Capítulo 7

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El fuego crepitaba en la chimenea, produciendo el único sonido en la habitación. Linden y los príncipes del Bosque Negro estaban sentados en el salón de las habitaciones del comandante. Keldarion acababa de contarle sus aventuras de las noches pasadas y ahora los dos hermanos miraban a cualquier lado menos a Linden, de la vergüenza.

Con un suspiro, Linden se levantó y sirvió más té en la taza vacía de Keldarion.

"¿Por eso buscabais al rey? Querías hablarle de la ninfa, ¿no?"

Keldarion le dio las gracias y bebió un sorbo antes de contestar.

"Sí. Pensábamos que podría ayudarnos."

Linden volvió a sentarse delante de los hermanos y sacudió la cabeza.

"Me temo que no lo comprenderá del todo, su alteza."

Los príncipes se quedaron perplejos.

"¿Por qué dices eso?" –preguntó Legolas.

"Porque él es sindar, no silvano."

En ese momento, los dos hermanos se miraron sin comprender.

"No lo entiendo –dijo Keldarion-. ¿Qué tiene eso que ver con esto?"

Linden esbozó una sonrisa.

"Un sindar nunca experimenta lo que nosotros hemos vivido, mis príncipes. La ninfa solo visita a los elfos silvanos, como nosotros."

Legolas levantó la mano.

"¿Perdón? Tengo una pregunta."

Divertido, Linden se volvió hacia el príncipe más joven.

"Sé que nuestra madre formaba procedía de los elfos silvanos y que nuestro padre es sindar, pero no entiendo por qué la ninfa escoge a sus víctimas de esta manera. ¿Por qué solo los silvanos? ¿Por qué no los sindar?"

La sonrisa de Linden se amplió aún más.

"Hay una razón para ello, su alteza. Pero es una larga historia."

Keldarion se encogió de hombros.

"No nos importa quedarnos despiertos."

Riéndose, Linden se levantó.

"Os lo contaré todo. Pero antes de eso, permitidme acompañaros al comedor. Creo que los cocineros han preparado ya la cena. Después de comer os lo diré todo."

Cuando los dos lo siguieron, Linden añadió en voz baja.

"Va a ser una noche muy larga."

Más de una hora después estaban de vuelta en sus habitaciones. Linden añadió más leña al fuego con la mirada fija en las llamas, pensativo.

"Muy bien. ¿Por dónde debo empezar?"

"¿Qué tal desde el principio? –sugirió Legolas, sentado en el borde del sillón mientras esperaba con impaciencia-. Empieza, Linden. Me estoy desesperando."

Keldarion le frunció el ceño.

"¿Quieres calmarte? Linden no se va a ninguna parte –entonces el príncipe mayor se volvió hacia el comandante-. Como no empieces a hablar ya te sacaré la historia a la fuerza."

Linden se rio con ganas ante eso. Podía ver lo impacientes y ansiosos que estaban los príncipes por escuchar su historia, y por eso mismo se estaba tomando su tiempo.

"Muy bien, mis príncipes. Os lo contaré –dijo Linden-. Pero primero, ¿sabéis de dónde viene el nombre de la ninfa?"

Legolas le devolvió la mirada.

La Tentación de la LocuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora