Sociedad Decadente

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Con paso firme y mirada al frente,
a senderos turbios y desolados.
Llenos de historias de tanta gente,
que hoy relato en versos destrosados.

En una esquina una madre teje,
dolor y llanto que han provocado.
Allí su hijo, que yace inerte,
Y a quemarropa catorce disparos.

Un viejo recuerdo, vaga en su mente,
se mese, muy tranquilo el anciano.
Es por su hija que pronto viene,
la espera hace ya, más de diez años.

Una niña llora , sin saber que tiene,
desolada va y toma su mano.
La mujer grita y le pega fuerte,
mamá no entiende que es un abrazo.

Con puño de hierro, verdugo de muerte,
palabras fundidas, ruidos macabros.
Dos niños testigos de un padre demente,
ella lo ama, aunque sea descaro.

Mis manos paran, mis versos fallecen,
con brusquedad detengo el relato.
Estos senderos son tan decadentes,
porque mi isla, se está desangrando.

A los dormidos, ya del sueño despierten,
somos todos culpables e ingratos.
Por callar y por no mirar de frente,
a una sociedad que muere gritando.

Entre lo cotidiano y lo utópico ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora