Mi culpable.

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No imagina usted cuánto llevo sin escribir o al menos sin intentar escribir algo bonito, algo que trascienda, alguna línea que se transporte a su alma y juegue un poco con su mente. No sabe usted lo fácil que era para mi antes simplemente plasmar uno de mis intentos de poesía en cualquier papelito que encontrase en cualquier lugar en el que me encontrara yo, cualquier momento de esos espontáneos en los que llegaba a mi éxtasis de imaginación.
Ahora todo cambio un poco, no escribo mucho, no me vuela mucho la imaginación, no logro concretar un texto completo, hace mucho que no recitó lo que escribiré en mi mente, y, quizá esto se deba a que todo lo que pienso, imagino y sueño se resume a lo más bello y distractor que se ma a cruzado en el camino... Usted.
Si, usted, usted es quien logra desconcertarme en sólo un par de segundos, es quien tiene ese poder de frenarme el corazón o acelerar su latido con sólo mirarme, es usted y su sonrisa los culpables de enloquecer mi postura de mujer cuerda; no encuentro a quien más culpar de mis sonrisas entre lágrimas, de mis alegrías un tanto melancólicos, de sentirme diminuta frente a este sentimiento tan grande, de ser una cobarde cuando recuerdo el reto de nuestro pacto, culpable de desarmar mi vida y acomodarla a su desorden, si, culpable de romperme el corazón y luego sanarlo haciéndome olvidar de las cicatrices; si ahora no sueño con convertirme en poesia, si ahora no leo un libro por semana, si ahora no canto (o al menos hago ruido) una canción por minuto, es porque sólo intento que usted sea mi poesía, es porque estoy ocupada todo el día leyendo sus textos, viendo sus fotos a mi lado y pensando en cuando será nuestro próximo encuentro, es porque ahora sólo se pronunciar su nombre o hablar de usted, es porque mi cuerpo olvido todo para aprender a sentirlo el suyo... mi alma se adhirió a la suya.
Y hoy me encuentro sentada observando el atardecer mientras intento hacer un recuento de todo de lo que usted es responsable, tratando de comprender en que momento usted traspaso todas mis barreras o quizá en que momento simplemente le abrí la puerta y le di la libertad de que me robara por completo lo que soy; pero solo se que si alguien me pregunta el porqué de mi sonrisa o a que se debe está dicha tan grande que ahora siento... diré que el culpable es usted.

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