Capítulo uno: ''Siendo abuelo"

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Mi vista se centra en algunos niños que corren y saltan por los alrededores de la plaza, juegan y charlan. Sonrío inconscientemente.

Mi perrita jadea y ladra, intenta avanzar con más rapidez, pero es algo imposible, ya que hace unos días había comprado una cadena canina, ella últimamente se ha comportado de una manera bastante traviesa. Puedo decir que soy un padre con una hija que tiene hiperactividad.

Tomo asiento en el suelo bajo un árbol, esta es una de las pocas veces que he salido solo a dar un paseo, debía aprovecharlo y disfrutarlo. Soy un famoso dando un paseo junto a su hija, la perrita Esther, excelente.

Ella sigue ladrando y jadeando, ruedo los ojos cansado. Esto de ser padre es estresante. Decido soltarla unos minutos, ¿Qué podría hacer una perrita inofensiva y pequeña?

Al soltarla, ella comienza a rondar, huele algunos árboles y sigue a algunos niños, que ellos al verla, la acarician con amabilidad y ternura. Ella es una ternurita.

Pero solo al cerrar mis ojos por unos segundos, intentando estar en paz, todo da un giro radicalmente.

Ahogo un grito al ver un feo y sucio perro montar a mi hermosa Esther, él comienza a hacer movimientos bastantes irreales, creo que mi mente inocente se fue a los cielos. Rápidamente corro hacia ellos, sacudo mis manos, intentando alejar a la bola de pelos.

—¡Aleja tu pequeño pene de mi perrita!

Mis gritos son ignorados por ambos, están disfrutando de su acción, ¡Y lo están haciendo en un lugar público! ¿No tienen vergüenza canina?

En ese instante una chica con un largo y sedoso cabello castaño se acerca corriendo, y al ver aquella horrenda escena, suelta una enorme carcajada, quedo sorprendido, nunca antes había escuchado a una morsa reír, porque sí, se escuchaba como una.

Sus ojos se entrecerraron, reía y apuntaba a los animales teniendo relaciones sexuales, la demandaré por bullying mascotino, ¿Existe eso?

—¡Tu estúpido perro está violando a mi perrita! —grité desesperado al ver a aquél sucio animal acelerar sus movimientos.

Ella guarda silencio, observa con atención su mascota —bueno, supongo que es de ella—, pero luego su sonrisa comienza a hacerse cada vez más grande.

—Ese es mi chico —exclama, poniendo sus manos en sus caderas.

Abro mi boca ligeramente, siento como mi ojo izquierdo comienza a parpadear, oh no, ¿Por qué esto me tiene que ocurrir justo ahora cuándo mi perrita está perdiendo su virginidad y yo no puedo hacer absolutamente nada?

—¿Podrías alejar a tu horroroso animal de mi bella perrita? ¡Las pulgas saltan muy alto!

La pelimorsa se acerca a ellos, su sonrisa sigue en sus labios, suelta nuevamente una gran carcajada y toma la parte trasera de su animal, hace un intento, pero nada.

Vuelve a intentar y sigue fallando.

—Lo siento amigo, creo que ellos están disfrutando de la acción —murmura, volviendo a su postura anterior y cruzando sus brazos bajo su pecho.

—¿No harás nada? ¡Soy muy joven para ser abuelo! —alzo mis brazos.

—Suponiendo que tu perrita sea un humano, en algún momento tendría el honor de ser madre.

—¡Es muy joven! ¡Yo soy joven! —grité en un susurro.

Su boca se abrió, iba a pronunciar algo, pero un fuerte chillido la interrumpió. ¿Chillido?

Miro hacia abajo, Esther vuelve a chillar, ¿Los perros pueden gemir? Claramente luego de esto quedaré traumado, no tendré relaciones sexuales nunca más en mi vida y alejaré cada gemido de mí.

—Creo que ya llegaron al...

—No continúes —interrumpo su llamativa frase.

Vuelve a reír, se acerca a mí, apoyando su mano en mi brazo. Sí, tiene mucha confianza, eh.

—Admira a nuestras mascotas a minutos de ser padres, creo que él ya puso la semillita, ahora es tiempo de esperar —habla, golpeando de forma amistosa mi hombro.

—¿Tendré que llevarla a un ginecólogo, llevarla allí cada mes, aguantar sus cambios de humor, verla cada vez engordar y luego verla entrar en proceso de parto, para después ver como sacan de su aparato femenino miles de perritas? —murmuro en un agudo chillido, sintiendo cómo mi piel se erizaba.

Ella me observa, mordiendo su labio, sus ojos estaban pequeños y en sus mejillas podía observar pequeños hoyuelos. ¿Se está riendo de mí? ¿De Justin Bieber? ¿El abuelo más sexy de toda la vida? ¿El progenitor de la perrita más deseada por todos los horrorosos perros? ¿Suegro del más horroroso perro?

—Sí, creo que deberás aprender más sobre el embarazo canino, porque de todo lo que murmuraste, solo acertaste en, uh, nada.

Creo que no estoy preparado para ser abuelo, esto fue muy pronto, caeré en depresión, mis arrugas serán notorias y mi cabello se volverá blanco. No quiero ser abuelo ahora, tengo demasiada belleza para desgastarla en esto.

¿Por qué aquél sucio animal tuvo que quitarle la virginidad a mi preciosa perrita Esther?

¡Que alguien me ayude, por favor!

Rápidamente saqué mi celular del bolsillo trasero de mi pantalón, ingresé a twitter y luego escribí un nuevo tweet.

"Siendo abuelo, esto no es divertido"

¿Y ahora qué haré?


***

¡Primer capítulo! 🎉🎊

Espero que al menos les haya sacado una pequeña sonrisa, porque eso intento hacer, jeje.

Podrían dejar su opinión en un comentario, ¿Les está gustando la historia?😔🙋

💕¡Espero su voto y comentario!💕

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