13. Escapada

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Mi mente sigue dando vueltas a todo lo que pasó aquel día pero intento calmarlo y no recordarlo constantemente.
Ahora de alguna forma u otra tenía que convencer a mi madre de que me dejara ir New York. Había pensando en escaparme pero nose si será buena idea. Me gusta obedecer a mi madre y no quiero que me mate a la vuelta. Si es que sigo viva...
Había hablado con Thomas de esto ya que él es mi mejor amigo y conoce a mi madre como la suya propia. El pensaba lo mismo que yo pero en cambio Dylan decía que aveces hay que romper las reglas y no ser tan buenaza.
Si bueno... Ahora estoy en el aeropuerto. Cogiendo los pasaportes para irnos en unos 3 minutos. «¡3 minutos!»
— ¡Thomas, Dylan! ¡QUEDAN 3 MINUTOS PARA QUE SALGA EL VUELO! –dije apresurándome con las maletas
— ¿¡Qué?! –dijeron al unísono
— ¡vamos!
Cada uno alcanzó su maleta como pudo y corrimos lo más rápido posible al avión. Había demasiada gente de por medio e íbamos empujándolos por todas partes. Note que le di a una mujer con la maleta, voltee y le dije un suave y de muy baja voz "lo siento". No podía correr más rápido, estaba segura de que me iba a caer. Pero ellos iban bastante más adelante ya que parecen corredores profesionales. La gente gritaba y protestaban. Vi a un chico de mi edad, moreno con ojos verdes. Me quede fija mirándole mientras corría, el me sonrió y caí al suelo. «¿ese hijo de ploff me acaba de hacer la zancadilla?» se acercó a mí inocentemente y me ayudó a levantarme.
— Hey chica, ¿qué hacías en el suelo? —dijo con una sonrisa vacilante
— oh, es que le había visto muy solo y le quería dar un abrazo, imbecil —le mire asqueada y seguí con mi camino.
No veía a Thomas ni a Dylan, esto me empezaba a asustar. Seguro ellos ya habrían llegado pero por el idiota de ese chico me atrasé. Seguí corriendo como pude, quizás les vea o quizás no... Miraba a todos lados y solo veía a gente con prisas. «¿cómo voy a encontrarles entre miles de personas?» pensé «ojalá pudiera aparecer a su lado por arte de magia»
— ¡Mier--coles! ¿Cómo? Estabas perdida...Te vi... 20 metros...tú aquí...instante... ¿Vale? da igual, vamos —me dijo Thomas sorprendido a la vez que asustado. Yo también lo estaría... Acabo de aparecer aquí por casualidad, a su lado. «espera... ¿Acabo de transportarme?» «¿puedo hacer eso?» pensé emocionada «¡genial! Cuando lo controle podré asustar a la gente»
Seguimos el camino al avión y estaban a punto de cerrar las puertas pero Dylan llegó a tiempo y les dijo que nos dejara entra "claro que con educación". Pasamos por un largo pasillo y cuando iba a llegar Thomas agarró mi brazo suavemente, voltee y tenía una expresión extraña, esta pálido y parecía tener miedo. Le mire confusa, a lo que el bajó la vista.
— ¿Thomas? ¿Qué te pasa? —pregunte alzando su barbilla con mi mano derecha
— creo que debería de haberte dicho que... tengo miedo a los aviones —dijo sintiéndose avergonzado, aunque no es algo de lo más raro.
— ¿enserio? —ladee la cabeza— ¿y porque has venido?
— no quiero dejarte sola —dijo con cierta preocupación
— pero viene Dylan —dije obviamente
— si, lose. Pero aunque sé que él es buena persona y te puede proteger más que yo... quiero estar a tu lado. Quizás no pueda salvarte pero si puedo defenderte —le di una sonrisa sincera y de agradecimiento. Me acerqué a él y bese su mejilla.
— y por eso eres mi mejor amigo —cogi su mano y seguimos hacia el avión donde Dylan nos esperaba.

KIN-DAYR | Dylan O'Brien DO'B | #wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora