Quédate un poco más.

63 8 0
                                    


Hoy he venido a desayunar contigo, he querido consentirte y aun así no quieres hablarme, verme o escucharme. A veces dudo que me ames e incluso puede que me guardes rencor, si es así, no tengo nada que reprochar. Sé que la he liado mucho, ¿podrías perdonarme?

Anoche me excedí, grite muy fuerte. Quizás te asusté un poco, pero sabes que ni en mis peores momentos te haría daño, ¿lo sabes?

Hemos pasado por mucho. Dulce y amargo. Alegrías y tristezas. Todo nos ha llevado a esto y me arrepiento de mucho, esto no fue lo que planee para nuestro futuro. Así no nos veía, tu tan indiferente y yo rogando de rodillas un poco más de ti cada día.

Sé que fue mi culpa, perdóname.

Hoy desperté pensando en el día que nos conocimos, sé que lo recuerdas.

Llevabas puesta esa blusa azul que resaltaba esa bonita piel clara y aun siendo dos polos totalmente opuestos fijaste tu mirada en mí. La chica alegre y extrovertida y el chico tímido pero temerario. Ese al que le gustaban las fiestas y las carreras. Todos decían que no era bueno para ti, y no se equivocaban.

No tardamos en congeniar y aunque era un chiquillo que poco sabia del amor, estaba completamente seguro de que te amaba, de que te amo. Después de todo lo que ha pasado, sé que te amo y lo seguiré haciendo hasta mi último aliento. No importa el tiempo, las circunstancias o a cuanta distancia nos encontremos, el sentimiento es eterno.

Todos dicen que es tiempo de dejarte ir, que ya te he perdido pero, ¿Qué saben ellos del amor o de la culpa?

Todos tienen un consejo, sugerencia, exigencia. Todos tienen muchas ideas de lo que debería hacer y lo que no. Todo lo expresan con mucha facilidad. ¡Nada es fácil ahora!

Solo... quiero acostarme aquí a tu lado un poco más, ¿es mucho pedir?

Sé lo que debo hacer; sin embargo, mi corazón y yo hemos decidido que no es el momento indicado. Aún no. No estamos listos.

Tu risa me acompaña a todas partes aunque el recuerdo no le hace justicia. Tus palabras son un bálsamo que apacigua mi alma, esas que me sacaron de tanta oscuridad, esa oscuridad que me nublaba el camino. Sé que no te gustaría verme tan afligido, tan solo. Eres la luz más brillante en mi vida y siempre lo serás, incluso si ahora debes brillar lejos de mí.

Abrázame, por favor, que me siento perdido sin ti.

Cada noche sueño con ese día, despierto pensando que debe ser una simple pesadilla. Por un segundo creo que nada de esto es cierto, no puede serlo. Luego la culpa recae sobre mí, aplastando mis anhelos, haciéndome extrañarte como un loco. Me duele el corazón, el alma, cada parte del cuerpo, me duele respirar. Me duele amarte como lo hago sabiendo que no volverás, que te he quitado todo. Continúo buscando una analogía que se ajuste a lo que soporto para que el mundo pueda comprender este sufrimiento tan surreal.

Siento haber gritado tan fuerte anoche, siento si te asusté. Aúlle tu nombre hasta que no me quedo voz o lagrimas que derramar. El dolor me está consumiendo y no interesa el tiempo que pase, no puedo dejarte ir.

El remordimiento me carcome y no hay nada que pueda hacer en estos momentos para quitarme de encima esta amargura. Y deseo que así sea, castigarme por mi estupidez.

Estoy lleno de impotencia, frustración. Estoy molesto conmigo mismo y con las malas decisiones que tome.

Mi inmadurez acabo con tu luz. Tú solo eres culpable de amarme sin restricciones, de tolerar aptitudes. Nunca supiste decirme que no.

Cada día me pregunto por qué no yo, ¡debía ser yo! Que destino este tan retorcido. Te he robado la sonrisa y jamás excusare lo que hice.

Ironía en un acto tan simple. La velocidad es libertad o así lo veía yo pero, sin responsabilidad, solo trae miseria y ahora me encuentro confinado en esta existencia vacía y sin sentido.

Sin ti.

Dicen que fue un accidente, que nada podría haber hecho, pero no es así como lo siento. Mi objetivo era hacerte feliz y cuidarte y no supe hacer ninguna de las dos.

Cada día vengo a tu tumba a traer algo que te gusta, hoy ha sido el desayuno. Aunque ninguno de los dos sea capaz de comer. El desasosiego y la pena crean un nudo tan grande en mi garganta que nada logra pasar, solo lamentos y lágrimas brotan.

Cada día vengo aquí esperando a que suceda algo diferente, pero no, ya no puedo verte o hablarte, no puedo escucharte. Ya no puedo amarte...

¿Me perdonas?




Liza Macchia

1998-2019

Niña de risa fácil que nos cuida donde quiera que esté. 

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 06, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Relatos de insomnioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora