Capitulo 28: Hermanas del alma.

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Ayer fue de los mejores días de la vida. Jamás sentí que tuviera tanto apoyo de parte de Sarah y Janett. Gracias a ellas encontré tanto. Y ahora tengo más esperanzas para encabezar mi misión.

Por el momento, visitaremos A mi hermana, Angie. Según Sarah verme ahorita es como si mayor anhelo. Y no puede haber mejor día para sacarle una sonrisa a esa niña que tanto quiero.

Al llegar al hospital Migues seguí instrucciones de una enfermera puesto que aun no era mayor de edad. Pero a final de cuentas me dejaron pasar. Dentro de la habitación no solo vi como Angie empezaba a sonreír y se le iluminaba el rostro, también estaban mamá y papá. No les había dicho que vendría, es mas con ellos tampoco había tenido contactos. Supe de inmediato que pronto tendré que ponerlos al día.

Me acerque a ellos y estaban a punto de estallar de la emoción.

-Lissa, cariño- decía papá mientras me acariciaba el cabello- ¿Por qué has venido?

-Me di cuenta, papá que separarme de todos ustedes fue un terrible error mío. No debí irme, pensaba que los salvaba pero no sabía que pasaba aquí y eso me puso intranquila.

-Mamá estaba llorando, pero en su rostro solo expresaba alegría.

-Siempre he sabido que eres una niña fuerte. Dejarte ir, fue de lo más duro pero pensaba seriamente que hacía lo correcto. Si te dejaba aquí creo que también corrías riesgos.

-Y quizás fuera así- le afirme- Pero siempre me hará falta tenerlos.

-Nunca nos hemos separado de ti Lissa- hablo papá

-¡Lissa!- dijo Angie. Me sorprendí, estaba sentada en su cama. Solo la había visto acostada y casi todo el tiempo dormía. Además si mal no recuerdo también había perdido un poco la memoria.

-Angie-dije soltando un suspiro.

Me fui a paso rápido directo había ella. La abrace y le toque sus cabellos rubios. Extrañaba la sensación de tener a mi angelito a un lado.

-Lissa volviste- decía sin parar- Sabía que no te irías para siempre.

-¿Creíste que te abandonaría?- le pregunte.

-No, tenía todas mis esperanzas puestas en ti.

Me reí

-Mírate, te ves mucho mejor.

-Me siento mejor. Mira- me señalo a la maquina que la ayudaba respirar bien y me fije que estaba apagada.

-Angie, ¿estás respirando por tu cuenta?- pregunte contenta.

-¡Sí! Bueno solo por un par de horas, cuando me agito me lo vuelven aponer. Pero mírame ya me siento.

-¡Qué alegría!- exclame abrazándola de nuevo.

Sarah y Janett se acercaron y se unieron a la conversación. Mis padres decidieron dejarme a solas con ellas.

-¿Qué tal si le cuentas?- me dijo Janett.

-¿A qué te refieres?

-Lirio. Espejo.

-Ella no sabe nada de eso- dije riéndome.

-¿De qué hablan?-pregunto Angie.

Decidimos contárselo entre las tres. Lo único que pasamos por alto fue el detalle de que si fallaba ella moriría. Pero si no aceptaba el reto mi hermana aun así iba a correr ese destino. Pretendía cambiarlo.

-Lissa. ¿Estás haciendo eso por mi?

-Si- dije- No podía quedarme sin hacer nada.

-¡Te adoro!- dijo- En mis primeros días en el hospital, escuchaba a escondidas lo que los médicos le decían a papá y a mamá. Les recomendaban ir despidiéndose.

Mi Última Oportunidad (MUO #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora