Prólogo

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Entré en el salón poco antes de que lo hiciera el juez. La sala estaba bastante concurrida a pesar de ser la instancia previa al juicio, de modo que varias de las bancas estaban llenas. El lugar de los jurados estaba vacío por no ser requeridos aun y el estrado estaba de momento solo ocupado por quien tomaría notas sobre lo que pasara. Todo era bastante parecido a lo que se veía en las películas excepto, por las sensaciones. Cuando veías todo esto en un film lo que sentías era intriga de que era lo que iba a pasar o tranquilidad porque al fin el malo obtenía su merecido pero ahora, formando parte de esto, lo único que sentía era frío. Un frío que me recorría todo el cuerpo y me impedía moverme.

Sabía que mi hermano y amigos estaban ahí así que los mire.

Lyov estaba sobrepasado, desde hacía un mes no intentaba otra cosa más que liberarme. Pobre hermanito mío, no podía imaginarme todo lo que debía estar sufriendo en estos momentos. Habíamos perdido a mamá antes de entrar a la adolescencia, acabábamos de perder a papá y ahora teníamos que enfrentarnos a esto. Si las cosas no salían bien estaría solo para lidiar con todo.

Aria estaba llorando sobre el pecho de Ethan, y él no quería hacer nada más que agarrarme y llevarme lejos. Podía decirlo por sus ojos, unos ojos que conocía tan bien como si fueran los míos propios.

Deslicé mi mirada hacia el resto de la sala, no quería llorar. Había varios empleados de la empresa. Algunos creían que era inocente y me miraban con pesar, lástima y esperanza. Otros con desconfianza y algunos pocos con odio- Grigory Koslov no habrá sido el mejor padre del mundo pero era un jefe muy dedicado y amado-. Estaba por volverme hacía el estrado cuando sentí la mirada altiva de alguien. Ivo. Seguro que el señorito Novak estaba disfrutando el espectáculo.

Presa, iría presa a los 18 años de edad por asesinato. Por asesinar nada más ni nada menos que a mi padre. No teníamos una buena relación, menos aún en el último tiempo que había intentado forzarme a hacer cosas que no quería. Pero ¿de ahí a asesinarlo? No, claro que no había llegado a ese punto. ¿Entonces por qué estaba por ser acusada de asesinato? Bueno, Grigory había sido encontrado muerto de un disparo en la cabeza el mismo día que a mí se me escuchara amenazarlo de muerte.

_ Atención, entra en la sala el honorable juez Robinson- proclamó alguien sacándome de mis pensamientos.

Luego de todas las formalidades necesarias procedí a declarar por segunda vez. Hablé sobre la discusión con mi padre, sobre todo lo que había pasado luego, sobre mis planes para irme lejos... Volví a contar todo y respondí cada una de las preguntas que me hicieron. Ni bien terminaron conmigo llamaron a varios de los empleados, tanto los que trabajaban en la compañía como los que lo hacían en nuestra casa.

Empezaba a pensar que no importaría qué tan excelente fuera mi abogado o qué tanta plata tuviéramos, las cosas estaban demasiado complicadas para mí. Todo apuntaba a que la asesina era yo, no importaba que no lo fuera. Las pruebas estaban ahí, me hacían culpable. Quizás demasiado culpable y eso tendría que darle al juez alguna clase de pista pero probablemente atribuyeran todo a un arrebato de locura de mi parte y a la inexperiencia que mis pocos años de vida me habían dado.

_ Orden, orden en la sala. Se procederá a un breve receso, volveremos en 15 minutos.

Mi abogado se retiró para discutir con el fiscal y yo aproveche para acercarme a mi familia.

_ Lyo

_ ¿Si hermanita?

_ ¿Podrías hacerme un favor?

_ Lo que quieras, lo sabes- me dijo con una gran sonrisa gigante intentando mostrarme todo el amor que sentía por mí.

_ No dejes solo a nuestro abuelo, ¿sí? Sé que no tienen la mejor relación pero si no salgo de esta quiero que estés con él- no hacía mucho había logrado volver a formar un lazo entre mi familia y mi abuelo y no quería que eso se perdiera.

_ Te lo prometo pero te aseguro que tú estarás ahí para él también

_ Quizás en alguna foto...

_ ¡ALEXA!

_ Si, Ethan, así me llamo- dije en respuesta a su exclamación. Sabía que me detestaría por contestarle así, siempre lo hacía.

_ Odio que hagas eso y no quiero volverte a escuchar sugerir que no vas a salir de aquí en libertad

_ Ohh ¿y que va a pasar? ¿Algún superhéroe aparecerá y me librará de esto?- pregunté medio en broma para molestarlo y medio en serio. Caía cada vez más y más en cuenta que de esta sólo un milagro podría salvarme.

_ Cuando eres así no puedo recordar porque te quiero

_ Porque soy así- contesté y lo vi poner los ojos en blanco

_ No sé como pero vas a salir de aquí; Aria te necesita, yo te necesito- sabía que intentaba convencerse más a si mismo que a mí. Jamás habíamos estado realmente separados y esto podría cambiar aquello.

Intente sonreír y calmarlo.

_ Estarán bien, así incluso las salidas a bailar serán más fáciles. Por no hablar que ya no se quedaran sin comida o que no tendrán quien los atosigue con personajes literarios. Claro que podrían buscar a alguien más...

_ No eres prescindible Alex...

_ Ya ya, yo también te amo. Y dile a la señorita escurridiza que a pesar que no ha venido a abrazarme hoy, también la amo. Mucho.

_ Sabes que...

_ Lo sé- dije y me volví para mirar al juez. La sola idea de que esto fuera realmente una despedida me había llenado los ojos de lágrimas y no quería que nadie me viera llorar.

_ Alex- dijo tiernamente Ethan y me abrazó con fuerza.

Había pasado de mi lado del tribunal y a pesar de que yo tendría que correrlo antes de que alguien se diera cuenta y lo hiciese no podía. Amaba a mi hermano y a mi amiga pero Ethan siempre había sido mi debilidad, entre nosotros siempre había habido una conexión única y el solo pensar en estar separada de él me desmoronaba.

_ Te amo- le repetí

_ Te amo- me contestó mirándome a los ojos a la vez que me acariciaba la mejilla

Volví a abrazarlo y así nos quedamos hasta que se anunció que se retomaría la vista.

_ Alex, en estas instancias yo vuelvo a recomendarte que te declares culpable. Todas las pruebas apuntan a vos y sin coartada no hay mucho más que yo pueda hacer. Quizás si confiesas consiga que el juez te de la pena mínima y luego, con la mitad de los años cumplidos, puedas salir en libertad condicional- me dijo el Dr. Chase poco después de que me posicionara a su lado

_ ¿No hay nada más que pueda hacerse?

_ Podríamos ir a juicio, intentar desestimar o anular algunas pruebas y esperar que el jurado crea en tu inocencia.

_ ¿Y qué posibilidad hay de que eso pase?- pregunté levemente ilusionada

_ Pocas, no voy a mentirte. Las pruebas del fiscal son casi irrefutables y amenaza con tener más datos y pruebas que te incriminan.

_ Está bien Wilson, confesaré

_ ¿Estás segura? Es la que creo tu mejor opción pero aun así hay una pequeña posibilidad de que no consiga bajar tu condena

_ Hagámoslo. De todos modos veo que ya estoy perdida.

Tras aquello mi abogado se acercó al estrado para comunicar que cambiaría mi respuesta respecto a los cargos.

No estaba segura y creía que no me animaría a hacerlo pero una vez que me preguntaron cómo me declaraba ante la acusación que había sobre mí, respondí culpable.

Toda la sala se revolucionó y llevó un tiempo ponerla en orden pero una vez que se logró, y tanto mi abogado como el fiscal discutieron por última vez con el juez, una resolución fue tomada.

_ Alexa Koslov se la condena a 20 años deprisión, sin posibilidad de libertad condicional.

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