__(narra Ashton)
— Basta Calum, ella es diferent. — le grité. Me di la vuelta y seguí buscando.
—Ni siquiera sabes su nombre! — lo ignoré.
—Debe estar por aquí. — decía. Enseguida metí la mano abajo del asiento del copiloto, luego enfrente de. Encontré solo un lazo pequeño. Lo miré. — Debe ser de ella. — dije. Era una cinta, mejor dicho una pulsera color verde algo fosforescente con un dije de una estrella negra. La enredé entre mis dedos.
—Ashton, ¿dónde está tu chamarra? — reaccioné. — Debe estar ahí.
— ¡Mierda! — dije. Me levanté y me senté en el lugar del copiloto. Me recargué en el asiento y puse mis manos sobre mi cara, luego me incliné hacia enfrente poniendo mi cabeza encima de la guantera. — Definitivamente lo tiene ella.
—Mierda, Ashton, ¿le diste tu chamarra? — casi gritó.
De hecho.
Me enderecé, salí del auto y azoté la puerta. Caminé hacia la habitación. —Hermano, ¿cómo hiciste eso? — me regañó. —Ni siquiera la conoces. — chasqueó la boca. — Ahora, si ibas a hacerlo, debiste tomar el celular. — entramos al elevador.
—Llovía Calum. — grité. lo miré. —Su sudadera estaba mojada. — me quejé. Me puse en el rincón del elevador.
— Ese no era tu problema. — gritó. Golpeé la pared.
— Mierda Calum, tú no la conoces!— le grité.
— Date cuenta de que tú tampoco. — gritó. Lo miré serio. — La viste, hablaste y sí, quizá te gustó, pero nada más. — se quejó. —Mierda Ashton, no sabes realmente quién era. Sí quizá tenía buen cuerpo, buen trasero o te miró con deseo, pero eso es siempre Ash. — mordí mi labio. — Hay que tener en cuenta que desde que somos lo que somos, las chicas se acercan a nosotros solo por eso. — le di la espalda. —Ahora, no sé. — pausó. —Mirará tu celular, tus fotos, tus videos, tus contactos, usará tus redes sociales. — lo miré.
— No es capaz de ello.
— ¿Cómo lo sabes?— insistió. —Ash, creo que es hora de que veas realmente como son las cosas. Por más normales que queramos ser, no es así. Estamos en una banda, de un modo pertenecemos a la estúpida sociedad "famosa"— hizo comillas con sus manos. —Dijiste que ella te reconoció, ¿qué tal y todo fue un plan para conseguir algo tuyo?
—Ella no sabía que tenía el celular en la chamarra. — dije. La puertas del elevador se abrieron. Salimos y nos dirigimos a la habitación.
— Kendall es agradable, pero, ¿crees que quiera estar contigo solo por cómo eres? — lo ignoré y seguí caminando. —Además, si fuese como dices, ¿por qué no contesta el celular?
— No tengo la menor idea. — abrí la puerta y entré.
— ¿Le pusiste código de desbloqueo? — casi gritó. Cerró la puerta.
— Nunca lo hago.
— Pues deberías hacerlo.
— Sí, ya que ahora no lo tengo. — reí. — Pero, nunca es necesario. — volteé. —No tengo nada comprometedor ahí. — me senté en el sofá.
—Solo contactos, fotos, tus redes sociales abiertas. — se burló. —Alguien hablará con la prensa.
—Calum. —dije. esté se sentó al otro extremo del sofá. —De verdad, ¿crees que yo quiero salir con Kendall? — medio me burlé. Me miró. —Porque si es así, creo que no me conoces del todo.
—Ella es como tu versión femenina. — rió. — Aunque ella ama las cámaras.
— Quiero una chica que sea hermosa en su propia forma. — sonreí. —Me refiero a una chica que defienda sus pensamientos, que sea como sea pero que ame sus defectos. — me miró confundido.
Cursi.
—No quiero alguien que sea como yo, o quizá si, pero no del todo. — sonreí.
— No entiendo. —rió.
—Quiero una chica seria, pero que ame disfrutar su vida. — sonreí.
—¿Sexo todos los días? — se burló. Me enojé.
— Tal vez. — dije serio. —Pero nunca me grabaría teniendo sexo con alguien, — mordí mi labio. — Ni a mí, ni mucho menos a ella. — lo mire enojado. —Calum, no soy un hijo de puta. — me levanté.
— ¿Lo dices por mí?
—Tómalo como quieras! — tomé las llaves y mi cartera de mis bolsillos y los puse sobre la mesita de enfrente. —Mira, Cal— pausé. —El sexo con chicas es rico, sí, pero no es lo mío.
—Eso sonó tan gay. — rió.
— Calum, entiéndelo. No todas las chicas son como aquella que decidió mostrar tu video. — pausé. —Sí, fuiste maduro al aceptarlo y tomarlo como una lección, pero nadie tiene porque sufrir las consecuencias. Hay personas que te quieren por como eres, no por como las follas.
—No me vengas a dar clases de moral.
— Es lo mismo que digo yo. — grité. —Deja de joderme. — me di la vuelta y me fui a dormir.
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¡Bien! Aquí termina mi recompensa por el retraso (ni importa) :v CABE ACLARAR que esta novela la comencé a escribir en aquella época en dónde hubo rumores de Ashton con la Jenner, soooo, por eso se menciona a Kendall y también más adelante habrá otras cosillas. Espero su comprensión.
Y pues, nuevamente GRACIAS a todas aquellas que se toman la molestia y quizá perdida de tiempo en leer esto.
