Capítulo 1

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Las melodías del piano me tenían absorta de la realidad, cada nota era como un laberinto de pensamientos que me apresaba de mi propio ser.

El recuerdo de "Como un domingo, como la lluvia" llego a mi, esa noche con mi madre nos habíamos acostado tarde viendo la película. Esa interpretación compuesta por un niño prodigio de doce años, era del que me había tomado las molestias de aprender y que justo ahora me tenía envuelta en la melancolía.

Era increíble como algo tan triste podía ser tan hermoso. Ahora mismo imaginaba la compañía del dulce sonido de las cuerdas del violín, junto con la profunda melodía del violonchelo y el estruendoso pero compaginado sonido de la corneta.

Pensaba en todo y a la vez en nada, la típica frase ¿no?, lo difícil de la vida no eran más que simples sucesos que se perdían en la sintonía, quería pensar que esta vía de escape de la realidad duraría para siempre, pensaba retomar el inicio de la interpretación melodiosa hasta que terminara y volverla a retomar, así tenía pensado encerrarme en mi propia burbuja.

Pero la compañía del violonchelo, más que una imaginación, fue un hecho que me desconcertó por momentos, ignore la idea de levantar la mirada y descubrir el acompañante de mi melancolía, solo me limite a disfrutar de la triste y hermosa melodía que nos envolvía.

Cuando la interpretación llegaba a su fin, me sorprendió que retomara y siguiera mi idea, nunca formulada verbalmente, de hacer este momento interminable.

Me sentía completa, logre mi proposito de olvidarme de la triste realidad, y por lo que me di cuenta mi acompañante también había creado su propia burbuja de escapatoria de la realidad.

Ambos interpretábamos lo que nuestras almas sentían, y no pude evitar enamorarme más de la hermosa canción, por primera vez desde hace mucho tiempo setía la esperanza de que algo cambiaria.

Agradable CompañíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora