Capitulo 4

114 2 0
                                    

Abrió los ojos. Había sido solo un sueño, la cama seguía ahí, sus pinturas, armario y demás estaban en su cuarto. Parpadeo varias veces para ver si lo que veía era real. De cualquier manera su realidad de ahora y la de su sueño eran iguales, su sueño había sido tan real que podría asegurar que no era un simple sueño en si, pero lo era.

Hurgo debajo de su cama en busca de su laptop, con la mano la jalo hacia ella lentamente y la abrió. Movió el cursor hacia donde decía "Nueva entrada" y lo selecciono.

"Por parte de las personas de las que esperamos mucho, poco obtenemos... ¿Pero que hay de las que esperamos poco?, cuando confiamos en quien creemos la persona indicada nos resulta fallando."

Llevaba escribiendo en su blog desde que tenia 10 años y ahora tenia 16, era su pasatiempo favorito y aunque no era muy famosa, recibía buenas criticas de las personas que leían su blog. Tecleo unas cuantas palabras y luego cerro su laptop. Escogió la ropa mas cómoda que pudo encontrar, por suerte ayer en la noche había hurgado en la bolsa que iban a donar a caridad con toda su ropa vieja, saco lo que mas le gustaba y no estaba dispuesta a dejar ir por ningún motivo, su camisa autógrafiada por ejemplo, unos jeans ajustados rojos con rayas a cuadros negros, también unas cuantas camisas mas, algunas de Ac/dc, otra de The Beatles, una de Jim Morrison y una que había conseguido por internet de Pink Floyd (entre otras). Corrio al baño a darse un baño rapido. Se puso su favorita y se metió los ajustados jeans. Unas botas Steve Madden de combate negras iban perfectas con su atuendo.

Mucho mas cómodo que los dolorosos 12 cm de ayer, agarro su bolso y metió todo lo que pensó que iba a usar a lo largo del día, entre ellos, su iPod y su celular. Bajo corriendo por las escaleras de su casa, en otros tiempos su hermana se habría quejado de ella con su madre. Pero ella ya no estaba, se había ido a la universidad de Washington hacia pocos días. Los zapatazos por la fina madera que tenían las escaleras de la preciada y bien cuidada casa de su madre, el patio ni se diga. Era su adoración, sobre todo la vista al bosque, donde usualmente iba a recoger moras salvajes como cualquier persona normal de siglo XV, pero claro, este no era el siglo XV era el siglo XXI.

Con una mano llevaba una manzana que había agarrado del pequeño plato con frutas que su mama siempre ponía en la mesa y con la otra una barra energética, se metió de 3 mordida la barra entera a la boca y luego mordió la manzana, se acerco a su madre con las mejillas llenas de comida y su boca a punto de rebalsar y le dio un beso de despedida en la mejilla dejando un poco de avena en esta.

-Adiós ma- dijo apenas tragando-. Nos vemos luego.

-Adiós hija- dijo haciendo un gesto con la mano.

Abrió la puerta con el cuerpo, y vio al pequeño Peebs salir por la puerta. Un gato blanco tan pequeño que la gente acostumbraba a preguntar si se alimentaba o no. Un aire frío recorrió su cuerpo anunciando que el final del verano había llegado y que el otoño era lo que le esperaba, saco un suéter y gorro negro, y camino, observo las rosas rojas de su madre, luego las margaritas y por ultimo para anunciar que estaba llegando al bosque, unas cuantos arbustos de frambuesas, se introdujo dentro del bosque, era mucho mas frío que el patio de su casa, giro su cabeza para atrás y vio en la ventana de la cocina a su madre diciendo adiós con la mano, su casa y la escuela estaba conectadas por el gran bosque que rodeaba todo Finley Falls, en realidad nunca le había desagradado vivir en Minnesota. De hecho le gustaba.

El frío era la mejor parte, el calor jamas lo había soportado y el invierno era su época favorita del año, podía encender la fogata y sentarse junto al fuego mientras asaban nubes. Pero... ¿Que pasaba con el calor? Para ella siempre significaba problemas, sus padres siempre peleaban por el estrés que les causaba tanto calor, su hermana siempre usaba ropa pequeña que a ella para su gusto no la usaría jamás y a su padre tampoco le agradaba, eso no había sido problema hasta que empezó a ser mas "Voluminosa" de algunas partes de su cuerpo. Los tipos groseros de las calles se le quedaban viendo con miradas penetrantes, y otros solo querían aprovechar la situación y tocarla de la parte que fuera la mas escotada. Sus pechos.

Crash.

El sonido de una varita rompiendose la sacó de sus pensamientos. Giro frenéticamente su cabeza por un segundo luego siguió caminando.

Crash.

Volvió a sonar. Paro en seco en medio del bosque, probablemente era un animal o algo, tal ves un oso o un lobo, recordó la ves que vio un oso en frente del porche de su casa. Tendría tal ves 6 o 7 años, era aterrador después de un rato el oso se fue y sus padres y hermana regresaron.

Comenzó a llenarse de ideas la cabeza. De como iba a escapar si era un oso o un lobo. De como no podría escapar. De como era la distancia de donde estaba parada a su casa y de como era la distancia de ahí a la escuela. Tomo la segunda opción, si era un animal y iba a su casa la iba a seguir de regreso hasta llegar a su hogar, donde se encontraba su madre, ¿que harían ellas dos solas con un oso gruñendo y muerto de hambre?. Así que decidió ir a la escuela, de segura ahí iban a manejar mejor las cosas.

Crash. Crash. Crash.

Era el sonido que se escuchaba de tras de ella, tenia miedo y valla que lo tenía.

Corrió con toda la energía que pudo hasta ver del otro lado de la calle las puertas de la escuela. Seguio corriendo hasta entrar en el pasillo, respiro profundamente esperando recuperar el aire perdido y ya con aire de nuevo se dirigió a su casillero.

-¡Buenos días!- Dijo Bow-. Hoy es un gran día, el otoño a iniciado lo cual significa que el baile de Otoño esta cerca ¿Vas a venir verdad?- hablaba tan rápido que apenas podía entender lo que decía, asintió con la cabeza esperando dar una respuesta correcta a su pregunta que no entendió muy bien-. ¡Perfecto!- dijo dando briquitos-. Tenemos mucho que planear, el vestido, los colores, el tema- iba enumerando con los dedos cada cosa que decía, la mirada de Max se desvió por un instante y ahí estaba el. Llevaba puesta un sudadero negro y unos vaqueros azules, llevaba puestas unas converse rojas que resaltaban entre todo lo oscuro que llevaba y su gorra de béisbol, su mirada se encontró con la de ella observándolo, rápidamente giro hacia Bow de nuevo y se re conecto a su platica de la cual ya no tenia ni la menor idea de que era -. ¿Entonces que dices?- dijo sonriendo.

-Ammm- se rasco la cabeza-. ¿Me lo repetirías?- dijo ruborizada.

-Dije- hizo una pausa-. ¿Sabes que? Olvida lo del "comité de bienvenida" ¿Que te parece si mejor nos metemos a "El comité de decoración"?- no le parecía, no le parecía ni lo mas mínimo, pero sentía que le debía algo a Bow, algo que iba mas aya de hablarle el primer día de clases, así que accedió.

Free ShadowsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora