Iván / 1

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Melancolía


Sábado 13 de febrero, 8:30 Pm. Año 2010.



La nieve cae en su paulatino cesar, el sol se oculta y la soledad lo mata, lentamente. Él no puede pensar tanto, y tampoco quiere hacerlo. El frío le perturba, mientras acaricia y abraza su propio cuerpo en busca de calor. Su respiración se ve a través del vapor; sus ojos violetas están tan cansados que apenas puede estar despierto, entonces quiere dormir, pero tampoco puede, porque lo desea de una manera eterna.

Su hogar en Rusia siempre era calmado, todo era igual. menos cuando su hermana, Natalia, solía estar en ella o estar despierta. Un recuerdo de la tarde ya pasada invadió su mente: él encerrado en su cuarto y su hermana pidiéndole quedarse en casa, no de la mejor manera que digamos. Iván tuvo un escalofrío y negó con la cabeza.

Él estaba en el sótano de la casa, o azotea, o lo que sea que fuese. Miraba las cajas a su alrededor, miles de recuerdos y objetos que creyó perder estaban allí. Pero quería ignorarlos.

Bajó al primer piso en dirección a la cocina. Si no comía algo al menos hoy, se iba a enfermar. Agarró un pedazo de carne y en un vano intento de lograr freírlo, pero sólo logro hacer carbón. Suspiro cansado y recordó al chino, tanto que amaba como él cocinaba... con pasión y amor. Una sonrisita invadió su rostro y desapareció al momento de ver su creación de carbón puro. Frunce el ceño con decepción, así que va al sofá. Enciende la chimenea y se dispuso a mirar la televisión, a ver qué tipo de basura podía encontrar entre los canales de Estados Unidos.

Imagino escuchar en su cabeza a los estadounidenses decir cada segundo: ¡Me encanta la programación de mi país! Tan productiva y educativa, mejor que la de cualquier país!

Al final de todo termino escuchando música clásica, mientras saboreaba con un gesto de asco el pedazo de carbón en su plato. Al terminar deja su plato en el lavaplatos, vuelve a la sala de estar y se encuentra con una canción de ritmo lento y un poco triste. Sonríe, la electrónica no es su punto, pero al menos no era ruido en total. Se acerca al reproductor para mirar el nombre y se lo encuentra irónico.

Valentine. (N/A: canción en multimedia)

Muerde su labio inferior al recordar las fechas. Él quería regalarle a Yao un peluche de panda. Sabía la enfermedad del chino por esos animales, no le iba a ser tan difícil. Sonrió como tonto al imaginar a Yao jugar con miles de muñecos.

Se dejo caer en el mueble, chequeo la hora en su teléfono, marcando las 9:27 PM. Entonces, en china, Pekín, vendrían siendo las... 1:27 Am.

Miro la mensajería de su teléfono, se había quedado sin saldo como para poder mandarle un saludo al menos al chino. Se sentía culpable, abandonó al chico en una época tan importante para él, El Año Nuevo Chino,  Yao ya todo preparado, todo estaba listos... pero su hermana enfermo muy grave y tuvo que venir a cuidarla. A Yao no se le veía triste, pero sabía que estaba afectado.

"¡No te preocupes por mi Aru! Vaya a cuidar de su hermana, yo estaré aquí y no me iré nunca". La voz con un tono de molestia de Yao invadía su mente. Sonrió al saber que el chino le molestaba que se preocupara por él, pero no tenía opción.

Es decir, ¿cómo no te vas a preocupar por alguien cuando ese alguien te gusta?

Tenía que ser realista. Aquel sentimiento con él nunca le será como él desea. Y le mata, sí, le mataba cuando otros tocaban al chino. Un ejemplo puede ser su primo Yong Soo, siempre le agarraba los pechos inexistentes de Yao cuando le ve, reclamándolo suyo como si tuviese algún de derecho de hacerlo.

¿Sólo Amigos? [RoChu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora