Diecisiete

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Tiempo más tarde Silver ya estaba como nueva, y con eso quiero decir que las heridas ya estaban cerradas y finalmente pudo salir del hospital.
Alrededor de esos tres días que estuvo internada, Luke no dejó de asistir ninguno de ellos. El se encargaba de que ella comiera y pusiera de su parte para que la dieran de alta. Y eso influyó mucho, porque de no haber sido por el, ella ya estaría internada nuevamente en el hospital psiquiátrico. Pues tuvo varias conversaciones en las que el mismo Luke convencía a los padres de ella de que eso no sería lo correcto. Fue una sorpresa que ellos aceptaran su sugerencia.
En cuanto a la relación entre el señor Edwards y Luke, no cambió mucho, pues al mayor seguía sin agradarle la idea de que el estuviera cerca de su hija, pero al notar que realmente podía ayudarla, aprendió como tolerarlo.
Aquella tarde en la que finalmente pudo salir, pasó algo que nadie se esperaba a diferencia de los señores Edwards, ellos mismos habían invitado a Luke a cenar aquella noche.

—Tomalo como una muestra de agradecimiento, por estar al pendiente de nuestra hija— murmuró el señor Edwards, como si le quemara la lengua al decir aquello.

El pobre no sabía si aceptar o no, estaba entre la espada y la pared. Si aceptaba tendría que pasar momentos de incomodidad y otro posible interrogatorio cuyo interés por el le faltaba. Pero si se negara dejaría mala impresión.
Evidentemente a Luke le importaba mucho lo que los demás pensaran de el. Era bastante débil ante las ofensas y comentarios negativos.
No le gustaba admitir aquello para no mostrarse vulnerable, otra cosa que tenía en común con Silver, quien tampoco sabía si tener a Luke en la cena sería una buena idea.

Un par de horas más tarde estaban todos sentados en la mesa Edwards, inclusive Gold, quien no parecía estar muy contenta de ver al rubio presente recordando con recelo la última conversación que tuvieron en la universidad.

—Nuevamente nos gustaría agradecerte lo que has hecho por nuestra hija— carraspeo su madre— Es difícil de percibir, pero su actitud ha cambiado algo desde que salió del hospital.

—Por favor...

—No lo niegues Silver, desde que conociste a este muchacho dices más de dos palabras al día además de hola y adiós.

Luke llevó su mirada a Silver con sus cejas arqueadas intentando ocultar una sonrisa.

La cena transcurrió normal para agradecimiento de todos. Luke se despidio cortésmente de todos, hasta de Gold quien prefirió no mencionar ninguna palabra en todo el rato.
Al estar solos fuera de la casa, sin decir nada Luke tomó sorpresivamente el mentón de Silver y plantó un pequeño beso en sus labios. Esta vez ella no escapó, se quedó estática como siempre. Todo le parecía tan extraño aún.
Aún había mucho por hablar entre ellos, Silver quería tener las cosas en claro y Luke tambien.

—Debo irme, tu padre me castrara si sigo un segundo más aquí— Luke se rascó la nuca nervioso.

—Dame tu teléfono— Silver ordenó, a lo que el con confusión dictó, Silver lo escribió en la palma de su mano con un plumón que encontró —Necesitamos hablar sobre todo esto ¿te parece a las dos?

—De acuerdo.

***

Luke iba llegando a su casa. Estaba cansado tanto física como mentalmente. Los últimos días fueron un poco duros. Aún recordaba las numerosas discusiones que tenía con Silver al no querer poner de su parte para salir.
Y tenía que pensar, ahora que sus sentimientos fueron revelados.
Se dirigía a su habitación hasta que la figura de su padre se interpuso, no estaba molesto, pero tenía una mirada curiosa, de esas que no se van sin lograr su cometido.

—Has estado fuera varios días...— exclamó— Recibimos varias llamadas de la universidad preguntando por tu ausencia.

—He estado ocupado— Luke quiso evadirlo pero su padre lo detuvo. Suspiró.

—¿En qué exactamente?

—Papá...

—¡No Luke! ¿sabes que de no haber sido por tu madre y por mi ya estarías dado de baja en las clases?

Luke arrugó su frente fingiendo interés. Eso no le importaba en lo absoluto.

—Hay asuntos más importantes que las clases— murmuró sabiendo que se arrepentirá de decir eso frente a su padre.

—¿Como cuales? ¿cuidar a la chica del hospital?

Luke no dijo nada.

—Te vi Luke, cada día de los que estuviste allí te veía vagando por el hospital...¿tan importante es esa muchacha para ti?— preguntó su padre con seriedad, Luke simplemente asintió en silencio —Queremos conocerla.

—¿Qué?— soltó un gritito agudo.

—Tu madre y yo hablamos de esto temprano...invitala a pasar Navidad con nosotros.

Luke estaba tan confundido. No sabía lo que Silver diría sobre aquello, sin duda no aceptaría.

—Bien— no discutiría.

***

1:54 AM y tenía el teléfono en sus manos. No había ni una pizca de sueño, de hecho se encontraba ansioso por la llamada de Silver. Estaba consciente de que era dramático, es decir, hace a penas unas horas había visto a la chica. Se sentía como si no lo hubiera hecho en días.
El teléfono apenas vibró sin omitir sonido y Luke contestó al instante. Luego se sintió estúpido.

La risa burlesca de Silver fue lo primero que escuchó.—Apuesto a que lo llevabas en las manos.

—No— mintió el— Me gusta ser puntual.

—Claro— dijo ella— Iré al grano Luke, lo que sucedió en el hospital...

—No significó nada— terminó el la oración— De alguna manera esto es cliché, lo esperaba, así que...

—No iba a decir eso, estúpido— lo interrumpió y Luke calló— Te agradezco por haber pensado en mí, haber gastado tu tiempo en una tontería mía.

—Hey, no es una tontería— respondió elevando la voz— Sabes que un día, tarde o temprano tendrás que decirme porque fue todo eso...

—Prefiero que sea tarde.

Luke suspiró, ella era imposible.

—Como sea. Por cierto...¿que tan dispuesta estas a asistir a una fiesta?

Luke pensó en que si cambiaba la palabra "cena" por "fiesta" sonaría menos comprometedor.

—¿Con la banda?

—No precisamente... papá y mamá quieren conocerte— Luke temió decir aquello.

El siguientes silencio duró como diez segundos. Hasta creyó que había colgado. —Silver, ¿estas allí?

—¿Por qué quieren eso?

Luke imaginó el rostro de Silver horrorizado. Cuando ella realmente estaba quieta sin mostrar alguna emoción.

—Mi padre me vio cuidandote en el hospital, y cree que eres lo suficientemente importante para invitarte a cenar con nosotros en Navidad.

—¿Lo soy?

Luke guardó silencio, segundos después respondió con calma —Si, lo eres.

Por su parte, Silver sonrió —¿Debo llevar vestido?

***

Sigue el dieciocho:)

Destroyed » l.h.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora