|NUEVA VERSIÓN|
Su pálida piel estaba dibujada de cicatrices disimuladas con realidad, él no sabía que estaba desalmado, no sabía que lo que cometía era venenoso, que no era sensible.
Connor se refugiaba tras una sonrisa llena de melancolía y superi...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
❄️
Madison
Hundí mis manos en la almohada más de una vez, estirando mi cuerpo por la cama, mis huesos crujieron y no me permití abrir los ojos, hasta que un golpe en la misma, me aturdió.
—¡Madison! —gritó mamá, me sobresalté con fuerza.
No podía abrir bien los ojos, y me dolía la cabeza. La cama se movía cada que venía un golpe a ella, claro, era mamá.
"¿Por qué gritaba tanto?"
Me intenté incorporar, y entonces sentí el cuerpo de Connor a mi lado; abrí los ojos de golpe. Olvidé poner el pasador en mi puerta, de nuevo. Vi a mi madre parada en los pies de la cama, totalmente molesta; Connor se restregó los ojos.
—¡Sal de mi casa ahora! —Le gritó, ya iba vestida con su uniforme del trabajo, y al parecer el arrebato la había despeinado un poco.
Su melena castaña caía en ondas mal puestas, sus ojos me golpearon y sentí pena. Ambas manos en la cintura, un pie golpeando la madera del suelo de mi habitación, y sus labios rosados en una línea recta, muy tensa.
Connor intentó levantarse, pero no lo hizo.
—Basta mamá —renegué con tranquilidad.
Ella negó.
—¡Deja de venir a meterte a las bragas de mi hija! —chilló, con todo el rostro tenso.
Me llevé la mano a la cabeza. Connor parecía divertido, pero esto estaba lejos de dar gracia, mi madre parecía un animal salvaje, y quise pensar que sí escuchaba una risa más de los labios de Connor, se le lanzaría cómo arpía.
—Mamá, se irá —Le dije, con calma en la voz.
Ella hizo paso para salir, cerrando de un fuerte portazo. Miré a Connor que sonreía, mientras volvía a recostarse con las manos bajo su nuca.
—Deja de reírte —Le regañé, dándole un codazo en su pecho.
—En serio me odia, es como un nuevo record para el libro...
Lo besé para que guardara silencio; lo empujé fuera de mi cama con un pie, sentí el arranque de nuestros labios juntos cuando estuvo a punto de caer de la misma.
—Sal de aquí —ordené, señalando la ventana. Hizo un mohín—, Connor, es en serio —murmuré, haciendo que se retire de inmediato.
Se incorporó un poco más, y me besó por completo.
—No quiero irme —mencionó en silencio, con la respiración apagada.
