hay quienes dicen que las noches son mágicas, especiales, suntuosas, y luego estamos nosotros, con esta visión retorcida de lo que es la magia nocturna.
Noches oscuras y frías, donde solo se escucha el viento batir, perros aullar; percibes como todo se mueve pero a al mismo tiempo te das cuenta de esa desidia escalofriante, sientes a la noche gritar, eso, y los suspiros cansados y melancólicos. Suspiros que traen consigo recuerdos y en ocasiones un par de lágrimas que siempre arriban.
Una melodía que esperas con pesar cada noche.
Esas noches en las que te sientes tan vacío y lleno de todo al mismo tiempo, y no sabes que sentimiento predomina. Noches que solo te hacen pensar en esas cosas que nunca fueron y que aun anhelas.
Y no basta con decir que estas bien, con sonreír a quien te acompaña, si por dentro te estas derrumbando. Y ves como caen los pedazos uno a uno, como se te escapan de las manos como si fuera aire, aunque claramente no estás haciendo esfuerzo mínimo por sostener todo. Tan solo deseas que la noche acabe pronto, amontonar lo que quedo en un rincón donde no se vea, todo con la ayuda de esos diminutos rayos de sol y una sonrisa simulada; esa sonrisa que con el tiempo has aprendido a perfeccionar.
No importa que tan duro te haya golpeado la noche, allí estas, radiante en las mañanas, o eso quieres hacerle creer a todos.
Y no sabes que duele más, si el hecho de que te haces pedazos en aquella oscuridad o que nadie note tu realidad cada día.
Y no te da tregua, porque incluso en aquel espacio pequeño, ese que piensas que es tuyo, allí llega, arrasando con todo a su paso. Convirtiendo tu mente en un caos sinuoso.
No le ves fin y tampoco comienzo. Ya no recuerdas como empezó, aunque se presenta acompañada de una preciosa luna y ese siseo tan espantoso. Ya no necesita invitación, está instalada en tu ser y crees que es parte de ti. De verdad lo crees. Y no.
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Relatos de insomnio
CasualeEn esta noche estrellada, llena de una silenciosa anarquía, dejo un pedacito de mi alma. Todo eso que no me atrevo a decir en voz alta y que esta negrura me anima a contar. Y es que el insomnio se vuelve mas soportable, acompañado de letras.