Lola

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Lola vive en en mi vecindario,
está loca dicen todos.
Lola ha criado cuatro hijos
pero parece que ellos la han olvidado,
pero quién la soporta si con sus gritos parece que nunca está en sus cabales.

Pero lola tiene historias
como dice la canción.
Presa de la profesión mas antigua del mundo
se hizo de dinero para alimentar a sus crías,
a su marido alcohólico y hasta se volvió enfermera.

Lola no espera que la vida le devuelva el favor,
pero sí que la humanidad la comprenda.
A veces canta mientras camina por los alrededores de la plaza,
lejos de aquella esquina que la enjauló por años.
Busca respuestas, algo que le diga porqué fue a parar donde está.

Pero lola no las encuentra.
Solo en su mundo puede ver lo que está bien o mal,
pero ese no es nuestro mundo,
así que nunca la entenderemos.

Pobre Lola, piensan todos.
Pero pobre de ellos que la juzgan y la señalas sin saber nada,
porque así es la vida o porque la locura a veces es relativa.

Su pelo y sus caderas ahora marchitas un día fueron la veneración de muchos.
Hoy todavía cree en sus encantos,
pero ya nadie la seduce,
pues los años han surtido efecto.

Aunque poco le importa
o tal vez mucho de ese poco,
depende el día y su estado de animo.
Depende si su marido se fue
o aun está por ahí, según ella desgraciandole lo poco que queda de su existencia.

Pero Lola no se rinde porque la vida todavía la escucha,
porque el viento aun sopla en su cara y porque a pesar de todas sus desgracias su vida es parte de la historia.

Entre lo cotidiano y lo utópico ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora