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Miradas


Lunes 15 de marzo. 5:35 AM. 2010.



En medio de la clase de Historia, Yao, como siempre, anota los apuntes necesarios de cada detalle del tema en que se hable.

La punta de su lápiz se rompe, así que chasqueo la lengua fastidiado. Miro a su lado a Iván, quien escribía cualquier cosa en su pequeña libreta roja. Observo un sacapuntas en su escritorio y lo tomo. A Iván no le importo, de hecho, nunca le importa cuando él agarra algo suyo. Sin embargo, cuando es otra persona, puede llegar a tener accidentalmente un brazo o una pierna rota.

Yao sintió la mirada de Iván en su lado derecho del rostro. Le entregó el sacapuntas luego siguio escribiendo, pero no le dejo de mirar. Observó de reojo a Iván, éste sonreía con dulzura al chino, sabía que le mirada, entonces volteo la cabeza a una dirección opuesta. Se había sonrojado. ¡Se había sonrojado!

Iván recostó su cabeza de su escritorio, mirando ahora su libreta. Yao maldijo por lo bajo, buscando ocultar sus mejillas rosadas. ¿Por qué? ¿Cuál era la razón de su nerviosismo por una simple mirada?

—Braginsky —escucho decir al profesor. Miro de reojo al ruso, ahora sin su sonrisa sincera—. Ven un momento.

El aula quedo en silencio. Iván se levanto de su asiento y fue adelante. Todo el mundo empezó a cotillear y susurrar cosas sin e mínimo respeto. Yao frunció el ceño enojado, odiaba cuando decían cosas incorrectas sobre Iván, no lo conocían y decían que apenas era un monstruo sin ninguna razón.

Iván volvió a su puesto, ahora con unos papeles en sus manos. Los guardo en la mochila y volvió a mirar su libreta. Yao miro al ruso con interés, entonces recibió una nota de papel de Iván.

"Cosas de papeleo del intercambio" decía la nota.

Yao asintió y desvío la mirada. Miró la ventana a su izquierda, el atardecer era hermoso en la época de la primavera. El color anaranjado inundaba todo el salón de cla...

Iván le miraba otra vez.

Trago seco. Cogió el lápiz y empezó a golpear la mesa. Estaba impaciente.

"¿Por qué tarda tanto para irnos?" Se pregunto sobre la hora de la salida. Miro el reloj en la pared y vio que faltaban 5 minutos.

Escuchó una risita de Iván y su corazón se acelero. Y él no sabia el porqué de todo esto.

—Yao-Yao... —llamó Iván, su cabeza recostada en la palma de su mano, mirándolo con inocentes ojos que reclamaban otra cosa—. Yao, mírame.

Yao mordió su labio al escuchar la voz más grave de Iván, pensó que estaba molesto. Giro a su derecha y cayó en la trampa. Iván le miraba coqueto, una sonrisa insinuante y su voz grave dándole ordenes. Yao sintió su rostro arder más de la cuenta...

—¿Qué te sucede? Hoy me has ignorado por completo —fingió estar dolido. Al no tener respuesta de Yao se encogió de hombros—. ¿Yao?

—Me siento mareado, es todo. —mintió. Iván frunció el ceño molesto. No le gustaba que le mintieran.

—De acuerdo...

Se escucha el timbre y los estudiantes empezaron a recoger sus cosas para marcharse a sus residencias. Iván se levanto sin querer esperar a Yao, éste le iba a reclamar que esperará por él, sin embargo se sorprendió ante la cercanía del ruso con su rostro.

—Puedes decirme que te sientes nervioso con mi mirada. No me molesta, Yao. Incluso, me hace sentir bien —Susurro en su oído. Se alejo un poco con el ceño fruncido. Sus ojos violetas demostraban frialdad, luego decepción—. No vuelvas a mentirme.

Se quedaron un rato así, cerca, bastante cerca... El espacio entre sus labios era obstruido por sus narices. Yao miraba los labios de Iván. Éste se da cuenta, entonces se acerca más. La respiración de Yao se agita, jadeando un poco al respirar, empeorando su estado, ya que respiraba el aire caliente de su amigo. Era algo tan bueno... y tan nuevo.

Iván se alejo por completo. Acomodó su mochila y salió del aula, acompañado por un aura tensa alrededor de su cuerpo. Estaba furioso, muy furioso.

Yao se agarró de su camisa, intentado calmar su corazón tan acelerado.

«¿Qué me está pasando?»

El recuerdo de la azotea llega a su mente. Se le hizo más difícil respirar.

—Joven Wang —levantó la mirada. El profesor estaba parado en la puerta—. Tiene que salir. Ya todos sus compañeros se han marchado.

—Sí, sí... Deme un minuto.

Agarró sus cosas y salió corriendo en dirección a su dormitorio, más bien su casa con Iván.

Mientras caminaba por el campus, se hacía presente la noche. Odia escuchar los cantares de los grillos y algunas que otras risas de algunos chicos. Yao suspiro. Toda la tarde mientras caminaba se preguntaba porqué estaba tan nervioso. Llego a pensar que le gustaba Iván... pero...

"Eso es imposible" pensó él "y si fuera verdad. ¿Cuál seria la diferencia? No creo que se fijara en mi de todas maneras. Todo fue un mal entendido, lo ignore; le mentí; se enojó. Tan sencillo como eso".



#3: Iván Braginski. Su compañero de cuarto, amigo, compartidor de secretos, coqueto madrugador y insinuante lujurioso.

°❤°

Dedicado a: LadyRochu

¿Sólo Amigos? [RoChu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora