Capítulo Dos

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Llevaba trabajando toda la maldita semana. Apenas había comido, dormido o pisado mi departamento. El terremoto de hacía siete días había derrumbado varias casas y negocios, y a pesar de que no éramos un hospital para lidiar con los muertos y heridos que había dejado el temporal, éramos la policía y teníamos que encargarnos de todo lo demás.

Llevaba atendiendo denuncias por robo en más de cincuenta casas y locales, y ya había atrapado al sesenta por ciento de esos ladrones. Eran trabajos dentro de todo sencillos y destinados a los policías pero al estar sobrepasados los detectives solíamos darles una mano. Sin embargo ya estaba cansado, mayormente esto era trabajo de escritorio y de revisar alguna que otra filmación para atrapar a los delincuentes- realmente no eran muy inteligentes- y yo necesitaba salir al campo.

Estaba deseando que me asignaran algún caso importante.

_ He terminado por hoy- le informé a Bennet, el otro detective del departamento.

Tomé mi abrigo y salí de la comisaria. Antes que nada pasaría a por un café y luego, una vez que estuviera en casa me daría una ducha. Necesitaba desesperadamente bañarme. Sentía todos los músculos agarrotados por tanto trabajo de escritorio.

Al llegar a casa tiré las llaves sobre la mesada de entrada y me dirigí a mi habitación. Genial, no tenía ropa limpia. Primero había tenido que limpiar todo el baño, porque la última vez había tenido que salir corriendo, y ahora no encontraba nada para ponerme. Esperaba seriamente no tener que volver al trabajo hasta que mi ropa estuviera seca. Acababa de poner toda una tanda a lavar.

Me recosté en mi cama-solo con un viejo pantalón de pijama- e intenté encontrar alguna película o programa para ver. "El Transportador", esa serviría para pasar el rato; las escenas de acción no estaban mal.

Cuando termino, cambie para escuchar las noticias de la medianoche. Casi todo era sobre los incidentes ocurridos después del temporal. Había trabajado en varios de esos casos aunque no apareciera en las noticias así que tenía mucha más información. Solo un asunto llamaba mi atención y era el del escape de las reclusas en el penal que estaba cerca de Fremont. Había sido una suerte que lograran escapar cuatro y que aún no hubieran atrapado a todas. Deseaba dejar los trabajitos que me estaban asignando por algo así. Y de a poco me fui durmiendo mientras imaginaba como resolvería alguno de esos casos si me los asignaban.

El sonido de mi celular me despertó.

_ Tudor

_ Capitán

_ Espero no interrumpirlo...

_ Para nada- contesté sabiendo que la verdad poco le importaba interrumpir nada- ¿Qué necesita?

_ Que vuelva a la comisaria

_ En treinta minutos estoy ahí- respondí con un suspiro.

_ Lo veo luego, detective-dijo y colgó

Podía llegar en quince minutos pero teniendo en cuenta que eran casi las dos de la mañana preferí tomarme mi tiempo. De todos modos, era tarde para que el Capitán siguiera trabajando, pensé. Tenía que ser algo importante.

Cogí un pedazo de sándwich que había en la heladera, vaya a saber hace cuánto, me tomé la cerveza que quedó de la noche anterior y volví a rebuscar que podía ponerme; tenía una remera negra limpia y un par de pantalones beige. Eso, los borceguís, y mi tapado. Listo. Me vestí, busqué las llaves de mi apartamento y salí.

En veinte minutos ya estaba ahí.

_ Capitán- saludé una vez que me dio la orden de pasar a su despacho

_ Tudor- dijo e indicó que me sentara

_ Quería verme

_ Sí, tengo un trabajo que ofrecerle. Sé que ha estado ayudando con varios casos policiales simples para su cargo y me parece que ya es hora de darle algo que este más a su altura. Es cierto que es joven pero por algo ha llegado tan rápido y con tanto prestigio a su puesto y es gratificante para mí tenerlo trabajando aquí así que quiero que se ocupe de algo importante.

_ Lo que sea- comenté, estaba deseando hacer algo más y la verdad me moría por saber qué era lo que iba a asignarme.

_ Como bien ya ha escuchado en las noticias y en la comisaria, tras el terremoto de hace una semana hubo cuatro fugas en el penal de Zergat. Cuatro fueron las reclusas que escaparon; una fue encontrada muerta muy cerca de las inmediaciones del lugar debido a las lesiones ocurridas durante el desastre, dos atrapadas antes o después.

_ De modo que solo queda una fugitiva

_ Exacto, y es ahí donde entra usted. Quiero que se ocupe de lleno en buscarla, ahí delante tiene toda la información que necesita saber.

Tomé el archivo que estaba en la mesa pero cuando iba abrirlo el comisario me detuvo. Carraspeó antes de hablar

_ Debido a que este es un caso importantísimo y de dominio público no puedo dejarlo trabajar solo. Sé que es capaz pero no le vendrá mal un poco de ayuda para aligerar la carga. Hay que dedicarse de lleno a este caso, así que tendrá un supervisor.

_ ¿Quién?- pregunté un poco molesto. Era perfectamente capaz de resolver este caso solo

_ El detective Hart

¿En serio? Preferiría que me supervisara un policía recién graduado a él. Era un imbécil que se creía mucho y que no respetaba a nadie. No tenía buenos modos a la hora de trabajar con otros y era un cagador- a más de un policía le había quitado la novia. Incluyéndome- El único motivo por el que aun trabajaba en el escritorio que estaba a su lado era porque era un profesional. De otro modo ya hubiera hecho trámites para un traslado. Era inaudito que ahora él fuera el encargado de supervisarme. No pensaba hacerle problemas a Capitán pero desde ya no pensaba involucrarlo en lo más mínimo en mi investigación.

_ Bien- dije sin más tratando de mantenerme en mis cabales. Luego tomé el archivo y lo sostuve, vacilante.

Cuando lo abrí, me sorprendí. Era apenas una cría. ¿Cómo podía ser que no la hubieran encontrado ya? No me entraba en la cabeza, no podía tener muchos lugares a los que ir. Será sencillo pensé y procedí a leer la ficha de su expediente.



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