Coma

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Bruno y Carmine, seguía lamentándose como quien cree que con sus reproches regresará el tiempo, o podrá cambiar las cosas, estaban perplejos ante el paciente de la cama 513; seguían preguntándose qué era lo que había sucedido, ¿cómo es que las cosas se habían tornado de este modo?, no podían sentirse peor cuando uno de los marcadores del estado de salud del paciente comienza a hacer un ruido que sería todavía como un baño de agua helada tanto para la pareja como para Fausto. Al momento de entrar un grupo de enfermeras y personal médico piden a la pareja que se retire, Fausto permanece dentro para observar si los procedimientos se están llevando a cabo de manera adecuada, así como para enterarse que sucede con el paciente.

Cinco minutos después de ello sale Fausto con la cara de quien se rehúsa a perder a alguien, aun sabiendo que no hay solución. Bruno y Carmine solo esperan que lo peor, lo que no quieren oír, pero igual comienzan a preguntarle a Fausto.

-¿Qué sucedió?, ¿cómo está?, ¿Qué indicaba ese sonido?- preguntaba Bruno desesperado

A lo que Fausto solo bajaba la mirada y trataba de evadir sus propios pensamientos; después de un profundo respiro observó las caras de Carmine y de Bruno, y emitió un sonido:

-Acaba de entrar en coma- expresó con la voz quebrada- aun no es el fin, pero no podemos saber cuánto tiempo durará en este estado, podrían ser solo horas, o días, pero también podrían prolongarse a años, o a no despertar.

-¡Cállate Fausto! ¡No menciones eso ni de broma!- dijo Carmine que sentía morir en ese mismo instante.

-Debemos ser realistas Carmine, no podemos desechar esa posibilidad, por más dolorosa que esta sea.- Fausto hablaba de una manera demasiado cruda pero muy objetiva.

Minutos más tarde el Dr. Camilleri apareció frente a ellos con la misma expresión de Fausto momentos antes, y con la misma noticia, después de ello pidió hablar con Fausto.

-Dr. Debe decirles acerca de la eutanasia, quizá no en este momento, pero es necesario que lo tengan presente, Ud. Mejor que nadie sabe que los estados de coma son muy impredecibles, tanto podría mejorar en un instante como podría no despertar- dijo el Dr. Camilleri.

-Sí Dr. Se los mencionaré- dijo Fausto con mucha resignación, como no quedándole otro remedio.- ¿Cree que traigan a firmar los papeles pronto? Para ir preparándolos.

-No lo creo Dr. ¿Qué fecha es hoy?- preguntó Camilleri

- Estamos a jueves 13 de febrero- afirmó Fausto- ¿por qué Dr.?

-Nada, hacía cálculos, los del departamento que se encargan de este tipo de documentos llegan el 24, así que tiene tiempo para pensar cómo decirles- contestó Camilleri.

Bruno y Carmine estaban del otro lado del pasillo, observaban el rostro de ambos doctores pero no podían descubrir de que hablaban. Además que el sufrimiento de ese momento no les permitía pensar en nada más; estaban deshechos, para ellos no podría existir nada más horripilante que el vivir aquel instante. Se acercaron a una de las enfermeras que iban saliendo de la habitación y le preguntaron si podían entrar, a lo que ella les dio una afirmación con un movimiento de cabeza.

-¿Qué vamos a hacer Carmine?- Bruno rompió el silencio con una voz pesada y que hacía evidente el dolor de su ser en ese momento.

-Aun no lo sé, me niego a pensar en que podría no verle de nuevo, no poder oír su voz, ni tomarle entre mis brazos...- dijo Carmine mientras suspiraba profundamente despidiendo un aire de nostalgia en su respirar. Un instante después continuó- Oye ¿Ya hablaste a casa? ¿Cómo están? ¿Les dijiste todo? ¿Qué te dijeron?

-Sí, ya me comuniqué, están bien, pero preocupados, recuerda que nos salimos a las casi cuatro de la mañana, querían venir, pero les dije que por ahora no lo hicieran. Es mejor que mantengamos todo así por ahora, ¿no crees?- respondió Bruno.

Carmine asintió con la cabeza mientras observaba el cuerpo inerte que estaba recostado en aquella blanca cama del hospital. El verle le causaba un dolor incontenible, ya no podía controlar sus lágrimas que iban rodando poco a poco por sus mejillas ya hinchadas de tanto llanto.

La puerta se abrió unos minutos después era Fausto con que traía unos vasos con café para la pareja, que no había ingerido nada desde que llegaron al hospital; hubo un largo silencio entre los tres

-¿Qué te estaba diciendo el Dr. Camilleri?- la voz de Bruno resonó en todo el cuarto.

-Ahh no, nada, estábamos revisando algo de unas fechas para las que hay que estar atentos aquí en el hospital.- dijo Fausto sin intenciones de profundizar en el tema.

-Ahh, ya veo. ¡Vaya, uno aquí con su paciente grave y ustedes preocupándose por cosas como esas!- dijo Bruno sin saber toda la verdad.

- ¡Cálmate Bruno!, ni Fausto, ni el Dr. Camilleri tienen la culpa de lo que pasó, no quieras desquitarte con ellos, además nada pueden hacer- Levantó Carmine la voz en defensa de ambos doctores con la entereza que siempre había servido para controlar a su marido.

-Tienes razón Carmine,- reconoció Bruno- discúlpame Fausto, no pensé en lo que dije, en este momento no tengo control sobre mí.

-No tienes que disculparte, entiendo tu desesperación y si tienes razón quizá debimos ver ese tema en otro momento, pero como dice Carmine, por ahora estamos en una situación que no permite que hagamos nada más que esperar.- dijo Fausto comprendiendo la reacción de su hermano.- Deberían ir a casa, llevan casi doce horas aquí, creo que es bueno que vayan a descansar, tomar un baño, cambiarse, comer algo, mientras tanto yo me quedaré aquí y cualquier novedad se las haré saber inmediatamente, ¿ok?

-Puede ser que tengas razón, gracias iremos solo un momento, pero por favor, cualquier cambio háznoslo saber inmediatamente.- suplicó Bruno mientras tomaba de la mano a Carmine que se negaba a querer dejar la habitación pero que después de un momento accedió. Minutos más tarde salieron del hospital en dirección a su casa.

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