Capitulo 2 "Una Triste Despedida"

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Me encontraba en mi cuarto, escuchando música cuando mi madre abrió la puerta y de inmediato apague la música, se acerco a mi con tanto cariño y solo me abrazo y me dijo: Bell no creas que para mi es fácil dejarte sola, Te Amo y aunque no fui la mejor madre quiero que sepas que eres lo mas lindo que me ha regalado la vida, tienes que ser fuerte y seguir adelante, cuando iba a seguir, sus ojos se llenaron de lágrimas, solo me dio un beso en la frente, me miró y se fue. Rompí el silencio de mi habitación con mi incesante llanto, sus palabras me dolían y hacían que mi cuerpo no quisiera levantarse... Era miércoles 23 y se me había hecho tarde para ir al instituto, me arreglé lo más rápido posible, cuando antes de cerrar la puerta, mi madre me abraza y me entrega una caja, me dice que no la habrá hasta llegar acá nuevamente. No tenía cabeza para prestar atención a las explicaciones del profesor, en mi cabeza solo estaba esa caja, pensaba en por qué mi madre me la había dado y me había dicho que no la abriera hasta salir del instituto pero fue allí cuando la psicóloga Marla pronuncio mi nombre. No podía comprender lo que me decía, mi madre no podía estar muerta, decidí correr lo más lejos posible y tratando de convencerme que al llegar a casa mi madre estaría allí, sentada en la sala viendo su novela, la angustia paralizo mi cuerpo.
Me encontraba en ese lugar tan triste y misterioso, en ese lugar donde estaría el cuerpo de mi madre por mucho tiempo, miraba ese ataúd y solo pensaba en cuanto desearía estar allí con ella, cuando iban a enterrarla no aguanté las ganas de salir corriendo y tratar de tirarme pero mi padre me detuvo, no sabía que el estaba allí pero solo quería que se fuera, se veía tan bien, parecía que no le doliera que ella, mi madre, la mujer que le dio una hija y más que eso, su vida entera, estuviera en unos pocos minutos bajo tierra, fue ahí cuando lo empuje y le dije que se fuera, no quería saber más nada de él. Después de que se terminó el funeral, mi mejor amiga quiso acompañarme y quedarse conmigo a dormir, sin embargo yo quería estar sola; me quede unos minutos mas en el cementerio, yo estaba pensando como seria mi vida sin ella y no encontraba respuesta alguna. Cumpliría dieciocho años en unas semanas, por lo tanto no me iría a vivir con mi padre, ni siquiera a el le agradaría la idea, ya que nunca hemos tenido buena relación. Cuando yo salí de ese lugar, no sabia a donde irme, decidí comprar un par de botellas de vodka y empece a caminar sin rumbo alguno. Fue en ese momento en que me estrelle con él.

Un Afortunado AccidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora