(Acompaña la lectura con la música del vídeo ;) )
¿Tienes alguna vaga idea de lo que pasaba por tu mente a los diez años? Probablemente sí o... No.
¿Qué te gustaba?
¿Qué sentías?
¿Qué te molestaba más?
¿Cuál era tu juguete favorito?
Yo, sinceramente... No, no lo recuerdo. Solo pequeñas cosas y un suceso, o más bien dos, que me cambiaron la vida.
Con diez años yo era la niña consentida de papi, nunca se me negaba nada, esto me volvió caprichosa, soberbia. Me paseaba por la vida como si yo fuera el centro de todo.
Una tarde de diciembre mi tío se acercó a mi madre y pude notar en él una profunda tristeza; La miro fijamente y bajo la cabeza, inmediatamente supe que había pasado. Mi papá había muerto, hacía mucho que estaba enfermo.
¿Mi reacción?
Quede totalmente en blanco, literal. No lloraba, hablaba o pensaba.
Desde ese día mi mundo cambio por completo, ya no era más la niña consentida de papi; me volví ermitaña, encerrada en mi propio mundo de blancura.
Un día de visita a la abuela, mientras todos los demás niños jugaban y se divertían, me pico el bichito de la curiosidad y entre a uno de los cuartos a los que mi abuela prohibía siquiera mirar la puerta.
Recuerdo revisar todo con mucha rapidez por miedo a ser descubierta. Abrí una de las gavetas y allí estaba; con esa portada simple, desgastada, páginas amarillas y olorosas llamo mi atención al instante. Pensaba: "tengo que leerlo". Estaba indecisa, no sabía si tomarlo o no, al final lo lleve conmigo.
Entre a otro de los cuartos y en una esquina de este, acostada en el suelo comencé la lectura, comenzó mi viaje.
Era un libro de auto-ayuda, pero en ese momento yo no tenía idea de que significaba.
Iba leyendo detenidamente página por página, quería absorberlo todo. A medida que avanzaba la trama me encariñaba con los personajes, me reía y enfurecía con ellos, hasta llegue a compararlos con las personas de mi entorno.
Julieta, ella era... Paciencia, amor, tolerancia. La admiraba por soportar a su esposo a pesar de todo. Me recordaba a mi madre, mi cambio de actitud y mi silencio siempre supo manejarlo, hasta que un día dijo: "No más" igual que Julieta.
Ardilla y Rebeca, mis dos hermanos menores. Nunca me dejaron sola, siempre apoyándome y tratando de sacar lo mejor de mí.
Finalmente, me situé en el lugar del caballero. Al comienzo pensando que no necesitaba de nadie; él progresaba, experimentaba, cambiaba y yo lo hacía también.
Su esposa le dijo: "te quitas esa armadura o me voy con Cristóbal y no nos volverás a ver", tuvo que presentarse una situación drástica y cuestionarse todo lo que hacía, sentía y quien era.
Pase días pensando en ello y definitivamente me cambió, comencé a ver las cosas con otros ojos. Mi madre y mis hermanos no merecían aquel comportamiento por mi parte, era muy mezquino. Decidí... Quitarme la armadura yo también.
Ya no era la niña consentida pero tampoco solitaria, inicié por darle el trato justo a cada quien, a hacerlos sentir más valiosos.
Fue un libro que en su momento supo ayudarme y sigue haciéndolo, que me llevo al maravilloso mundo de lectura y nunca más dejo que saliera.
Te preguntaras como se llama, y es nada más y nada menos que "El caballero de la armadura oxidada".
Fue triste la manera en la que los libros llegaron a mí, fueron buenos y malos momentos pero al fin y al cabo son... Recuerdos memorables.
Fin.
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Nota: Nunca le había contado esto a nadie, ni siquiera mi madre sabe cómo me inicie en la lectura, ella solo piensa que me gustaron los libros porque sí. Estos recuerdos siempre han estado ahí, pero no me había atrevido a sacarlos. Y son como... Dos sentimientos encontrados; aprecio con el corazón aquel librito que me ha levantado la cabeza en muchas circunstancias, pero estas memorias siempre irán ligadas a la tristeza por la pérdida de un ser querido. Agradeceré por siempre que haya llegado a mí vida, y digo "llegado" porque él me eligió a mí.
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Relatos de insomnio
RandomEn esta noche estrellada, llena de una silenciosa anarquía, dejo un pedacito de mi alma. Todo eso que no me atrevo a decir en voz alta y que esta negrura me anima a contar. Y es que el insomnio se vuelve mas soportable, acompañado de letras.