POV TRAVIS
Al llegar a la heladería, supuse que ella tal vez tendría la idea de escapar (así como en las películas que mientras el chico baja, la chica sale corriendo como loca), así que decidí, más bien, bajar y bloquear el auto inmediatamente.
Cuando hice eso, su sonrisa se borró, porque tal como yo había pensado esa era su idea.
Así que rodee el auto, abrí su puerta, tome su mano y la saque del auto, obviamente ella tenía cara de limón, y quito su mano de la mía apenas se levantó por completo del asiento, y empezó a caminar hacia la entrada de la heladería dejándome atrás.
- Oye, sé que parezco un chofer, pero no lo soy – dije esperando que ella sonriera, pero por el contrario...
- Eres un estúpido – eso fue lo que recibí.
- Espero que eso sean unas gracias – le dije.
- No, no lo es, ahora quiero un helado con chispitas – dijo ella mientras jugaba con su falda de colegio.
- ¿Que acaso nunca escuchaste sobre de las palabras mágicas de Barney? – le pregunto.
- ¡no!.
- Lástima, entonces no hay helado.
- Tú me raptaste, tú tienes la culpa.
- ¿La culpa de qué?
- De que quiera un helado.
- Primero que va – ella torció los ojos hizo un puchero, (no pregunten por qué , pero se veía demasiado tierna)
- Por favor – dijo mientras hacia otro puchero – con chispitas – dijo mientras caminaba a una de las mesas.
- De acuerdo ya regreso – dije mientras me dirigía a la vitrina, y solo podía pensar en cómo podía haber encontrado a esta chica, que por cierto era muy, muy parecida a Alex.
POV HAILEY
La verdad no tengo la menor idea de porque estoy aquí sentada, esperando a que Travis me traiga un helado (por supuesto con chispitas) si se supone que lo debo detestar, porque gracias a el voy a ganarme un castigo en mi escuela, dado que jamás me subí al bus que nos llevó hasta Princeton.
Pero... cuando se me ocurre intentar escaparme otra vez es demasiado tarde, pues el ya viene con mi helado, ¡CON CHISPITAS!
- Gracias, gracias, gracias – le digo, mientras le arrebato el manjar frio más delicioso para – tiene doble chispitas, ¡YEIIIIIIIIII!
- Demonios recuérdame nunca más darte helado o dulce – dice el con cara de pánico.
- ¿Porque?????????????
- Porque no lo has probado y ya estas demasiado hiperactiva.
- Es algo normal en mí, siempre estoy así, no es por el dulce, o el helado, que por cierto esta delicioso.
- Okay... mejor come, así se te pasa la loquera.
- Eres un desgraciado – le dije mientras le sacaba la lengua.
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Después de haber disfrutado del helado, era una auténtica realidad el hecho de que debíamos irnos, el a su casa y yo a la mía, pero extrañamente me sentía bien con el aquí a mi lado sabiendo que lo conocía hace poco tiempo, me hacía reír sus graciosas caras, pero todo llega a su inminente fin (que dramática).
