Doce

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La brisa invernal se iba propagando cada vez más, pero eso no parecía importarles a ellos, quienes se encontraban simplemente sentados en aquellas vías de tren sumidos en su silencio, el cual no les incomodaba.

Pero eso no quitaba el hecho de que Luke tuviera preguntas y dudas al respecto del por qué Silver fue dada de alta tan repentinamente. Quería preguntar, y con un poco de lastima, rompió el silencio que futuramente extrañaría.

—Yo...quisiera saber algo— dudó al final. Silver lo volteó a ver otorgándole su atención.

—El por qué me dieron de alta— adivinó ella y luego de asentir, continuó— Para ser honesta yo tampoco tengo micha idea. Mis padres no quisieron decirme palabra alguna, y estoy bien con eso.

—Pero ¿no sientes curiosidad?

—La curiosidad mató al gato— ella lo cortó— Por favor, realmente no quiero hablar de esto. Estoy feliz por no estar allí dentro, eso es lo importante. Ahora, yo también quiero saber algo, ¿Cómo me encontraste?

Luke se sonrojó. Y Silver pensó en que si le dieran un dólar por cada vez que ese muchacho se sonrojaba, seria millonaria.

—¿En serio me harás decírtelo? Es vergonzoso— jugó con el arito de su labio.

—Bueno, no es como que me hayas puesto un chip rastreador y me siguieras— ella rió.

—De hecho sí.

Ambos se quedaron serios por un par de segundos hasta explotar en carcajadas. Silver le dio un puñetazo en el hombro a Luke y este se quejó riendo —Tienes algo con golpearme, ¿cierto?

Ella asintió.

Posiblemente pasó una hora o más en el mismo silencio. El cielo ya estaba tan oscuro que podría confundirse con un negro azabache, y lo único que lograba iluminarlos eran las estrellas.

Posiblemente estuvieran a unos cinco grados, pero parecía que ni lo estaban sintiendo.

—Silver ¿alguna vez te has enamorado?— pregunto Luke tan repentinamente.

Ni siquiera lo pensó, era como si su subconsciente hubiera sacado la pregunta por si sola.

Últimamente Luke decía las cosas sin poder controlarse, y se estaba hartando de eso.

Mientras que Silver, solo lo miró sin expresión alguna.

—No creo ser capaz de hacerlo— ella se encogió de hombros— Y estoy infinitamente agradecida de ello. No sentimientos, no dolor.

Luke arqueó una ceja, estando totalmente en desacuerdo.

—Pero, no siempre causa dolor. Es decir, creo que depende a las personas. Todo puede marchar bien.

—Vaya, el pequeño Luke cree en el amor— ella dijo burlona. Él se mordió el labio avergonzado.

—No en el amor, sino en la estabilidad.

—Y eso es algo que envidio de ti— Silver suspiró y volvió a dirigir su mirada al cielo. Luke se mostró confundido y le indicó que continuara— Tu siempre estás tan optimista a lo que sea, siempre ves el lado bueno de las cosas, aunque estas no lo tengan. Es como si fueras ciego, pero solo vieras el pequeño lado positivo. Mientras que la otra gran parte de la realidad, no existe para ti.

Luke se quedó sin palabras.

El nunca se había puesto a pensar en cómo era todo realmente.

—Supongo que es una de mis pocas virtudes— murmuró segundos después.

Silver se le quedó viendo fijamente con esa mirada tan vacía, pero a la vez, tan llena de sentimientos.

—¿Qué?— preguntó Luke al ver que ella no despejaba su mirada. Silver negó y la desvió a otro lugar.

Allí fue cuando un ruido de motor los hizo sobresaltarse de su tranquilidad. Ambos pudieron ver las luces provenientes del auto del señor Edwards desde lejos. Silver murmuró algo que parecía ser una blasfemia y se levantó sin quiera sacudirse la tierra para empezar a correr hacía su casa, pero en eso la mano de Luke la detuvo.

—No— susurró— Te va a ver trepar. Mejor espera a que entre.

—Pero lo primero que hará es ir a mi habitación— se intentó soltar y este no la dejó.

—Tengo una idea.

***

Luke se acercó nerviosamente al señor Edwards, el cual parecía buscar algo en el maletero del auto. No sabía qué hacer, esa idea fue estúpida, ¿Cómo lo distraería?

—Señor Edwards— saludó. El hombre sacó la cabeza del maletero para después reconocer al rubio y mirarlo con curiosidad.

—¿Qué estás haciendo aquí?

Buen comienzo.

—Hum— dudó— El hospital me envió hasta acá para tomar unas pequeñas preguntas sobre el comportamiento de su hija después de ser dada de alta.

Frunció el ceño. —¿Preguntas? Nadie mencionó nada sobre preguntas.

—Claro, es que esto es repentino, es decir, la universidad, usted sabe— Luke rió falsamente. El señor Edwards lo miró con desconfianza por un par de segundos para después suspirar.

—Bien, espera a que baje unas cosas y pasamos.

Luke se felicitó mentalmente por ser un gran mentiroso.

Luego de que el padre de Silver encontrara y bajara un par de carpetas, este lo invitó a pasar a la casa. Ya adentro, Luke inconscientemente comenzó a analizar alrededor.

Todo se veía tan limpio y ordenado, y para ser honesto, él no lo veía como un lugar en el que Silver viviera. Todo en ella era un desorden.

Notó que había diversas fotografías pegadas en marcos de la pared. Todas de lo que parecían ser el matrimonio Edwards junto con un par de niñas, una rubia y una castaña. Inmediatamente supo de quienes se trataban.

—¿Dónde están tus apuntes?— preguntó el señor Edwards sacándolo de su ensoñación.

Mierda, pensó.

—Con mi memoria basta, señor Edwards.

Este lo miró mal por lo que Luke sonrió con inocencia.

—Bien, entonces ¿qué quieres saber, exactamente?

—Primero lo básico ¿por qué fue dada de alta tan pronto?

Algún provecho tendría que sacar de esto.

—Prefiero omitir esta pregunta, no insistas, ¿Qué sigue?— respondió con impaciencia.

No se le ocurría nada.

—Hum, ¿está tomando sus píldoras?

—Claro, ella lo maneja.

Luke supo que no lo estaba haciendo.

—Bueno, creo que se me hace tarde, gracias por su atención señor Edwards— Luke se levantó del sofá apresuradamente.

—No fue nada, muchacho— Edwards sonrió con descaro— Pero ahora yo tengo una pregunta, ¿Por cuánto tiempo te llevaste a mi hija?

—¿Qué?

—No soy idiota, te vi haciéndole señas de que trepara la ventana mientras entrabamos— su semblante se transformó serio— No permitiré que te le vuelvas a acercar.

Y así es como Luke Hemmings fue sacado a patadas de la casa Edwards.

***

No sé, me dio risa como terminó el capitulo JAJA.
Bueno, antes que nada les pido perdón por no haber actualizado en mucho tiempo, y esta vez no tengo excusas, es solo que soy muy floja, porque básicamente tengo muuucho tiempo libre ahora que casi no tengo maestros y por consecuente clases. Prometo subir mas seguido, porque a esta novela ya le falta poco:(.

Muchas gracias por leer, votar y comentar <3 

Destroyed » l.h.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora