Iván / 2

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Celos


Martes 12 de Octubre, 3:36 AM. 2011.



Los últimos tres meses de clases eran un desastre. Hoy era día de reunión. El salón de reuniones estaban totalmente llenos, y, los celos de Iván cada vez eran peores.

Iván quería intentar dar un paso para lo que vendría siendo su declaración de amor. Yao era una persona reservada, no quería precipitarse y asustarlo como ya había hecho con relaciones pensadas. Pero sus planes se fueron al caño, ya que, estaba él aquí.

Yao estaba sentado al lado de uno de los muchachos que viajaron desde E.U hasta China para aprender de la cultura. Era rubio, no tanto como Iván; de ojos azules y lentes ridículos. Iván mordió el interior de su boca, el lápiz en su mano cada vez más apretado a punto de romperse. Y cuando paso, le cortó. La gente a su alrededor miro su mano ensangrentada y los nervios volaron al cielo. Iván soltaba un aura negra a su alrededor, y su sonrisa retorcida no ayudaba mucho.

Yao agarró del brazo al norteamericano y fue hasta Iván sonriendo, pero luego todo fue terror.

—¡AIYAA! ¡¿QUÉ TE PASA EN LA MANO ARU!? ¡Estás sangrando! —grito nervioso. El norteamericano recibió una mirada asesina del ruso y su cuerpo temblo.

—¿Uh? Solo fue un accidental —dijo con su típica voz infantil. Yao soltó al muchacho y agarró la mano de Iván. Era sangre, mucha para una apuñalada de lápiz. Yao acarició sus dedos y se estremeció—. Yao...

—Te llevaré a la enfermería. Alfred, espérame aquí aru. —ordeno al norteamericano.

"Con que es Alfred..." pensó Iván. Le sonrió de nuevo al estadounidense y este asintió, sintiéndose incómodo con Iván.

Luego de un par de minutos en la enfermería, Iván tenia su mano con vedas mojadas con alcohol. Yao hablaba con la enfermera sobre su problema; Iván no tenia un buen acento chino para ser sinceros.

Miro la punta de su cabello rubio, suspiro y jugo con su bufanda hasta que Yao aparezca. Escucho su risita y su estómago dio una vuelta. Miró por las cortinas y... ahí estaba él. Otra vez.

Alfred jugaba con Yao agarrado de las manos, dándole vueltas mientras Yao le decía que parara. El aura infernal salió de nuevo de Iván y las personas salieron corriendo. Se levanto de la cama y caminó hasta ellos, su mano con las vendas sucias de su sangre color vino. Alfred paro en seco, mirando la mano del ruso.

—¿Qué te paso hermano? —pregunto señalando su mano con el dedo índice. Iván frunció el ceño ante el apodo hermano—. Eso se ve horrible.

—Nada importante —hizo un intento de sonrisa. Pareciendo más una mueca demoníaca. Yao sonrió al no darse cuenta y Alfred devolvió la sonrisa aterrado.

Yao les agarró de las manos, llevándolos hasta el patio. Alfred propuso jugar un poco agarrando una pelota de béisbol. Iván frunció el ceño ante la idea, negándose a jugar educadamente, pero Yao le obligo de todas maneras.

—¿Saben? Soy muy bueno en estas cosas —alardeo Alfred mientras acomodaba su guante—. Soy el mejor de mi clase, es más, de todos en mi Instituto juntos!

Iván miro de reojo a Yao, intentando sacarse las ganas de pegarle la pelota en la cara al estadounidense. Yao le miraba, tragándose cada cosa que decía el chico presumido. Iván frunció el ceño, nunca llegaba a tener la atención de Yao así, ni cuando el pintaba matrioskas funcionaba.

Kolkolkol... —susurro mirando ahora al norteamericano. Levanto su mano izquierda en donde estaba la pelota y se la lanzo, esperando que dejara de alardear y empezaran a jugar. Pero la pelota no cayó en su guante, más bien, le golpeo en su cara. Fuerte, como si un demonio hubiera lanzado tal cosa con la fuerza de un ser del averno.

 Fuerte, como si un demonio hubiera lanzado tal cosa con la fuerza de un ser del averno

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Yao se quedó congelado en su lugar, reaccionando luego de 1 minuto. Sus nervios volaron al cielo al escuchar la risa de Iván. Alfred tenia sus lentes rotos y la nariz roja, la sangre brotaba de ella.

—¡Tienes la mano un poco pesada eh! —grito Alfred. Iván sintió el impulso de nuevo de golpear su rostro y su sonrisa fue una escalofriante.

—¡Vamos a jugar de nuevo! —dijo animado Iván, la inocencia marcando su tono de voz. Yao miro preocupado al norteamericano y nego con la cabeza. La escena se repitió de nuevo y Iván se sorprendió otra vez. Burlándose ante la gran experiencia del norteamericano. Al rato de unas seis lanzadas más Alfred se arrepintió y se marcho, despidiéndose con un abrazo algo innecesario del chino. Con Iván dudo un momento y le estrechó la mano. Siendo apretada con fuerza hasta el punto de casi romper sus huesos.

Ahora, ambos caminaban hacia su casita. Iván pensaba solo en Alfred y Yao. Como le hablaba en la reunión, cuando jugaba con el, la forma en la que Yao le ayudo con el pelotazo...

—Kolkolkol... —los celos empezaron a surgir de nuevo.

—¿Eh? Dijiste algo aru? —dijo Yao, mirando a Iván con un poco de curiosidad. Iván miro sus ojos marrones y se perdió por un momento. Una sonrisa tonta apareció en su rostro y Yao se sonrojo—. ¿Iván?

—Nada —sonrió con cariño. Recordo cuando Alfred sangro por la nariz por el pelotazo y sonrió más. Yao le devolvió la sonrisa y se recostó de su hombro. Iván recordó cuando Yao agarro el brazo de Alfred y sonrió triunfante ahora al tenerlo recostado en el. Yao agarro su brazo y suspiro contra su hombro. Iván se sintió mareado y suspiro también.

Tal vez aún tenía una oportunidad.


°❤°


Eh, sisisisi el del gif es Canadá lo se </3 pero háganse como si fuera Alfred. 


LadyRochu

¿Sólo Amigos? [RoChu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora