Capítulo 3

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En ese momento noté el miedo en su rostro: cejas elevadas y unidas, sus párpados superiores elevados, los inferiores tensos y sus labios estirándose horizontalmente hacia atrás. Sin duda era miedo, pero ¿miedo a qué o a quién?

- Me doy cuenta que hay algo o alguien que te asusta, Alex.
- Escuche, señor, yo no tengo familia, los otros dos sujetos y yo no tuvimos nada que ver con el asesinato de ese hombre.
- Tranquilo, chico, puedes decirme la verdad.
- Ese es el problema, que no la conozco.
- Pero dices que corres peligro su dices algo - exclamó Lea.
- Sí, pero si el Jefe se entera de lo que pasó, nos irá muy mal, él fue quien me ayudó cuando huí de mi casa, pero el precio es alto. Hay que pagar la cuota y por eso intentábamos robarle a ese sujeto.
- Pero algo salió mal... - dijo Lea
- Cuando intentábamos robarle, se escuchó un disparo, por un momento pensé que había sido alguno de mis compañeros, yo no tengo pistola, sólo mi navaja, así que al mirarlos ellos estaban tan sorprendidos como yo, así que corrimos y nos escondimos en una casa abandonada cerca del lugar, lo suficientemente cerca para poder ver lo que sucedió después. Apenas se podía distinguir en la oscuridad de la noche y el alumbrado de la calle, un auto se acercó, un sujeto bajó de él, no pudimos distinguirlo, y golpeó en la cabeza a ese hombre. Regresó al auto arrancó tranquilamente, eso fue lo más extraño. En la estación de policía no creyeron eso.

- Yo te creo.

Ese muchacho decía la verdad, cada palabra la decía con fluidez, recordando cada detalle. Cuando una persona inventa una historia, la dice a una cierta velocidad que es lo suficientemente rápida para distinguir que es una mentira pero tampoco tan lento para confundirlo con lo que es real.

- ¿Pudiste ver algún detalle del auto? ¿Matrícula? ¿Marca o modelo? - preguntó Lea

- No sé mucho de autos, ni modelos, ni marcas, no tenía matrícula, sólo sé que vi un auto sencillo, rojo, con la pintura un poco gastada, supongo que es por no ser muy nuevo. Cuando se fue, nosotros nos acercamos a observar al sujeto y fue justo cuando llegó la policía.

¿Auto rojo con la pintura gastada? ¡Suena como el auto que está estacionado en mi cajón de estacionamiento!

- ¡Espera un momento! - le digo al chico mientras me dirijo con Terry. - ¡Rápido, Terry! muéstrame la cámara que da al estacionamiento.

Y al teclear en su computadora, en menos de tres segundos, veo la toma y el auto ya no está.

- Muéstrame la grabación de las 9:05 horas.

En la imagen aparecemos Angie y yo junto al auto e inmediatamente después de yo entrar al edificio un sujeto con gabardina y sombrero bien cubierto entra al auto y arranca con tranquilidad.

- Terry, busca la grabación de la hora y momento en que llegó ese auto al estacionamiento del edificio. - digo mientras se imprime una imagen del auto.
- Entendido.

Cuando regreso con Lea y el joven sospechoso, le muestro la imagen.

- ¿Era un auto como este?
- Viejo, ese es el auto.
- ¡Dame eso! - exclama Lea mientras me quita la fotografía - no hay matrícula, no hay conductor... Espera, esa es la entrada del edificio, ese es tu lugar de estacionamiento, Kal.
- No te molestes en ir a revisar, Lea, el auto ya no está.

Angie entra en escena mostrándome el vídeo en una tableta sólo con imagen negra y la fecha y hora: 03/27/2000, 04:37 hrs. A las 09:00 hrs. la imagen ya no se muestra negra y el auto ya estaba ahí.

- Parece ser que ese auto lo pusieron hoy aquí y alguien se encargó de no mostrarse al dejarlo. - Digo sin sorpresa a Angie.
- Alguien sabe que te ausentaste el fin de semana, cosa que no acostumbras hacer.
- E hizo pensar a todos que ese era mi auto 'nuevo' para no levantar sospechas, aunque no sabemos el momento exacto en que lo dejó ahí y alguien sabe que está este chico aquí.
-¡No! - grito Alex - yo no tuve nada que ver con lo de ayer.
- Tranquilízate, chico, esa persona no te hará daño, sólo te utilizó para llamar nuestra atención. Eso es lo que busca y ahora tiene la mía.

Expresiones OcultasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora