Capítulo 7

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"Un auto rojo, un auto rojo, un auto rojo..."

El pensamiento le venía a la mente una y otra vez. Kal sabía que era lo único que tenía. Un asesinato, alguien dándole pistas, bueno, sólo una... un auto rojo.

Kal no podía dejar de pensar en el auto rojo. Algo no encajaba, y su mente entrenada no le permitía dejar pasar ningún detalle. Mientras observaba a Alex, notó que el joven temblaba, no solo de miedo, sino también de frío. Sin decir una palabra, Kal se levantó y ajustó el termostato de la sala de interrogatorios, un gesto pequeño pero significativo.

Alex, ¿puedes recordar algún otro detalle sobre el auto? Algo más que pudieras haber notado, por pequeño que sea - preguntó Kal, volviendo a sentarse frente al joven.

Alex miró a Kal, sus ojos llenos de incertidumbre.

Había una calcomanía en la ventana trasera, algo desgastada... creo que era de un equipo de fútbol - dijo finalmente.

Kal asintió, anotando mentalmente ese detalle. Cada pieza del rompecabezas era crucial.

Gracias, Alex. Eso nos ayudará mucho.

Lea, que había estado escuchando en silencio, intervino.

Kal, ¿qué vamos a hacer con Alex? No podemos dejar que vuelva a la calle si realmente está en peligro.

Kal asintió, consciente de la gravedad de la situación.

Lo mantendremos bajo custodia por ahora, Lea. Asegúrate de que esté seguro y bien cuidado. Mientras tanto, investigaré más sobre este auto rojo.

Kal salió de la sala de interrogatorios, su mente trabajando a toda velocidad. Necesitaba respuestas, y sabía exactamente dónde empezar. Se dirigió a su oficina y comenzó a revisar las grabaciones de seguridad más detenidamente, buscando cualquier pista adicional sobre el auto.

Mientras tanto, en otra parte de la ciudad, el General Harold Loyd se dirigía a las oficinas de Davis & Fordman. Su corazón latía con fuerza, una mezcla de anticipación y ansiedad. Había pasado tanto tiempo desde que había visto a Kal y Angie, y ahora, el destino los había vuelto a unir en circunstancias oscuras.

Al llegar a las oficinas, fue recibido por Rose, la recepcionista.

General Loyd, es un honor tenerlo aquí. ¿En qué puedo ayudarlo? - dijo Rose con una sonrisa profesional.

Necesito hablar con Kal Davis y Angie Fordman. Es un asunto de gran importancia - respondió Harold, tratando de mantener la calma.

Rose asintió y se levantó para llamar a Kal. Minutos después, Kal apareció en el vestíbulo, su rostro mostrando una mezcla de sorpresa y reconocimiento.

General Loyd, no esperaba verlo aquí - dijo Kal, extendiendo la mano.

Harold estrechó la mano de Kal firmemente.

Kal, tenemos mucho de qué hablar. Algo grande está ocurriendo, y creo que mi pasado está alcanzándome - dijo Harold con seriedad.

Kal asintió, invitando al General a seguirlo a su oficina. Una vez allí, cerró la puerta y se sentó frente a Harold.

Cuéntame todo, General. No dejaremos que este caso se quede sin resolver - dijo Kal con determinación.

Harold comenzó a relatar su historia, desde el doloroso recuerdo de la noche que cambió su vida hasta el reciente asesinato de Frederic Reynolds. Kal escuchó atentamente, cada palabra reafirmando la conexión entre el pasado y el presente.

Kal, no sé quién está detrás de esto, pero estoy seguro de que Frederic no fue el único involucrado en esa noche. Y si alguien está tratando de llamarte la atención, es porque quieren algo de ti - dijo Harold, su voz temblando ligeramente.

Kal asintió, su mente procesando la información. Sabía que este caso era más complicado de lo que parecía.

No se preocupe, General. Encontraremos a los responsables. Pero necesito su ayuda. Cada detalle, cada recuerdo, puede ser crucial - dijo Kal, mirando al General con intensidad.

Harold asintió, decidido a colaborar. Sabía que este era su momento de buscar justicia, no solo para su familia, sino también para sí mismo.

Mientras tanto, Angie estaba revisando los registros de vehículos en la base de datos. El detalle de la calcomanía del equipo de fútbol le había dado una pista valiosa. Trabajando en conjunto, Kal, Angie y Harold comenzaron a desenmarañar la red de secretos y mentiras que envolvía el caso, sabiendo que el tiempo era esencial y que el peligro acechaba en cada esquina.

Expresiones OcultasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora