♦ Capítulo 18 ♦

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CAPÍTULO XVIII : «No es tarde».

— Yo digo que es azul con negro.

— ¡Claro que no!. Te lo he dicho miles de veces, es dorado con blanco.

— No es así.

— Que sí.

— Que no.

— Que sí.

— Que no.

— Que sí.

— Que no.

— Que no.

— ¡QUE SÍ!.

— Ja, ja, gané — Laura le saca la lengua a su hermana y esta bufa irritada.

— Eres una tramposa.

Cansada apoyo mi cabeza contra el espaldar de la cama y suspiro — ¿En serio siguen con lo del vestido?.

Cuando planeé hacer un Skype con mis primas esperaba poder hablar un poco de lo que ellas han estado haciendo en estas últimas semanas; sin embargo, las llamé justo en medio de una acalorada discusión acerca de la imagen del vestido que se ha vuelto viral en estos días.

— Bien, bien. Para que esto sea justo lo mejor es que sea Mackenzie quien decida.

Sofía se lo piensa por unos segundos y termina asintiendo — Está bien — ambas miran en dirección a la pantalla — ¿de qué color es el vestido?.

Suspiro — Pues yo creo que todo esto es una ilusión óptica a la percepción que el cerebro hace de los colores — ambas me miran como si hubiera hablado en chino, aún así, prosigo con mi explicación — A decir verdad, esto tiene mucho que ver con el contexto en que se ve una imagen, en este caso el vestido. Cuando luz y color se combinan, cada cerebro asigna más peso a uno que a otro, y de ahí las diferentes opiniones.

Laura hace una mueca exagerada — Diablos, había olvidado que tenías tu lado de sabelotodo.

Sofía imita a su hermana — Por eso mismo sigo pensando que Christian es adoptado.

Suelto una risita — Por favor, no digan eso, no es culpa suya que Dios me haya dado a mi el único cerebro disponible.

Apenas digo aquello ellas estallan en risas, me les uno de inmediato. Siempre que hablamos debemos hacer mofa de mi hermano, es la tradición.

Sofía es la primera en acallar sus risas para mirarme de pronto curiosa — Hablando de Christian, ¿qué te dijo ese día?.

Cuando pregunta por "ese día" se refiere a aquel en el que decidió echarme a casa para poder hablar a solas con Ethan.

— Sí. No nos contaste esa parte — acota Laura.

Me encojo de hombros con clara resignación en la cara — No hay nada más que contar. Christian llegó esa noche y apenas me dirigió la palabra, como si nada hubiera pasado.

— ¿No se te hace raro?. Digo, considerando el espectáculo que hizo Ethan al besarte me esperaba algo como la tercera guerra mundial de parte de Chris.

— Créeme, Lau, yo también pienso lo mismo. Aquí hay gato escondido y debo averiguar qué es lo que pasa.

— Yo pienso que ya se cansó de sobreprotegerte en exceso. Quizás se dio cuenta que eres lo suficientemente fuerte como para defenderte sola. No creo que haya algo raro, considero que Christian quiere dejarte aprender de la vida, de tus errores y aciertos, puesto que él sabe que no va a poder estar siempre a tu lado. Así que si no te hizo todo un papelón por el tema de Ethan o Derek fue porque sabe que hallarás la forma de solucionarlo. Pero no dudes que siempre estará allí para brindarte su apoyo y amor porque para eso están los hermanos. O al menos esa es mi opinión — concluye Sofía calmadamente.

El rey de los idiotas  [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora