fuiste el primero en llegar?

Pietro rodó los ojos a tal pregunta.

—Era el más rápido de mi clase.

El agente miró a Pietro desafiante. Justo cuando le iba a insultar, el oficial de policías entró al salón con dos hombres más.

—Son Agentes del FBI —murmruó el oficial al agente, este asintió y dejó el salón a pedido de los del FBI.

Los agentes se presentaron como el Agente Sizzler y el Agente Scott. Wanda y Pietro contestaron a sus preguntas, algunas más extrañas que otras. Los agentes de policía abandonaron la sala después de hacer su trabajo, dejando a los gemelos y a los agentes solos.

Wanda miró a Pietro, diciéndole en susurros que sentía algo extraño en ellos, el chico asintió, dándole permiso.

Wanda entró a la cabeza del más alto, este empezó a retorcerse de dolor. El otro se desesperó y, cuando se dio cuenta de que Wanda estaba ocasionando eso, se levantó del sillón, cogió una daga de metal y amenazó con ella a Wanda. Pietro se levantó y agarró el cuello del más alto con su mano, que iba a atacar a Wanda por detrás.

—¿No lo viste venir? —preguntó con sorna.

—Vosotros no sois agentes del FBI —musitó la chica, sorprendiendo a los dos hermanos—. Dean y Sam Winchester... —soltó de repente, Dean aumentó la presión de la daga en el cuello de Wanda—. Son cazadores, Pietro. Cazadores de lo sobrenatural —contestó mirando a su hermano.

Él apretó el agarre de Sam. —¿Quién os ha enviado? —preguntó con rabia.

Dean soltó a la chica y cogió a Pietro de la camisa y lo tiró al suelo, pero antes de poder hacer algo, Wanda mandó a Dean a la pared donde estaba Sam.

—No toques a mi hermano —soltó Wanda con rabia, retiró el aire del cuerpo de Dean por unos segundos, pero Pietro la paró.

—Eh, tranquila —murmuró el chico de pelo plateado intentando que su hermana le mirará. Pero seguía mirando a Dean, pero ahora le mostraba su peor pesadilla, a él y a Sam—. ¡Wanda!

Wanda dejó de mirar a los hermanos, para mirar a la pared, estaba repasando lo que había hecho.

Era un monstruo.

Wanda miró a los hermanos, Sam no miraba ningún punto en especial, mientras que Dean miraba a su hermano. Luego miró a Wanda y le fulminó. Ella apartó la mirada avergonzada y observó a su hermano, estaba nervioso, miraba a Wanda y a los hermanos, nervioso y preocupado.

Dean se levantó bruscamente, igual que Sam segundos después, se acercó amenazante a Wanda, pero Pietro se puso delante de la chica, protegiéndola.

—Si tocas a mi hermana, aunque sea un solo pelo, te mataré —amenazó el de cabello blanco.

—Qué irónico —musitó Dean.

—He visto vuestras mentes —dijo Wanda de repente acercándose a los hermanos—, son peculiares, me gustan. Una más que la otra —musitó mirando a Sam—. Pero, son interesantes. Lo siento por todo, mi hermano creyó que Furia os enviaba —dijo cogiendo la mano de su hermano, saliendo del apartamento.

—¡Ey, espera! —chilló Sam siguiendo a los gemelos—, ¿quién es Furia? ¿Y como has podido leernos la mente?

—Tengo poderes —explicó—. Control mental, alteración de la realidad, capacidad de leer las mentes... Esas son unas de mis cualidades.

¿Qué haces?, preguntó Pietro. Wanda le miró y asintió.

—Se lo que hago.

—¿Y él? —preguntó Dean desconfiado.

Pietro corrió, le tiró al suelo y volvió al lado de su hermana, todo eso en unos pocos segundos.

—Metabolismo acelerado -—murmuró Sam mirando a Pietro pasmado.

—¿Qué demonios sois? —preguntó Dean, levantándose del suelo.

—Eramos humanos utilizados como cobayas de laboratorio. Hydra nos utilizó y , gracias al bastón de Loki, experimentaron con nosotros.

—¿Loki? ¿Estás diciéndome que este... Tío existe? —preguntó Dean irónico, y nervioso.

—¿Y los Demonios y Ángeles no?

Touché.

—Oye, quizá podrías ayudarnos un poco con esto —murmuró Sam.

—¿Qué? ¿Qué haces, Sam? —musitó el mayor cogiendo al aludido del brazo.

—¿Puedes contactar con personas muertas? —preguntó ignorando a su hermano.

—No soy una médium —contestó entrando en el apartamento, y tras entrar Pietro, cerro la puerta de un portazo.

—¿Qué has hecho, Wanda?

—Nada, solo pensé que serian de gran ayuda.

—¿Con qué? ¿Con lo nuestro? —preguntó Pietro irónico—. Son personas normales y corrientes, no tienes porque obligarles hacer esto.

—No son personas normales y corrientes, cazan seres sobrenaturales, el alto fue poseído por un demonio, Pietro. No son normales. Son como nosotros, son raritos.

—No digas eso otra vez, jamás —reprendió enfadado el mayor.

—¿El qué? ¿Raritos? —preguntó Wanda y Pietro gruñó—. Raritos, raritos, raritos, raritos...

—¡Cállate! —musitó, y tras soltar un suspiro, abrazo a Wanda.

Hero ▶ Dean WinchesterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora