Aclaración IMPORTANTE: Lo que verán a continuación no es el capítulo 5, prosiguiendo al capítulo anterior. Decidí hacer un extra un poco corto por San Valentín. Este extra estaría situado en la mitad del capítulo 4. ¡Disfruten!
Era de mañana en el asombroso reino de Freljord. El sol derretía lentamente los lagos congelados por el inmenso frío de la noche, los pájaros cantaban afinados una agradable melodía y los rayos del cálido sol alumbraron la habitación.
La princesa abrió sus ojos azules lentamente, mientras se levantaba poco a poco y dejaba caer su larga y blanca cabellera. Pronunció un profundo bostezo, mientras observaba a su amado que aún dormía.
Sonriendo y con lentitud se dirige al espejo para peinarse y vestirse apropiadamente para un almuerzo especial, pues ese día era el tan esperado San Valentín. En Freljord, las costumbres amorosas eran muy delicadas. Su madre siempre decía que la persona ideal se merecía todos los lujos que podrían ofrecerse mutuamente, mientras éste siempre esté dispuesto a ofrecerle un amor eterno.
Al cambiarse se echó un poco de perfume con un aroma inusual, era de su madre. Salió de la habitación y le ordenó a sus sirvientes que preparan un desayuno muy especial.
Mientras tanto, Tryndamere se despertaba y aún con la vista nublada podía observar como el brillante sol le iluminaba el rostro. Cegado por éste, al levantarse se choca el pie con el modular, haciendo un gran ruido que alteró a Ashe. Inmediatamente subió a la habitación – ¡¿Te encuentras bien?! – Preguntó alterada. – Tranquila, sólo me he golpeado con el modular, estoy bien. – Ella suspiró. –Buenos días princesa, hoy es un día muy especial – él la rodea con sus enormes brazos dándole un cálido y suave beso. – Me alegra que te acuerdes – le sonríe tiernamente – tengo planeado un día maravilloso, sin problemas y gente que quiera arruinar nuestra vida. Estaremos solos, por fin. – El bárbaro le sonríe y acaricia suavemente su mejilla. – Cuando te vistas ven al jardín, te estaré esperando. – Ella le da un beso y sale de la habitación.
Baja las escaleras y sale al inmenso patio del reino, donde al fondo preparó una mesa especial para que ellos estén solos mientras disfrutan de un bello día, mientras tanto ella lo espera.
Cuando el bárbaro se sienta al frente de ella comienza a contemplar sus hermosos ojos azules, podía estar mirándola todo el día sin cansarse. – Puedes comer algo, si apeteces. – Él logra salir de "su mundo", ella lo tenía hipnotizado con su mirada.
Luego de un agradable desayuno, repleto de risas y alegrías, ellos estaban dispuestos a dar un paseo por los alrededores, pero en ese momento llega un sirviente con una carta algo arrugada y sucia. Al abrirla, la carta decía:
"Sé dónde estás, princesa Ashe, finalmente podré vengarme de lo que tú me has hecho, me has convertido en un monstruo, y ahora pagarás por tus actos. Me aseguraré de devolverte con la misma moneda. Firma: Dama de Hielo."
Esta vez, ella estaba aturdida y completamente pálida, no sabía cómo reaccionar ante esta amenaza. – ¡Ashe, por favor, escúchame! No entres en pánico, recuerda que estoy aquí para protegerte, para protegernos. – Le dijo Tryndamere mientras la sacudía con suavidad para que despierte de ese trance. – No, no entiendes. Puede ponerte a ti también en peligro. ¡Cierren las puertas del reino, que no entre ni salga nadie! – ordenó a sus discípulos. – Trynda, yo sólo quería pasar un poco de tiempo tranquilo contigo, pero parece que la mala suerte me pisa los talones. – se retiró con unas lágrimas recorriendo su rostro.
El bárbaro se sentía deprimido, encerrado en el reino por órdenes de su princesa. – Nunca puedo hacer nada para ayudarla, ni siquiera puedo pasar tiempo a solas con ella. Creo que no la merezco... – entre sollozos, se dirigió al sótano donde guardaba su espada legendaria, estaba dispuesto a protegerla con su vida.
Al entrar al inmenso sótano, Tryndamere se sintió algo extraño, como si alguien en aquél lugar lo estuviera observando. – Éste lugar me trae mala pinta. – piensa mientras mira a sus alrededores, alerta para cualquier amenaza que esté dispuesta a atacarle. Una sombra pasa por su espalda, haciendo que éste reaccione y coja su espada, pero al tomarla unos tentáculos salen de su espada y se aferran a su brazo, haciéndole imposible soltarse. – ¡¡Ahhh!! ¡¿Qué es esto?! ¡¿Quién eres?! ¡¿Qué quieres de mí?! ¡¡Deja en paz a Ashe!! – Gritaba mientras sentía que su fuerza se iba consumiendo y su aspecto comenzaba a cambiar.
– ¿Esto era lo que querías? – Una voz grave se escucha y una mano muestra un gigantesco orbe oscuro, donde dentro de él podía observarse la agonía del bárbaro. – Con esto, esa princesita finalmente sufrirá. – Se oyen fuertes risas. – ¿Cómo puedo agradecértelo Syndra? – Pregunta una voz profunda. Syndra era la soberana de la oscuridad, ella llenaba de vacío y sombras el corazón de una persona, sin remordimientos ni conciencia plena. Llenó de ira el corazón de Tryndamere impidiéndole ver la realidad. – No es nada, te debía un par de favores con algunos jonios que me molestaban y tú los mataste por mí, así que no te preocupes. La maldición consumirá al joven y matará a esa arquera a la que tanto detestas. – Responde la soberana oscura.
Nunú, uno de los discípulos de Ashe escuchó los gritos de agonía del bárbaro que provenían del sótano, inmediatamente alertó a la princesa. Como un rayo, la arquera bajó rápidamente las escaleras y se encontró con un escenario horrible. Su amado estaba consumido por la oscuridad, su aspecto había cambiado, parecía un demonio indomable con una espada completamente gigante. Apenas vio a la princesa no se controló y comenzó a atacar con su espada destruyendo parte de la joyería y reliquias antiguas del reino. – ¿Try... Tryndamere? ¡Ese no eres tú! – Ashe no podía pronunciar palabras, estaba completamente asustada. – ¡¡Princesa aléjese!! ¡¡Te matará!! – como ésta no reaccionaba, Nunú la agarró de los hombros y la apartó rápidamente.
Los gritos del bárbaro eran retumbantes, ya no era el mismo. – ¡¡Vuelve!! ¡¿Qué pasó con eso de "protegernos"?! – Gritaba ella mientras lloraba sin consuelo. Él la ataca inconscientemente y la apuñala en su estómago. – E...Eres un idiota, te dejas manipu... ...lar por las sombras... – escupe un gran charco de sangre. En ese momento Ashe recordó las palabras de su madre.
"Para el hombre que te ama, una lágrima tuya es como una torre en decadencia. Tus lágrimas son su mayor condena." Una lágrima de ella recorre su rostro y cae sobre la espada del bárbaro, mezclándose con su sangre. Los ojos del bárbaro comienzan a brillar a su auténtico verde esmeralda. – Yo... Yo... Ahora... ¡Tengo a alguien a quién proteger! – La espada comienza a despegarse poco a poco del cuerpo del bárbaro y él vuelve a ser el mismo. La sostiene mientras se lamentaba haber sido tan idiota. – ¡No te mueras por favor! – Exclamaba él. – Espera Trynda, sé de alguien que puede ayudarnos. – Le dice Nunú. En ese momento una mujer con pelo azul y largo, tez pálida y una gran arpa mágica atraviesa el lugar. – ¡Es Sona! Justo la persona en la que estaba pensando. Ella tiene el poder de curar graves heridas. –
Con sólo unos toques de su arpa mágica, la herida de Ashe se curó, pero al abrir sus ojos se alejó del bárbaro. – Ashe, yo lo siento, no estaba consciente de lo que hacía. Juro que voy a encontrar al responsable de semejante atrocidad. Esto no tiene perdón. – Ella le sonríe y le da un beso. – Bueno, supongo que ahora podremos pasar San Valentín libre de maldiciones y personas que arruinen nuestras vidas. ¡Abran las puertas! Celebraremos todos juntos esta noche en el hall del reino. – Ordena. – Pensé que querías que la pasáramos solos. – Rezonga él. – Esta noche nos divertiremos, pero será más tarde. – Le susurra al oído mientras él sonríe.
¡FIN DEL ESPECIAL!
Espero que les haya gustado, un poco tarde pero seguro. ¡Pronto el capítulo 5!
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Almas congeladas (Ashe x Tryndamere)
Fanfic¡Atención!: El siguiente fic es un AU (Universo Alterno), tiene algunas relaciones con la historia original del juego "League of Legends" pero con modificaciones profundas. ¿Qué pasaría si unimos nuestras almas en matrimonio? Algo era seguro, a la p...