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__(narra Ashton)

Hace una semana decidí viajar hasta Nueva York para asistir al concierto. Así que opté por cubrirme un poco para ir. Vestí un pantalón medio entubado negro, tenis del mismo color y una playera azul marino para la ocasión, Coldplay, decía el estampado. Tomé uno de los gorros de mi amigo y me puse las gafas de sol. Algo estúpido tratándose de ser yo, pero igual y quise evitar cualquier escándalo. Quería pasarla bien disfrutando de la noche. Lo único malo del día fue que los guardias me detuvieron al verme tan cubierto, por lo que tuve que descubrirme y mostrar mi identificación, lo que causó fue que dos chicas se acercaran a mi, pidiendo una foto, claro que no me negué aunque confieso que me incomodó un poco ya que entré algo tarde a la sala. Cuando llegué al auditorio las luces ya se habían apagado, señas de que el concierto empezaría. Tomé mi asiento en el palco asignado en mi ticket de entrada.

En fin, el show había comenzado y yo a cantar junto con ellos. Miraba a todos lados y muchos se emocionaban, gritaban y unas chicas incluso lloraban. Reía interiormente.

—¡Oh, mierda! — pensé al verla.

Era una chica de quizá unos 15 centímetros debajo de mi estatura. Usaba unos jeans ajustados color negro, el cual le llegaba poco arriba de los tobillos; una blusa azul y converse color negro, su cabello era oscuro rojizo. Por unos minutos solo la miré, ella bailaba, gritaba y cantaba junto con su acompañante, su novio, supuse. Y entonces las luces se apagaron como un chispazo y el lugar se iluminó.

—Terminó— susurré sonriente. Tomé mi celular del bolillo de mi chamarra. —¡Mierda! Las 10:00, va a matarme— pensé.

Me senté unos segundos en lo que se desalojaba un poco el lugar y así salir con calma. Alcé mi cara hacia enfrente y ahí estaba ella, mirándome, solo mantuve mi cara fija hacia la de ella. Se notó pensativa, indecisa, pero luego lo hizo.

—Disculpa— dijo. Y entonces los guardias se acercaron, su amigo la tomó del brazo y se volteó por segundos.

—No hagan esto por favor, estaré bien— reclamé. Entonces se alejaron. Me puse de pie y guardé mi celular en la chamarra. Ella y su novio me miraron. —Lo siento— sonreí.

—Como que se te perdió la playa— dijo riendo.

—¿Qué? — pensé. —¿Cómo? — la miré. Solo sonreía. El chico se acercó a ella y le dijo algo al oído.

—¡Las gafas! — mordió su labio riendo. Encogí mis hombros.

—No hagas caso— rió su amigo. —¿Acaso se burlaron de mi? — pensé. Los miré, e hice casi lo de siempre. Saqué mi lengua y la mordí un poco. —¡Mierda, ahora no! — pensé. Si, mordía mi lengua cuando algo me intimidaba.

—En fin, ¿puedes tomarnos una foto? — me dijo ella, dándome su celular. Sonrió.

—Claro— sonreí.

Se acercó a su novio y lo abrazó por la cintura, él hizo lo mismo. Tomé el celular y lo puse frente a ellos para tomar la foto. Mordí mi lengua. Mientras tomaba las fotos la miraba. Una chica de ojos enormes, bien marcados y negros, usaba unos lentes de cristal con armazón azul oscuro; me sentí incómodo mirando a la chica estando ella con su novio. Tragué saliva.

—Listo, he tomado dos— dije al fin, dándole el celular.

—Muchas gracias— dijo ella. Solo sonreí. Miré hacia el lugar.

—Bien, debo irme! — ella me sonrió.

Enseguida me di la vuelta. Los guardias salieron después de mí. Me acompañaron a la salida. —¡Mierda! Esto será complicado— me quejé.

—No se preocupe señor. Ya traen su auto— dijo uno de ellos. Me detuve y lo miré serio.

—¿Por qué hacen eso? — si, soné enojado. —No tenían por qué hacerlo— me quejé. Bajé las escaleras, y el auto estaba ahí. El chofer se acercó y me dio las llaves. —Gracias— dije. Me subí al auto y enseguida me quité mi chamarra lanzándola en los asientos de atrás.

Algo que me molesta es que todo mundo sea amable cuando sabe quién eres. Por qué no simplemente dejarnos ser y nada más. Encendí el auto y avancé. No avancé demasiado puesto que cruzaban personas y había muchos autos. De la nada comenzó a llover. Casi llegando a la esquina, noté que había alguien esperando por un taxi, disminuí aun más la poca velocidad. Era ella, la chica de las fotos.

Sin su novio, escurriendo de agua.

—¿Cómo es posible que ella esté aquí? — dije. Entonces alzó la mano, creo me confundió con un taxi o algo por el estilo. Había dos opciones, estaban loca, o se sentía mal. Me detuve. Entonces ella enseguida se subió en la parte trasera del auto.

—Buenas noches— dijo.

La miré por el retrovisor, le escurría agua por toda la cara. Se quitó la capucha de su sudadera, negra por cierto y pasó su mano por su rostro, como si fuese a secarse con eso. Moría de risa en mi interior.

—Al aeropuerto por favor— dijo. Se agachó un poco.

Está loca, si, eso fue lo que pensé. Primero se sube a mi auto, luego me ordena, ¿qué sigue? ¿va a violarme? Reí. Entonces el semáforo se puso en rojo, así que me detuve. La miré nuevamente por el retrovisor, esta vez traía puestos los lentes. Le sonreí, pero entonces su rostro fue gracioso.

Estaba sorprendida.

Quizá asustada.

Posiblemente enojada.

—¡Oh por Dios! — gritó. Abrió la puerta y salió del auto. —¡Rayos! — la escuché gritar.

¡Correcto! Mis sospechas fueron ciertas. Enseguida bajé del auto y la seguí. Caminó rápidamente hacia la vuelta de la esquina.

—Ah, ¡maldición! — gritó.

Tal vez era la emoción al verme.

Bueno, en realidad no. No lo creo. Ella no.

—¡Espera! — dije tomándola del brazo. Se giró hacia mi, encontrando su rostro empapado, con el mío.




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¡Hola! Quizá no les importe, pero lamento la tardanza; la escuela definitivamente no me había permitido actualizar. He hecho un par de capítulos en donde Ashton narra su historia bc sé que algunas se confundieron ( cof cof @MrsCliffordJ cof cof) esperando todo esté arreglado.

GRACIAS por leer [especialmente a @bohemicalum] el  seguir mis "idioteces" (bc eso es lo que creo que es mi novela), es lindo de su parte c: pero en fin...

Gone. | Ashton IrwinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora