- Rachel, es hora de que te levantes. Debo llevarte a la escuela.
- No tengo ganas de ir....
- ¡Rachel! - Gritó Susan. Una de las reglas fundamentales que tenía Susan era: Nunca negarse ante ella.
- Espero que en 5 minutos estés lista, sino, ya te la verás conmigo.
Rachel se estiró y se sentó en su cama. Se frotó los ojos y bostezó. Ya estaba acostumbrada a los gritos y peleas, no importaba la hora, sería siempre igual. Excepto cuando le cantaba a su madre, que raramente, ella se arrepentía de su mal comportamiento. ¿Pero qué sentido tiene arrepentirse si después seguirá haciendo lo mismo? Por ejemplo, cuando un vaso se rompe, se rompe. Puede arreglarse, tal vez... pero ya está roto. Luego puedes volver a romper otro o el mismo, y arreglarlo nuevamente. Así infinitamente, sigues rompiendo lo que ya está roto. ¿Qué sentido tiene seguir dañando? ¿Qué sentido tiene vivir si en realidad te sientes como si estuvieras muerto?
- ¡RACHEL!
- Ya estoy, Susan. - respondió la hija de la mujer.
- Bien- Contestó la madre, ambas salieron disparadas hacía la calle.
- Ponte el casco, y sujetate fuerte de mí. No vaya a ser que te des la cabeza contra el piso. Y no, no iré lento, es por tú culpa - seguían los regaños- estás por llegar tarde; así que debo ir rápido así no recibes otra notificación en la libreta roja.
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Faithfully, yours. {Finchel Fanfiction}
FanfictionSinópsis: Rachel sabía que estaba destinada para brillar. Sus únicas metas eran no mirar atrás, no rendirse y cumplir sus sueños. Pero algo interrumpió su camino. El amor que se volvió inevitable. Un amor que la salvó de la realidad. "Para que el...