Capítulo 6.

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Daniel

-Claro, yo enseguida avisaré a mis hijos. Una mesa para 10 entonces, estaremos encantados de cenar con vosotros, nunca hay que perder el contacto aunque vivamos en lugares distintos. Hasta Navidad, dale recuerdos a Ainho.

Sus últimas palabras logran captar mi total atención y parece que la de Jesús también. Nuestra madre enseguida aparece a nuestro lado y nos mira con sorpresa.

-Hombre chicos, que pronto habéis llegado, ¿no?

-Si quieres nos volvemos a ir.- bromea mi gemelo haciéndo reír a mi madre.

-No me tientes hijo. Venga, entrad, que tengo que contaros algunas cosas.

Dejamos las mochilas a un lado y entro en la cocina con intención de coger algo de picar antes de la comida. Jesús y mi madre entran detrás de mi y comienzo a comer el yogurt que acabo de coger, como quién no quiere la cosa.

-Acabo de hablar con la madre de Ainhoa y hemos quedado en que en Navidad todos iremos a Bilbao para tener una cena familiar junto a ellos.- informa animada, haciéndo que casi me atragante con el yogurt.- Ha sido un detalle por su parte pensar en nosotros y por ello tendréis que ir sin rechistar.

-¿Con la familia de Ainhoa?- repito sin terminar de creermelo porque en estos momentos parece que la vida me está vacilando de alguna manera.

-¿Pero sus padres no estaban separados?- hace eco a mis pensamientos Jesús.- No será un poco incómodo que...

-Han hablado entre ellos y harán el esfuerzo de llevarse bien durante el tiempo que estemos con ellos. Encima, el psicólogo dijo que no era bueno separar durante mucho tiempo a Ainhoa y Jon.

Miro a mi hermano maldiciendo todo lo que se me viene a la cabeza y él encoge los hombros dándome a entender que no tiene ni idea de lo que hacer, genial.

Jon es el hermano pequeño de Nhoa. A penas tenía 2 años cuándo sus padres se separaron y cada padre decidió llevarse una custodia separándolos, sin pensar en ellos y cómo podría afectarles. Fue una época muy difícil para ella y sé que hace mucho tiempo que no vé a su hermano, y por eso mismo no le agrada hablar sobre el tema.

-¿No tenéis ningún problema en ir, verdad?- pregunta mi madre al ver que nos hemos quedado callados.

La miro unos segudos y como siempre, su mirada termina intimidándome. Suspiro y finalmente niego con la cabeza, era cuestión de tiempo que esto sucediera.

Lo peor de todo, es que ahora tengo millones de ganas de verla. Quiero abrazarla y besarla igual que hacía siempre, pero todavía queda tiempo para que llegue el momento de la cena. ¿Y si cambio de opinión? O preor aún, ¿y si ella ha conocido a alguien mejor que yo? Puede que ahora mismo no tenga mis pensamientos en orden pero si hay algo que tengo claro es que no comparto a Ainhoa con nadie, aunque estemos o no estemos juntos. Mientras yo este a su lado, ella no es de nadie. Solo mía.

[...]

10 de Octubre.

Ainhoa

Suspiro por quinta vez sentada en el sofá. Son las cinco de la tarde pasadas y no sé exactamente lo que estoy esperando. Simplemente miro el móvil fijamente. Quizás es la manía, la manía de que él me llamara todos los sábados para ir a su casa o que él viniera a la mía. Pero esta vez no hay ninguna lágrima, ni siquiera estoy triste. Creo que no me quedan lágrimas ya para llorar más y lo único que me queda por sentir es la desilusión. Tal vez porque hasta estos últimos días no he sido completamente consciente de que el chico al que quiero y que me hace feliz, no volverá nunca más. Que no le voy a volver a abrazar y por mucho que Valeria me repita estas palabras una y otra vez algo me dice en mi cabeza que no sea tonta, que afloje. Que no debo adelantarme a olvidarlo. Y eso lo único que hace es desesperarme porque yo tampoco quiero olvidarlo.

Termino cogiendo el móvil entre mis manos y bajo rápidamente entre todas las conversaciones buscando la de Daniel, la cual no tardo mucho en encontrarla. Me fijo en su foto de perfil y creo que es la segunda vez que se la ha cambiado en toda su vida. Recuerdo cuándo le hice esa foto y no puedo evitar sacar una sonrisa nostálgica.

*Flashback de Ainhoa*

-Tía, despégate un poco de tu novio y ven a bailar conmigo, coño.- exclama Valeria por encima de la música de la discoteca, con el vaso en la mano y una voz que hace soltar una carcajada a Dani, el cual tengo agarrado de la mano.

-Deberíamos volver ya, que se está haciéndo tarde.- informo alzando la voz, y esta me hace un gesto quitándole importancia.- Jesús.- le agarro del brazo y le giro y este se acerca a mi para poder oírme mejor.- ¿Te vas a quedar más tiempo aquí?

Se queda pensativo mirándo como baila mi mejor amiga, y finalmente me da un beso en la mejilla acercándose a mi oído.

-Podéis iros a casa, yo me quedo a cuidarla.

No se me escapa la cara de pillin que pone antes de mirarla de nuevo, pero esta vez se fija bastante más en su culo ya que está bailando de espaldas a él.

-Eh, cuidado con lo que haces con mi amiga.- bromeo dándole un golpe en el hombro, y Jesús me guiña un ojo y se despide de su hermano antes de acercarse a Valeria.

Mi novio me agarra más fuerte de la mano y los dos salimos de la discoteca entre empujones por parte de todo el mundo.

-¿Te apetece quedarte a dormir a mi casa, cariño?- me pregunta pasándome un brazo por los hombros y dándome muchos besos en la cabeza.

Sonrío tierna y asiento muy feliz por tenerle a mi lado, porque es lo mejor que me ha podido pasar.

-Oh, dios mira.- suelta asombrado mirándo el coche negro que hay aparcado en la acera. Suspiro. Los gemelos y sus gustos por los coches.- ¿Me haces una foto? Jesús va a flipar en cuanto se lo enseñe.- me pide tendiéndome su móvil y yo se lo cojo encantada y le hago la foto.

Sonrío porque siempre sale guapísimo en las fotos y cuando va a coger el móvil de mi mano lo aparto rápidamente y sonrío inocente.

-¿Y mi beso?- pregunto con una sonrisa radiante y enseguida veo como se acerca a mi con una sonrísa y me agarra de la cintura pegándome mucho a él.

Y me besa con todas sus ganas. Y no puedo evitar pensar que me ha tocado la lotería con él.

*Fin del Flashback de Ainhoa*

Para mi sorpresa, la melodía de "Love Yourself" resuena por todo el salón y cojo el móvil para comprobar quién me está llamando. No puedo evitar hacer una mueca de desilusión al ver de quién se trata.

-Dime, David.- suspiro no muy fuerte y oigo su risa al otro lado de la línea.

-No estás muy contenta que digamos, ¿verdad?- sonrío un poco.- ¿Te apetece hacer algo esta tarde?

-¿Hoy? Yo... Esque tenía pensado hacer...- comienzo intentando inverntar alguna excusa con la que me deje tranquila esta tarde y poder llorar en paz.

-Genial. A las 18:30 paso a recogerte.- me interrumpe.- No hace falta que te pongas nada especial pero te recomiendo que te pongas unas deportivas.

-Bueno... Espera, ¿tú esto ya lo tenías pensado antes de llamarme, verdad? -pregunto cruzándome de brazos mentalmente.

Pero no puedo evitar sacar una sonrisa divertida. Escucho su risa al otro lado de la línea.

-Hasta entonces, Ainhoa.

Y cuelga sin ni siquiera dejarme terminar de hablar.

-Adiós...- susurro pensativa.

Quizás sí que debería empezara salir más a menudo a la calle para olvidarme del tema. Despejarme. Comenzar a vivir como antes solo que sin una persona más en mi vida. Es complicado, pero lo puedo conseguir. ¿No?

Qué tendrá pensado este chico.

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Hooola genteeecilla Cuanto tiempo sin escribir aquí madre mía. Lo ssssiento muchisimo de verdad y siento que todavía no haya subido el capítulo de la otra novela pero está en proceso todavía, espero terminarlo cuanto antes. Bueno que ya sabéis que estoy hasta arriba de exámenes igual que dije en los 11 pasos y que escribiré cuando pueda y cuánto antes, lo aseguro💟

Mil y una noches sin tí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora