Problemas

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El sepulturero regresó al interior de su tienda, dejo a la pequeña en un ataúd y prosiguió atendiendo a su cliente, decidió esperar hasta el día siguiente para poder investigar lo que había pasado con la familia de la pequeña.

Lo único que sabia de esa familia era que se distinguía por ser una familia de médicos muy famosos, tenían mucho dinero y poder e incluso eran buenas personas realizando campañas para chequeos gratis a personas de bajos recursos, la reina reconocio tanto sus buenas hazañas que convirtió al padre de esa niña en su médico real.

Al cabo de un rato, el sepulturero termino su trabajo y prosiguió a lavarse las manos para así poder tomar a la pequeña, se dirigió a su habitación y la coloco lentamente para no despertarla, la pequeña se removió un poco y volvió a quedarse dormida, el solamente dio un suspiro y la miró detenidamente.

-Que voy hacer contigo, eres un pequeño problema, pequeña~. -la miro fijamente y observo que tenía un cabello tan negro como la noche, y una piel blanca como la nieve, pequeña Blancanieves pensó él.

Después de un rato el sepulturero se acostó junto a la pequeña, cuidando que no la fuera a aplastar durante la noche, definitivamente era algo nuevo para el, poco a poco se fue quedando dormido.

3:57 AM.

La bebé lloraba incontroladamente, undertaker solamente la miraba sin saber qué hacer, estaba un poco estresado ya qué el lloriqueo no cesaba, decidió tomarla en sus brazos y arrullarla un poco, la bebé seguía llorando y mientras lo hacía, la pequeña tomo un mechón de su flequillo y lo jaló.

Intentó quitárselo de sus pequeñas manos sin lastimarla, al lograr sacárselo de sus manos, undertaker tomó su flequillo y lo jaló para atrás, dejando al descubierto su cara, miro a la pequeña y ella simplemente dejó de llorar, la pequeña lo miró fijamente y comenzó a reír.

-vaya vaya, mi rostro te causa gracia, así está mejor, ríe pequeña. -notó que el color de ojos de la pequeña era de un azul profundo, idénticos a los de la esposa de cierto conde que conocía.

Luego de un rato, poco a poco la pequeña volvió a quedarse dormida, él se acostó nuevamente y nuevamente se quedó dormido.

Era un nuevo día, el periódico había llegado a su tienda, lo tomó para ver si encontraba algo importante sobre la familia de la niña, ojeada tras ojeada en la nota final aparecía que la misma noche en la que había llegado Mariam, el medico real y absolutamente toda la familia habían sido asesinados dentro de la gran mansión, no había nota alguna de qué tuvieran una hija, o que estuviera desaparecida, undertaker sonrió con alivio ya que no tendría que ocultarla tanto, lo que le causaba curiosidad era porque la masacre tan cruel hacia una familia respaldada por la corona.

Una campana saco a undertaker de sus pensamientos, había entrado una señora de un buen aspecto a la tienda.

-Buenos días bella dama, necesita algún ataúd confeccionado a la medida para su persona~hi hi hi. -la señora lo miró un poco incomoda.

-vengo a traerle los cuerpos de los médicos reales, dicen que usted da un buen servicio. -undertaker frunció las cejas, no esperaba tan rápido los cuerpos.

- ¡Excelente!, ya los estaba esperando, vamos pase pase~. -mintió.

Unos hombres entraron a dejar los  cuerpos, undertaker no pidió pago, dado que era un cliente muy habitual que llego a darle pagas muy buenas anteriormente, la señora se retiró y pidió tener los cuerpos listos en menos de cinco horas.

Undertaker miraba los cuerpos, habían sido despojado de sus órganos, una forma muy cruel de morir, lo humanos podrían ser muy despiadados.

Al cabo de un rato, término de prepararlos, el personalmente los llevó a la iglesia y al lugar del entierro, se había llevado a la pequeña, ella también tenía que estar presente en el funeral de su familia.

Undertaker regresó a su tienda, y mientras regresaba, había aprovechado para comprar cosas necesarias para la pequeña y mucha comida, sería un duro trabajo, pero ya tenía la forma exacta para criarla.

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