Capítulo 8

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Y por fin aquí está el último capítulo de esta historia. Me divertí mucho con el final y me gustaría que comentaran lo que les parece :) Al final pongo el resumen de la próxima historia.

"Mi querido Linden" –susurró ella con su voz musical.

Linden se levantó con calma, sin apartar la mirada de su rostro.

"Señora Qestari" –respondió, con una ligera inclinación de la cabeza.

Ella sonrió aún más, casi riendo.

"¿Por qué tan formal, mi valiente caballero? ¿No te alegras de verme?"

Linde apretó los puños mientras intentaba mantener su deseo por ella bajo control.

"¿Alegre? Más bien molesto –respondió secamente-. El más joven casi murió ayer por la noche."

Qestari miró a los hermanos durmientes y dio un paso hacia ellos, pero Linden se interpuso rápidamente.

"Deja de jugar con ellos, mi señora. Déjalos dormir."

Ella chasqueó la lengua.

"Linden, Linden. Sabes que solo vengo a ellos una vez."

"Pero has venido a mí más de una vez."

"Ah –ella sonrió y le acarició la mejilla-. Pero tú eres especial para mí, y lo sabes. Eres tan guapo y te pareces tanto a él."

"Yo no soy mi hermano, mi señora –respondió, alejándose de su toque-. Felagund está muerto y no puede ser reemplazado."

Su rostro se entristeció un poco.

"Soy completamente consciente de eso, mi amor. Sin embargo, la sangre de tu hermano mayor corre por tus venas. Y es suficiente para mí saber que el alma de Felagund sigue viva en ti."

Linden miró a los príncipes del Bosque Negro y se sintió aliviado al ver que no se habían movido a pesar de su charla.

"¿Todavía lo amas, incluso después de tantos años?"

"Siempre –respondió ella-. ¿Cómo puedes preguntarme eso? ¿No lo amas todavía?"

"¡Claro que lo hago! Murió mientras yo todavía era un niño pequeño, pero fue mi único hermano."

"Y mi único amor verdadero –dijo ella-. Y nada puede cambiar eso."

"¿Incluso después de seducir a todos esos muchachos? ¿Incluso después de hacerlos comportarse como tontos y casi matar a uno en el proceso?" –su voz cada vez se elevaba más, pero milagrosamente Legolas y Keldarion seguían durmiendo.

Ella se encogió de hombros.

"No puedo evitar ser lo que soy, Linden. Soy una ninfa. Seduzco. Tiento a los demás. Es lo que soy. Es lo que hago –ella miró a Legolas con adoración-. No quería hacerle daño. No está en mi naturaleza causarles sufrimiento a los muchachos, solo placer. Supongo que fui descuidada anoche, pero llevo tanto tiempo observando a los hijos de Thranduil que sabía que nunca se fallarían el uno al otro. Sabía que Keldarion iría a buscar a su hermano pequeño y lo salvaría, como siempre."

Girándose hacia Linden, la ninfa le sonrió con dulzura.

"No molestaré a tus príncipes de nuevo, mi valiente caballero. Y ya que son los silvanos más jóvenes, desapareceré para siempre."

Ella levantó la mano y pasó los dedos por el pecho de Linden. Tras besarlo en los labios, añadió en voz baja.

"Pero volveré por ti, querido Linden. Y sé que quieres que lo haga."

La Tentación de la LocuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora