Prólogo

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Zona astral donde la imaginación de los hombres fabrica con líneas de fuerzas los fantasmas que los acosan o recrean en sus sueños.

Marco de caverna, más allá del cual se distingue una llanura de cobre bloqueada por montañas. Cambiantes luces violetas le prestan al panorama la sequedad del desierto y la magia irreal de los escenarios de fantasmagoría.

Conciliábulo de fantasmas pueriles e ingenuos.

Rocambole: En la estampa que lo presentan los grabados de madera de las primeras ediciones Maucci que aparecieron en Barcelona. Tubo gris, jaquet negro, pantalón a cuadros endrinos y blancos, prendido sobre el empeine del pie por tabillas que cruzan bajo la suela del calzado. Látigo de cochero de punto bajo el sobaco. Esta arbitrariedad explica la imaginación del ilustrador de cromos populares en Barcelona. El pícaro puede ser confundido con un empleado de seguros, de pompas fúnebres o de asuntos judiciales. Representa cuarenta años.

Hombre Cúbico: Tronco de caldera cúbica con paralelogramos por piernas. Un triángulo equilátero sustituye la cabeza. Carece de brazos, como todas las estructuras que idean los inventores de homúnculos y hombres mecánicos.

Reina Bizantina: Veinte años. Insignificante, a semejanza de las reinas de carnaval. Traje coludo en rojo mayor, y en la cabeza un chirimbolo de carey escarlata que es atributo de las monarquías de carnestolendas, e innumerables lentejuelas, símbolo de los esplendores de las reyecías.

Galán: Pinta cínica: esmoking y gardenia en el ojal. Bigotuelos de pederasta y enjundia de cómico de la lengua.

Demonio: Un truhán con capa mefistofélica, como todos los diablejos de circo: cejas reglamentarias de arco, calzas rojas y pantuflas negras, más encorvadas que la proa de una piragua. Porra de estopa roja y gesto desaforado.





Trescientos millones. Roberto ArltDonde viven las historias. Descúbrelo ahora