―Me siento muy bien estando a tu lado. ―Manifestó.
―Es increíble pensar en aquellos momentos calamitosos, cuando lo único que hacías era obedecer a tu superior.
―No hablemos del pasado. ―Susurró mientras acariciaba las mejillas de Orihime.
En una noche oscura y solitaria, Ulquiorra caminaba tranquilo junto a Orihime. Y durante varios minutos, había percibido a una sombra un tanto misteriosa cerca de un poste de luz. Sin embargo, por alguna extraña razón, no quiso darle importancia alguna, posiblemente era un hombre pensando en cosas insignificantes de su vida, o quizá estaba teniendo un mal rato.
Todo lo que le importaba a Ulquiorra, era permanecer por siempre junto a Orihime, la mujer quien fue capaz de corresponder sus sentimientos de una forma cautivante y tentadora.
Y a pesar de su más viciosas intenciones con ella, no permitiría que nadie más pudiera interferirse en su relación.
¿Qué pasaría si Orihime dejara de conservar sus más puros sentimientos? ¿Qué pasaría si de alguna manera, aquella mujer encantadora se enamoraría de un ser distinto a él?
En seguida, Ulquiorra se detuvo por unos segundos pensando en las posibilidades de que su amada fuera a desaparecer en un abrir y cerrar de ojos.
Tan preocupado estaba, que no pudo imaginar que los sentimientos humanos fueran tan peligrosos de experimentar. Orihime se quedó sorprendida, llamando a Ulquiorra varias veces hasta que al fin pudo volver en sí.
―Disculpa, por un momento quedé atrapado en mis propios pensamientos.
Inmediatamente, Ulquiorra sorprendió a Orihime con un fuerte y cálido abrazo, sosteniendo a la vez sus tibias manos para darle un suave beso. Luego, ambos decidieron pasear a orillas de una playa cercana, pues, a estas horas de la noche, no circulaban las personas y la marea estaba serena mientras que la fría arena seguía intacta.
Sentados en una gran y asimétrica roca, Ulquiorra permaneció en un total silencio, avizorando la tranquilidad del mar que se balanceaba constantemente por el interminable viento que albergaba por doquier. Parecía que su rostro seguía siendo la misma, demostrando aquella indiferencia y seriedad ante todo suceso.
Sin embargo, no cabe duda que con el simple hecho de poder transfigurar su cuerpo, podía ser capaz de sostener y transmitir emociones cuando él quisiera.
No había hallado más dicha que contemplar la estupenda sonrisa de Orihime, sonriendo solo para él.
Sus grandes e inocentes ojos transmitía una belleza inigualable.
Acercándose lentamente a ella, rozó su boca con la suya, sintiendo sus labios cálidos y húmedos. Empezó a acariciar su mejilla izquierda, y continuamente le dijo que siempre permanecería a su lado.
Luego de esto, Orihime se había sorprendido por el repentino suceso, y a pesar de estar avergonzada, no quiso detenerse, devolviéndole un beso tierno a la boca.
―Querida, ¿tu recuerdas a Aizen? ―Preguntó de repente.
―Espera, ¿por qué tuviste que mencionar ese nombre justo en este momento? ―Dijo apenada y luego continuó―. -No lo vuelvas a mencionar, sabes muy bien que él ha hecho cosas perversas.
―Lo siento, solo estuve un poco preocupado. La última vez que lo vi antes de irme de ese desierto lugar, su rostro no parecía el mismo.
―Preocuparse está bien, pero por favor no te hundas en esos pensamientos, pronto sentirás angustia. Tu estás aquí conmigo, en este momento tu estás aquí. Así que por favor, quédate conmigo.
A pesar de las inquietudes de Ulquiorra, éste no dejaba de sentir las manos de Orihime en su rostro. Aquello era una señal de confianza y seguridad, así que, Ulquiorra solo dejó pasar el momento, cerrando sus ojos lentamente ante la afectuosidad de su amada.
Estando cerca de Orihime, podía estar a salvo. Y aunque ella fuera la única mujer del universo, él volvería a amarla definitivamente.
―Ansío besarte. ¿Me dejarías tan solo probarte por un momento? ―Le susurró.
Inesperadamente, el rostro de Orihime se volvió rojo como un tomate. Ella amaba cada detalle de él, sus ojos entristecidos, sus exquisitos labios y la forma en que hacía sentir su cuerpo con tan solo un toque de esos dedos largos y blancos.
Durante esas interminables horas, los dos permitieron la oportunidad de divertirse de una manera cariñosa y agradable.
Lejos de aquella escena, la silueta de un ser desconocido había nuevamente aparecido. Poseía unos ojos afilado y azules como el cielo en plena mañana, asimismo, deslumbraban entre las oscuras horas de la noche, visualizando a los dos jóvenes a orillas del mar, pudiendo reconocer a uno de ellos, quien había desertado del Hueco Mundo.
De repente, inéditamente Ulquiorra notó al sujeto que permanecía lejos de ellos. Tenía un mal presentimiento.
¿Quién era esa persona? Ulquiorra no parecía estar bien, no podía dejar de pensar en lo más terrible que pudiera pasar. Realmente era extraño todo para él, a pesar de que Ulquiorra siempre ha sido alguien reservado y callado, aquellas preocupaciones albergaban dentro de si mismo, pues los pensamientos pueden perseguir por el resto de la vida a una persona, y todo dependerá de como uno se muestre ante aquella intranquilidad.
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En el vacío mundo de Ulquiorra
Fanfiction[Fan Fic] Sentimientos como el amor no existen en realidad, son sólo un instinto para huir del miedo y la desesperación, son sólo tonterías de los humanos. Esta es una historia corta, que narra el encuentro de estos dos individuos muy diferentes, pe...