♦ Capítulo 16 ♦

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CAPÍTULO XVI : «Misión: Dulce venganza».

— ¿Qué piensan ordenar? — pregunta la coqueta mesera mientras se lleva uno de los mechones de su cabello hasta detrás de su oreja. Todo eso sin apartar la vista de mi acompañante.

Sonrío divertida. Esta chica no disimula ni un poquito.

Derek, ajeno al coqueteo de la chica, mira la carta con detenimiento — Mmmm, creo que yo pediré una hamburguesa Royal con papas y una soda grande — rápidamente la chica comienza a anotar en su pequeña libreta — y para mi acompañante... — me mira como tratando de adivinar — ¿una ensalada?.

Enarco una ceja en su dirección y niego con la cabeza. Miro a la mesera y le entrego la carta — A mi dame lo mismo que pidió el caballero, aunque... ¿tienen aros de cebolla?.

— Sí.

— Genial, agréguele eso a mi pedido, por favor.

Ella termina de apuntar y mira exclusivamente a Derek — Todo estará listo en unos minutos — aletea las pestañas y luego se retira contoneando las caderas.

— Pensé que no comías mucho — se disculpa de inmediato — y eso que almorzamos juntos en el comedor a veces — se golpea la frente con suavidad — no me percaté.

Ethan si lo hizo...

No metas carbón.

— Comer es uno de los grandes placeres de la vida y no pienso privarme de este solo por temor a unos cuantos kilos extra.

— Bueno, realmente me alegra escuchar eso. La última vez que invité a alguien aquí solo pidió una ensalada y ni siquiera la terminó.

La curiosidad me pica demasiado — ¿Puedo saber con quién?.

— Dudo mucho que quieras saberlo — comenta de pronto nervioso.

Enarco una ceja — Pues ahora me da aún más intriga. No puede ser tan malo...¿o sí?.

— Pues...

Suelto una pequeña risita — Vaya que no quieres decirlo, si hasta se te han sonrosado las mejillas — miento solo para fastidiarlo.

— Exagerada.

— Ya hombre, deja de darle tantas vueltas. ¿Quién es?.

— Bueno fue con...

— Aquí tienen sus pedidos — la mesera irrumpe con nuestra comida en una bandeja. Comienzo a babear cuando deja mi hamburguesa en la mesa. A la hora de entregarle su pedido a Derek se agacha demasiado poniédole prácticamente los pechos en la cara. Asco... — llámame si necesitas algo — le sisea a Derek con una voz felina.

Derek la mira con cara de sorpresa, traga saliva y toma de su bebida para disimular su incomodidad. Es tan tierno. La mesera frustrada se aleja de nosotros pero sé que observa a mi amigo desde la distancia.

— Decías... — lo insto a que continúe mientras le doy una mordida al manjar de dioses.

Madre santa, esto está delicioso.

— Rebbeca Oakley — enuncia parco con una expresión de disgusto en la cara.

Enarco ambas cejas — Wow, pensé que no te agradaba.

A decir verdad, su revelación no me hizo sentir incómoda en ningún momento.

— Hubo un tiempo en el que no era tan desagradable hablarle. La popularidad la volvió loca.

— Mi más sentido pésame — me hago la dramática.

Derek coge unos cuantos de mis aros de cebolla. Le mando una fiera mirada de advertencia, nadie toca mi comida sin permiso... — Lo mismo diría de ti.

El rey de los idiotas  [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora