Hero ▶ Dean Winchester

Ⅲ

Lebanon, Kansas.

Cuando llegaron al búnker, Sam le dio a Pietro varias indicaciones para llegar a una habitación. Y en menos de dos segundos, Wanda ya estaba tendida en una cama.

Sam y Dean llegaron corriendo hacia la habitación con el maletín de primeros auxilios.

Dean levantó la camisa de Wanda y antes de que Pietro pudiera contestar, le quito la venda que le pusieron a mitad de camino para detener la hemorragia. Pietro se quedó callado al ver a su hermana con semejante herida.

Se desplomó a su lado y la cogió de la mano.

Sam desinfectó la herida con alcohol desinfectante, Pietro, al ver como su hermana se removía inconscientemente por el dolor, paró a Sam cogiéndole de la mano.

Sam le envió una mirada expectante, Pietro, al darse cuenta de lo que quería decir, soltó su mano y cogió la de su hermana, otra vez.

Mientras, Dean quemó la aguja para desinfectarla, aparto a Sam con un suave manotazo y empezó a coser la herida de Wanda.

Wanda abrió los ojos de repente y chilló por el dolor. Los ojos de Pietro se empezaron a aguar. No podía ver a su hermana así, le dolía, mental y físicamente.

Los objetos alrededor de ella empezaron a volar y a destruirse por si solos, pero, por suerte, ninguno le daba a ni a los Maximoff ni a los Winchester.

-Shh, eh, Wanda. Estoy aquí, todo pasará -susurró Pietro acariciando el rostro pálido de Wanda.

-Lo siento, Pietro -murmuró y volvió a chillar por el dolor.

-¿Qué? Wanda, ¿de que hablas?

-Tu... -hizo un movimiento brusco y se quejó.

-Lo siento -se disculpó Dean en un susurro.

-Tu moriste por... Por mi culpa -dijo Wanda con dificultad.

-¿Cómo puedes decir eso, Wanda? -preguntó Pietro sorprendido, pasó su mano por las mejillas de Wanda, limpiando las lágrimas de dolor que soltaba su hermana-. Tu no fuiste la culpable de nada.

-Si... Si no te hubiera... Dejado solo, no hubieras muerto. Yo... Yo te dije que te fueras, Pietro -murmuró dificultosamente.

Cuando Dean terminó de coser la herida, Wanda soltó un suspiro y se preparó para decirle a su hermano todo lo que pensaba.

-Creí que era fuerte, creí que podría ser una Vengadora. Pero... Te dejé morir. Cuando aceptamos ayudar a Ultrón yo... Yo supe que algo iba mal, lo sentía... Lo sentía en los huesos, como decía mamá, ¿recuerdas? -Wanda empezó a llorar silenciosamente, y Pietro asintió-. Te lo tenia que haber dicho desde un principio -continuó Wanda. Sam dejó de vendarla y se marchó de la habitación junto a Dean-. Cuando... Cuando estábamos en la iglesia, te dije que podía manejarlo, pero no podía, no sin ti, te mandé que fueras con los civiles. Y... Dios, Pietro, me arrepiento de ello. No quería que murieses. No debiste hacer eso. Se que suena egoísta, pero eres mi gemelo, Pietro. Te necesito.

-Wanda, no tienes nada que ver con mi muerte, y lo sabes -murmuró Pietro acariciándole el pelo a Wanda-. Dios, Wanda, estás caliente -musitó Pietro preocupado al poner su mano en la frente de Wanda.

-Sentí como morías. Era horrible, Pietro -continuó Wanda llorando, ignorando a su hermano-. Pude sentir como te ibas, algo se apagó dentro de mi... Y exploté -musitó.

A Pietro le costó entenderla, por los llantos e hipidos que salían de Wanda.

-Eso ya no importa, Wanda, estoy aquí. Contigo, vivo.

-Quise matar a Stark, tu eras la única persona que tenía y a la única que amaba -siguió Wanda lentamente-, y me la quitó. Él nos quitó a papá y a mamá, y luego a ti -Wanda miró a Pietro, sus ojos mostraban de todo, pena, rabia, confusión, tristeza y sobretodo, dolor-. Casi lo hago -murmuró con amargura-. Pero Barton me detuvo. Yo... Pietro, casi mató a Tony.

Pietro frunció el ceño por el radical cambio de Wanda, al principio parecía que de verdad quería matar a Stark, y al minuto después, parecía arrepentida de hasta haberlo pensado.

-¿Wanda? Wanda, no estás bien. Estás delirando -murmuró Pietro con voz tranquila-. Es por la fiebre. Duerme, así te sentirás mejor.

-¿Me prometes que no te irás?

-Te lo prometo, Wanda. Te quiero.

-Yo también, Pietro.

Pietro se acomodó al lado de Wanda y se dispuso a dormir.

Mientras tanto, los Winchester estaban sentados en la biblioteca del búnker. Dean estaba bebiendo un vaso lleno de alcohol y Sam, al contrario, estaba buscando en su ordenador.

-Eso ha sido muy... Wow -soltó Dean rompiendo el silencio.

-Lo sé -contestó Sam, tecleó un par de cosas más y se acercó a su hermano-. Mira.

Giró el ordenador para que Dean pudiera verlo.

-Un ejercito de robots ataca Sokovia... Sokovia en el aire... Los Vengadores salvan Sokovia... Sokovia es atacada... -leyó Dean.

-Mira; aquí pone que un niño dijo que un chico extrañamente rápido y un arquero le salvó la vida. El chico rápido murió. Ese podría ser Pietro -dijo Sam señalando la pantalla-. Y aquí pone que una chica de rojo salvó a un grupo de personas con una especie de humo escarlata. Definitivamente, es Wanda. Los llaman... La Bruja Escarlata y Quicksilver.

-¿Cómo estás tan seguro de que la Escarlata esa es Wanda?

-Es la Bruja Escarlata, y ¿acaso no viste el humo rojo que salia de sus manos cuando nos atacó?

-No, lo siento, estaba muy ocupado... Protegiéndote -contestó Dean con ironía y Sam rodó los ojos.

-Sí. Bueno, aquí dice que ellos y Los Vengadores salvaron Sokovia de un ejército de robots. La ciudad quedó destruida, y poco más.

-¿Quién sería capaz de crear un ejército de robots? -dijo Dean irónico.

-Se ve que... Iron Man.

-¿Iron Man? ¿Y ese tipo quién se cree que es? ¿Batman?

Sam volvió a rodar los ojos, aveces su hermano podía ser un grano en el culo.

-Dean -le llamó su hermano-. He encontrado la ficha policial de Wanda y Pietro.

-¿Y qué dice?

-Ya sabes, lo normal. Hijos de Magda y Django Maximoff, muertos. Um, Pietro estuvo dos días en la cárcel por pegar a alguien y Wanda por hacer jaleo en las calles.

-¿Ves? Una buena razón para no confiar en ellos -soltó Dean con as cejas levantadas, mirando a su hermano.

-¿Cuántas veces has ido a la cárcel? -preguntó y Dean se quedó callado-. Puede que sean de fiar.

-¿Una cerveza? -le ofreció Dean y Sam asintió en un suspiro.

Sam también dudaba si debía confiar o no en ellos, pero ahora Wanda necesitaba su ayuda, y parecían buenas personas. Buenas personas que sufrieron mucho, como ellos.

Quizás si que serán de fiar, pensó Sam aceptando la cerveza fría que le daba su hermano.