El Traslado

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La familia García estaba preparando las maletas para su viaje. En aquella pequeña casita de pueblo de un dormitorio de matrimonio, una pequeña habitación de Mario, una cocina donde se hacían deliciosos desayunos y un cuarto de baño.

Los delicados rayos del amanecer y el canto del gallo, despertaron a Eva; que levantándose cuidadosamente de la cama sin hacer mucho ruido empezó a preparar un exquisito desayuno de huevos fritos, tostadas con aceite y azúcar y un chocolate caliente para su marido y su hijo, para darles una pequeña sorpresa antes de emprender su viaje.

-Buenos días- dijo Eva muy entusiasmada a su hijo.
-¿Dónde está papá? -le preguntó Eva a Mario.
-Aún no se ha despertado -respondió Mario a su madre.
-Pues ve a despertar a tu padre que dentro de un rato hay que preparar las maletas- le ordenó paciente.

Mario muy obediente, se dirige al dormitorio para avisar a su padre de que ya está listo el desayuno.

-¡Papá despierta!- le grita Mario a su padre.
-¡¿Qué pasa?!-exclama Alberto desconcertado- Mario suelta una breve carcajada.
-Papá, mamá quiere que vayas a la cocina- le informa a su padre.
-Vale, ahora voy- le dice a su hijo mientras bosteza.

Alberto poco a poco se va despertando, y estira todas sus extremidades antes de levantarse de la cama. Coge sus zapatillas y se dirige al baño para lavarse la cara y cepillarse los dientes. Se seca la cara, se pone sus gafas y se dirige hacia la cocina.

-¡Buenos días cariño!- exclama a su esposa lleno de alegría.
-¿Qué te ocurre?¿Por qué estás tan contento?- le pregunta.
-Pues que estoy muy entusiasmado por llegar a Madrid y empezar una nueva vida- le responde- Eva le regala una agradable sonrisa.
-Y yo también estoy muy emocionada, pero primero comeros el desayuno especial que os he preparado.- les dice a Mario y Alberto.
-Vale mamá- contesta Mario a su madre.
-Vale mamá- contesta Alberto burlón. - Y a Eva se le escapa una sonrisa.

Después de terminar de desayunar, Alberto con la ayuda de Eva, empiezan a meter todas sus maletas en el coche, asegurándose de que no se olvidan nada en la casa. Cuando ya han terminado de cogerlo todo y guardarlo en el coche, al momento aparecen los padres de Eva para despedirse de ellos.

Después de unos cuantos besos y abrazos, los padres de Eva se despidieron con la mano, y seguidamente los tres se montaron en el coche y poner rumbo a su nuevo hogar.

Ya llevaban tres horas de viaje sin parar a descansar, y decidió Alberto en parar en un bar de carretera. Antes de entrar, Alberto echó un breve vistazo a unos champiñones rojos con puntitos blancos que se encontraban al lado de la puerta antes de entrar. Alberto, Eva y Mario se tomaron unas tapitas y un refresco antes de volver a seguir en la carretera. Terminaron de comer, se despejaron un poco viendo el paisaje montañoso que tenían en frente y volvieron a montarse en el coche, sin hacer ninguna parada más hasta que llegaran a Madrid.
Y por fin vieron el cartel en la autovía de Madrid, 1 km. Estaban todos muy emocionados por haberiguar que aventuras les depararán esta increíble ciudad llena de sueños e ilusiones.

Cuando ya llegaron al corazón de la ciudad, Alberto estaba un poco agobiado porque no encontraba la calle Luís García, y también era casualidad, porque así se llama su hermano. Alberto fue preguntando a todo el mundo que paseaba por la calle y preguntaba donde se encontraba la calle que el buscaba.
Y por fin encontró la calle y donde estaría su nuevo hogar.

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