Capitulo 48

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Vagamente abrí mis ojos, mis pupilas se centraron despacio en lo que me rodeaba. Unos cuantos parpadeos más fueron necesarios para despertarme completamente. Estiré mis músculos doloridos y gruñí inaudiblemente porque odiaba la sensación de dolor en mi cuerpo. No había punto en mi frustración, y tenía que aceptar que esas era las últimas veces que tendría que batallar con esos poco queridos efectos secundarios ya que mi quimioterapia había llegado al final oficialmente hace unos días.

El mero pensamiento era un alivio e hizo que me olvidase del dolor de mis extremidades. Me di la vuelta hacia un lado y vi a la mujer más joven tumbada en su estómago, aun durmiendo pacíficamente a mi lado. La noche pasada había sido bastante emotiva para mí pero su compasión hizo que me sintiera lo suficientemente segura para dejar que saliera mi lado más emotivo. Recordaba cómo me sostenía cerca sin dejarme ir mientras lloraba durante un buen rato. En un momento me había quedado dormida y me sentía como una nueva persona esta mañana. A lo mejor ese pequeño estallido había sido para hacer frente y poner fin a un capítulo cargado de emoción en mi vida.

No podía estar más agradecida por Camila. Mis ojos tomaron cada pequeño detalle de la bella durmiente. Su pelo marrón cubría la mitad de su cara mientras que sus hombros desnudos y la parte de arriba de su espalda estaban casi completamente expuestos, ya que la manta estaba sólo cubriendo la parte inferior de su cuerpo. Empecé a acariciar sus omóplatos suavemente. Mis dedos apenas hacían contacto pero sentí el calor de su cuerpo instantáneamente. No era un esfuerzo consciente no despertarla pero miré el despertador, sabía que saltaría en unos minutos de todos modos para coger nuestro avión de vuelta a Miami. Hasta entonces, aprovecharía la oportunidad de disfrutar la incomparable felicidad de estar cerca de ella.

"¿Por qué me estás...mirando fijamente de nuevo?", escuché de repente la voz ronca de mi mujer. Sonreí inmediatamente porque amaba su voz por las mañanas. Era incluso más ronca de lo habitual y mucho más atrayente.

"Porque eres bonita", sonreí un poco y seguí trazando su espalda con mi dedo índice. Sus ojos estaban aún cerrados y sabía que ella no era una persona muy mañanera. Siempre le había costado un poco salir de la cama y hoy parecía que no sería diferente. No es que me estuviera quejando ya que vivía por esos simples momentos entre nosotras.

"Eres tan superficial", me tomó el pelo Camila y vi las esquinas de sus labios curvándose también.

"Tienes razón. Sólo me he casado contigo porque estás buena", seguí y sabía que esto sólo era el comienzo de nuestro juego.

"Bueno, yo sólo me casé porque eres rica", confirmó mi suposición con más juego.

"Oh ¿de verdad? Entonces, ¿eso me convierte en la que te mantiene?" pregunté juguetona y la escuché reírse ahora.

"Exacto", Camila abrió sus ojos y se encontró con mi mirada con la mayor sonrisa en sus labios. "Era todo parte de un plan maligno."

"Entonces, esto te hace la mujer trofeo. Pero, ¿cuál era el plan maligno?", cuestioné entretenida mientras continuamente acariciaba su espalda.

"Ya sabes, hacer que te enamorases de mí primero", se rio la menor. "Y tener mucho sexo aplastantemente bueno contigo para hacer que te enamores incluso más. Funcionó porque nos casamos y no me hiciste firmar papeles prenupciales. Entonces, ahora puedo divorciarme cuando quiera y quedarme con la mitad de tu dinero."

"Eres una idiota", me reí llena de ternura y ella siguió sonriendo ampliamente. Por mucho que amase ser romántica, adoraba a Camila por esa faceta. Las bromas y juegos eran para divertirnos y ambas lo sabíamos. "Además, si alguna vez fueras a divorciarte, podrías quedarte con todo mi dinero porque habría perdido todo lo que merecía la pena de todos modos", añadí más seriamente. Camila levantó sus cejas.

Do I wanna know? (Camren Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora