CAPITULO 3

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El teléfono de la habitación no deja de sonar, me duele la cabeza y quisiera que ese ruido pare pero no tengo valor para levantarme de la cama y contestar, el sonido cada vez se hace más fuerte y me altera mas así que con la poca fuerza que tengo me levanto de la cama y contesto el teléfono, como me duele la cabeza, me siento enfermo y débil en lo único que puedo pensar es "¡Maldita resaca!".

-¡Aló! -Contesto algo alterado

-Servicio de despertador... Son las 9 de la mañana... le recordamos que usted programo el servicio -Me dice la operadora con un tono amable

-Ah... Lo siento lo había olvidado -Digo un poco más calmado

-¿Lo podemos ayudar en algo más? ¿Le gustaría pedir algo para desayunar?- Dice la operadora

-Por ahora no... Bueno... ¿Podrían traerme un antiácido, aspirinas y agua?- Digo agarrándome la cabeza

-Claro en un momento se lo traemos- Dice

-Gracias-Digo y cuelgo el teléfono

No puedo creer que este en este estado, no había bebido por mucho tiempo pero no era para tanto, tampoco bebimos mucho... La verdad no me arrepiento, pase una noche increíble después de muchos años, Vanessa y Zoe son lo máximo no sé qué es lo que haría sin ellas, de seguro ya hubiera vuelto a Los Ángeles. No logro recordar cómo es que llegue aquí, lo último que recuerdo es a Vanessa y Zoe ayudándome a caminar ¿Cómo es posible que me ponga tan mal?... Un momento ¿Y que es de aquel chico lindo con el que estuve hablando? No recuerdo haber intercambiado números ni nada, lo último que recuerdo es que nos dimos un corto beso en el baño de la discoteca pero mas no, a decir verdad me gustaría encontrarme con él y hablar sin alcohol de por medio pero creo que no va a ser posible ya que ni siquiera tengo su teléfono y solo se su nombre, ni como buscarlo por Facebook, bueno todo pasa por algo y si no tengo como encontrarme con él debe ser por alguna razón. Alguien llama a mi puerta así que rápidamente me levanto de la cama y me pongo una de las batas que tengo cerca para poder abrir.

-¿Quién es?- Digo cerca a la puerta

-Servicio a la habitación- Dice un hombre del otro lado

Me había olvidado que hace un momento pedí el servicio por pensar en aquel chico de anoche, rápidamente abro la puerta y aquel hombre me entrega lo que pedí en una charola, yo se lo recibo muy amablemente y entro de nuevo en mi habitación para tomar de una vez el antiácido y las pastillas, no me gusta la resaca, bueno a nadie le gusta. Me siento sucio y con olor a cigarrillo y alcohol así que me saco la bata dispuesto a darme una ducha y quedo solamente en ropa interior, por cierto ¿Cómo es que me desvestí anoche? Entro en el baño y justo antes de entrar a la ducha veo que en mi brazo está escrito un número telefónico y debajo el nombre de Reynaldo... ¡Es el! Aquel chico apuesto de anoche apunto su número en mi brazo, seguramente lo hizo antes de despedirme de él, salgo del baño casi corriendo en busca de mi teléfono para guardar aquel contacto y así lo hago, "Voy a llamarlo después de mi ducha" pienso y con una leve sonrisa me meto al cuarto de baño.

Mi teléfono suena, por suerte termine de bañarme así que solamente me pongo la bata y salgo corriendo a contestar, es Vanessa lo cual me alegra mucho.

-¡Vanessa! Que sorpresa... ¿Cómo estás? ¿Llegaste bien a tu casa? La verdad no recuerdo cómo es que llegue a mi hotel- Digo

-Hola Alejandro... ¿Cómo amaneciste? De seguro con una resaca terrible -Dice y comienza a reírse-  Bueno yo llegue muy bien a mi casa, nosotras no bebimos mucho así que estábamos bien, tengo muchas cosas que decirte sobre la fiesta de anoche, te descontrolaste un poco amigo pero nosotras te cuidamos, es mas nosotras te llevamos hasta tu hotel y te hicimos dormir. Ambas llegamos muy bien a casa Dice con tono gracioso

El Amor De Mi Vida 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora