13. Duele...

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POV Christian

«Tu llenabas mi vida. Te amaba tanto que no me importaba la manera como quisieras que estuviera en tu vida...»

Cada palabra que me ha dicho vuelve a resonar en mi cabeza con gran fuerza mientras la veo alejarse, pero sólo esas son las que retumban.

¿Me amaba?

¿Ya no lo hace?

¿Entonces por que reacciona a mí como lo hacía antes?

Sé que todavía me desea, tanto como yo a ella, lo puedo sentir con sólo mirar esos ojos que me fascinaron desde el primer día en que la vi, o cuando rozo su tersa piel. Soy un imbécil, un jodido idiota. Debí mantener la calma, pero era tan difícil con ella entre mis brazos, solo deseando besarla, acariciarla, darle todo el cariño y el amor que se merece.

Amo a esa mujer.

No puedo dejar que se vuelva a alejar de mí. Levanto la mirada y la veo alejarse, sé que no quiere que la siga, pero no puedo estar sin ella. Soy un jodido y despreciable ser sin ella conmigo.

—¡Ana! —la llamo, pero parece no escucharme.

Empiezo a correr, pero una voz me detiene.

—Ya déjala en paz.

Volteo para encontrarme con Elias Black.

—No es de tu incumbencia —le espeto.

Aprieto mis manos en puños preparado por si a éste idiota se le da por hacer alguna movida en mi contra. Taylor aparece junto a mis padres y a Elliot, pero le hago señas para que no se involucre. De cierta forma me alegra confirmar que no haya sentimientos románticos de los Black hacia mi preciosa chica.

—Sí lo es. Todo lo que tenga que ver con mi hermana me interesa. Ya la has jodido demasiado. ¿Por qué no la dejas ser feliz de una vez por todas? Estoy cansado de verla sufrir por tu jodida culpa.

—No te metas conmigo, Black. Anastasia no es nada tuyo.

Una limusina se detiene a nuestro lado y sale Arthur Black.

—Es suficiente Elias, entra al auto —dice el padre abotonando su saco y reconozco lo intimidante que se ve. El chico va a protestar, pero con una simple mirada el hombre mayor lo doblega. Respira para calmarse y vuelve su atención a mí—. Le voy a pedir el favor de que se aleje de mi hija. Tal vez no tengamos la misma sangre, pero amo a esa niña como si fuera parte de mí. Si te le vuelves a acercar y vuelve a derramar una sola lágrima más por tu culpa, me va a importar una mierda quien eres.

Termina sus palabras y se va.

—Christian. —Miro a mi hermano y frunce el ceño—. Ya cálmate, hermano. Déjala que respire y se calme. Ya después la buscarás.

Ignoro las palabras y miradas de toda mi familia y vuelvo a la casa. Sólo quiero que me dejen en paz. La he vuelto a perder y me siento sin rumbo. Subo las escaleras y me encierro en mi antigua habitación luego de haber tomado la botella de Bourbon de la reserva de mi padre. Luego se la repondré. Cierro la puerta con un fuerte golpe y me lanzo en mi cama con las manos en mi cabello. No quiero ver a nadie, ya ha sido suficiente espectáculo por esta noche.

¿Por qué siempre tengo que arruinarlo todo con ella?

La única mujer a la que he amado, la única por la que mi maldito corazón late, la única que me hace sonreír con sólo tenerla cerca y a la única a la que he lastimado. No soy bueno para ella.

Destruida Entre SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora